Las deudas con la Seguridad Social dejaron fuera de otros contratos públicos a la adjudicataria de las ambulancias de Cantabria
La empresa Diavida, adjudicataria del servicio de transporte sanitario programado en Cantabria, ha sido recientemente excluida de una licitación pública en Valencia tras comprobarse que no está al corriente de sus obligaciones con la Seguridad Social, requisito indispensable para contratar con el sector público. El proceso, impulsado por la mutua FREMAP, dejó fuera a la compañía al no haber subsanado tampoco otros aspectos formales como la presentación de la garantía bancaria y la identificación de un responsable del contrato.
Aunque este procedimiento se refiere a la Comunidad Valenciana, la exclusión llega en un momento clave para la empresa en Cantabria, donde el Gobierno autonómico que preside María José Sáenz de Buruaga (PP) ya ha autorizado la resolución por mutuo acuerdo del contrato que Diavida mantenía con el Servicio Cántabro de Salud (SCS) desde octubre de 2024. La decisión aún no se ha hecho efectiva, pero la intención del Ejecutivo es ejecutar el relevo de la empresa durante este mes de septiembre, una vez se complete el traspaso de vehículos e instalaciones.
Según la documentación consultada por elDiario.es a través de la Plataforma de Contratación del Sector Público, la empresa Diavida fue excluida el pasado mes de julio del procedimiento de licitación del servicio de transporte de pacientes en ambulancia para los centros asistenciales de FREMAP en Valencia, expediente LICT/99/029/2024/0198, al no cumplir con varios de los requisitos administrativos y legales exigidos para contratar con el sector público. Entre ellos, se encontraba la presentación de un certificado que acreditase estar al corriente de sus obligaciones con la Seguridad Social, condición indispensable en cualquier proceso de contratación pública.
Tras haber sido requerida por FREMAP para subsanar la documentación en un plazo de 72 horas, la empresa no aportó ningún documento adicional: ni el certificado actualizado de estar al corriente con la Seguridad Social, ni los datos del responsable del contrato (nombre, correo electrónico y teléfono), ni la garantía definitiva formalizada con su correspondiente justificante bancario. “Se le notificó al licitador requerimiento de subsanación de los tres aspectos antes indicados, concediendo un plazo para presentar la documentación de 72 horas desde la notificación”, señala el documento.
Entre los puntos no corregidos, FREMAP destaca que “el licitador aportó certificado acreditativo emitido por la Tesorería General de la Seguridad Social, en el que se indica expresamente que no se encontraba al corriente en el cumplimiento de sus obligaciones con la Seguridad Social”, así como la falta de designación de un responsable del contrato con nombre, teléfono y correo electrónico, y la entrega de un borrador de la garantía económica, sin el justificante bancario exigido.
Ante la inacción de la empresa, FREMAP resolvió su exclusión del procedimiento. “Transcurrido el citado plazo para subsanar sin que el licitador hasta la fecha de la presente notificación haya presentado ninguna documentación para subsanar y no habiéndose acreditado, por tanto, el cumplimiento de los aspectos antes indicados, sin atender al requerimiento de subsanación de la documentación para adjudicar, se procede a la exclusión del licitador del presente expediente de licitación”, concluye la resolución.
Servicio deficiente y conflictos laborales
Desde su llegada a Cantabria, el desempeño de Diavida ha estado marcado por deficiencias operativas, conflictos laborales y constantes quejas de pacientes. Solo en los primeros quince días de servicio, el SCS recibió más de 40 reclamaciones por incidencias, y con el paso de los meses se acumularon los retrasos en rutas, las esperas excesivas -más de nueve horas- tras tratamientos como la quimioterapia y los impagos reiterados a la plantilla.
Los trabajadores denunciaron públicamente que solo dos nóminas se abonaron en plazo desde el inicio del contrato, y la Consejería de Salud llegó a abrir un expediente por falta grave. La situación derivó en paros parciales en junio y julio, mientras la Consejería advertía que no dudaría en rescindir el contrato si se alcanzaban los niveles máximos de incumplimiento legal.
Según han denunciado públicamente los trabajadores, cada mes se sucedían los retrasos en el pago de las nóminas pese a que el Servicio Cántabro de Salud (SCS) abonaba las facturas a la empresa casi de inmediato. Se trata de una agilidad inusual en la Administración, que tenía como objetivo dotar a Diavida de liquidez suficiente para hacer frente a los salarios.
Finalmente, y ante los reiterados incumplimientos, el Ejecutivo cántabro rescindió de mutuo acuerdo el contrato este verano y ahora trabaja en una solución de emergencia para encomendar temporalmente el servicio a otra empresa hasta la adjudicación del nuevo concurso, ya unificado. Aunque la previsión inicial de la Consejería de Salud que dirige César Pascual (PP) era que el contrato de emergencia estuviera en marcha el 1 de septiembre, lo cierto es que aún no hay relevo ni fecha anunciada para ello.
Pascual señaló hace una semana que su departamento tiene recogidos “todos los fallos por los cuales se ha prescindido de Diavida” y que ha pedido a “dos o tres empresas qué soluciones o alternativas”pueden aportar para mejorar el servicio y, así, cubrir esos retrasos, esas rutas mal diseñadas y eliminar que no vaya solo un conductor y vaya con un técnico acompañando siempre“.
“Tendrán que poner más ambulancias para cubrir bien el servicio y, por tanto, lógicamente si hay un aumento de medios habrá que hacer un aumento de presupuesto”, subrayó. Según parece, la empresa que parte como principal candidata para asumir el servicio de manera provisional es Autransa, anterior adjudicataria y perteneciente al grupo Ambuibérica.
Este periódico se ha intentado poner en contacto con la empresa Diavida para recabar su versión sobre su exclusión de la licitación en Valencia y su gestión del servicio de ambulancias programadas en Cantabria, pero no ha obtenido respuesta. Según ha podido saber este medio, la compañía también ha resultado inaccesible para buena parte de su plantilla, ante la falta de comunicación directa con los responsables de la empresa durante el último año.
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