La cultura cinematográfica llega a “la España más rural” con la Barraca de Cine
Ir al cine o al teatro parece una opción asequible para todos los públicos. Sin embargo, las poblaciones de pequeños municipios y zonas rurales no lo tienen tan fácil. Ante esta realidad, y queriendo defender el acceso a la cultura, la directora de cine Patricia Luna e Irache Quintana, dueña de una empresa de accesibilidad, crearon hace apenas un año 'La Barraca de Cine', un cine móvil que lleva obras de teatro y producciones cinematográficas a las zonas rurales con herramientas de accesibilidad para personas con discapacidad visual y auditiva.
El proyecto llega este domingo, 28 de marzo, al municipio toledano de Oropesa donde celebrará la última sesión de su ciclo de cine dedicado a cineastas mujeres. La población de la localidad, donde apenas residen 3 mil personas, podrán disfrutar de dos proyecciones: “La boda de Rosa”, de Icíar Bollaín, ganadora de los Goya a Mejor Actriz secundaria y Mejor Canción Original; y el cortometraje “Beef”, de Ingride Santos.
La Barraca de Cine, con el apoyo de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), ha apostado con esta oferta por la difusión del cine, pero de un cine de calidad que dé a conocer a las mujeres del sector creando referentes en la España más rural.
“Oropesa es la única localidad de toda Castilla-La Mancha que se ha adherido al ciclo de CIMA”, reconoce Patricia Luna quien asegura que el municipio toledano “estaba muy interesado”. “Queríamos ir a las poblaciones que estuvieran interesadas y que tuvieran un interés general en hacer cultura”.
La Barraca creada por Luna y Quintana es una iniciativa que recupera “la esencia y el espíritu de la que fue La Barraca de Federico García Lorca” quien en los años 30 del siglo pasado creó una compañía con el mismo nombre para ir por los pueblos de España acercando el teatro al conjunto de la ciudadanía. “Retomamos esta idea de Lorca ofreciendo tanto teatro como cine porque creemos que todas las poblaciones tienen derecho a disfrutar de este tipo de cultura”.
Y es que, tal y como reconoce la directora, “la creación de una sala por pueblo es impensable”. “Nuestra barraca es una sala móvil para llegar a todos los lugares”.
Tras un año desde su creación, La Barraca de Cine cuenta con un cine móvil de 24 asientos interiores y con equipos para montar cine de verano. Una oferta exclusiva para pueblos de “menos de 9 mil habitantes, que no tengan cine o que no lo tengan cerca”, explica Luna.
“Nos diferencia nuestra programación: siempre llevamos un largometraje y un cortometraje y ambos los proyectamos de manera accesible utilizando una tecnología pionera desarrollada por la Universidad Carlos III de Madrid. De esta forma una persona ciega o sorda puede estar sentada al lado de una que no lo es y ver la misma película a la vez”, añade.
Según Luna, su Barraca de Cine se convierte así en “toda una experiencia”. “El cine de verano ha existido toda la vida pero nosotras lo hacemos personalizado para la localidad: hablamos de ella en nuestras redes sociales y difundimos su existencia”.
Tal y como explica la directora, antes de la proyección el equipo, disfrazado de acomodadores de época, realiza “una presentación animada en la que vinculamos la localidad con algún detalle sobre cine o con películas que se hayan rodado allí”.
Además de esta peculiaridad, la Barraca de Cine se diferencia porque sus visitas siempre incluyen la proyección de un largometraje y de un cortometraje. “El corto lo ponemos antes porque es un formato muy interesante que no suele llegar al público y son historias que mueven muchas conciencias, merece la pena que tengan ese espacio”.
Esta opción cultural, que regresa al pasado para mejorar el presente, ya ha estado en más de 40 localidades de Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura. “Queremos ir a esa España más rural porque la gente que vive aquí no tienen ofertas culturales y eso es perder la esencia de lo que hacíamos antes: socializar y compartir”.
“Escuchar a la gente reírse en esta época es muy bonito”
La experiencia ofrecida por la Barraca de Cine recupera, según sus creadoras, todo lo que conlleva ir al cine. “El cine no es solo ir e irme a mi casa, es quedar, tomar algo, comer palomitas, comentar la película… es parte de la vida y la hemos perdido debido a la pandemia. Ahora no tenemos espacios que compartir”.
Ante esta realidad la buena acogida de su oferta cultural y cinematográfica es muy reconfortante, tal y como afirma Luna. “Escuchar a la gente reírse en esta época, en la que no se suele escuchar, es muy bonito”.
Según la directora, la respuesta del público es muy reconfortante. “Se muestran muy emocionados y por lo que nos han transmitido les gusta nuestra barraca y el ciclo de mujeres también. Con las películas seleccionadas han disfrutado porque hablan de mujeres que hacen de todo menos lo que ellas quieren, una realidad que pasa tanto en grandes ciudades como en pequeñas poblaciones.
La población de Oropesa de manera gratuita podrá juzgar por sí misma este domingo, a partir de las 18 horas, en la Casa de la Cultura.
Compromiso cultural con perspectiva de género
Además de una oferta concienciada con la accesibilidad de personas con discapacidad, la Barraca de Cine también se ha creado sobre un fuerte compromiso con la igualdad de género.
Por ello, Alice Guy, “primera persona, no mujer, persona, que hizo y dirigió una película”, es la imagen que “ilumina” la barraca de Luna y Quintana. “Es un referente muy importante. No está en los libros de historia ni se estudia en las carreras de audiovisual. Siempre se habla de los hermanos Lumière o Méliès, sus coetáneos, pero fue ella quien hizo la primera película, montó su propia productora y lanzó muchas películas”.
“Nos pareció muy importante que se conociera su figura e iluminara nuestra barraca porque luchó contra viento y marea para sacar adelante sus películas. En cierta forma como la barraca que va por los pueblos difundiendo cultura contra viento y marea”, añade la también directora de cine quien reconoce que Guy ha sufrido la invisibilización al igual que otras “muchas mujeres en la historia que han hecho cosas”. Por ello, su intención es seguir reivindicando sus nombres a medida que su compañía crezca: “Nuestra idea es que cada barraca tenga el nombre de una directora”.
La ilustración de Alice Guy ha sido realizada por otra mujer: la ilustradora Isabel Ruiz, autora de una colección de libros ilustrados que recopilan mujeres referentes en distintas disciplinas.
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