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Creando Oportunidades
José Roldán se ha lanzado a sus 43 años a montar una empresa, Motoescuela Albacete. Es el resultado no solo de su “pasión” por las motos sino de la necesidad profesional de crear su propio empleo. Este emprendedor es uno de esos ejemplos de cómo de la crisis pueden surgir oportunidades.
Especialista en educación vial, trabajaba en una autoescuela y se quedó sin trabajo. Decidió entonces reinventarse aprovechando su experiencia. La ‘luz’ que iluminó su proyecto fue una Directiva Europea del año 2009 que aumentaba el nivel de exigencia para los permisos de conducción de motos y escalonaba su autorización.
Cuenta como de aquella Directiva “surgió una necesidad de especialistas” porque hasta la fecha el profesor de autoescuela había sido un “hombre orquesta que tocaba todos los palos”. Los 10 años que pasó en la autoescuela le hicieron comprender que en el sector “faltaba algo” porque, explica, pese a la “la buena voluntad” del profesor para lograr que se apruebe el permiso de moto, “no se transmitían unas técnicas de conducción necesarias. Y es que se nos olvida que no es solo un examen. En aquella época me estaba especializando sin darme cuenta”.
José Roldán se lanzó a convertir en realidad su idea. Abrió su negocio y se apuntó al Programa Sherpa orientado a la formación y apoyo a emprendedores que desarrolla FEDA en Albacete en colaboración con la Diputación, el Ayuntamiento y BBVA. Lo hizo al darse cuenta de que “podía ser una garantía para comprobar que los pasos que yo había dado para poner en marcha mi empresa eran los correctos”.
La experiencia en Sherpa “fue especial después de un año muy complicado para mí”, asegura e emprendedor albaceteño. Y es que, el programa le ayudó en lo profesional pero también en lo personal. José Roldán procede de una familia de moteros, desde su abuelo, su tío o su madre, una “apasionada de las motos” que fue su apoyo e inspiración a la hora de diseñar su proyecto. De hecho, ella enfermó y no llegó a ver el proyecto hecho realidad pero, Roldán asegura que “su energía está ahí”.
El programa tiene una duración de unas ocho semanas. “Estoy alucinado con la formación. Nos analizaban el proyecto detalle a detalle. Me hicieron ver cosas que ni siquiera me había planteado porque, claro… a tu hijo siempre lo ves sin defectos. La experiencia ha sido brutal en ese aspecto”. De hecho, ha sido uno de los cuatro ganadores de la edición 2016 de Sherpa, en el que participaron 25 emprendedores, y ha recibido un premio de 5.000 euros.
José Roldán destaca de su paso por Sherpa “la posibilidad de conocerte a ti mismo y saber hacia dónde vas. En las consultorías se ha exprimido hasta el último detalle para que no hubiera ningún problema posterior”. Al Programa solo le pone una ‘pega’: “le pondría más horas” (risas) pero “se lo recomiendo a cualquiera que quiera iniciar un negocio”.
Lo dice quien se considera afortunado por “estar viviendo el sueño de poder convertir mi pasión en un trabajo” a través de una medida ‘guía’ de aprendizaje hacia nuevos nichos de mercado. “Al principio centraba mi negocio en un par de aspectos pero hablando con los profesores, me ampliaron las metas”.
José Roldán se decantó por una autoescuela distinta en la que motos -y no coches- fueran las protagonistas. Además, su empresa dispone de un elemento diferenciador añadido. No se trata de ofrecer solo servicios sino compartir con sus clientes la pasión por las motos.
La empresa dispone de cinco motocicletas y un coche. Ha contratado a una ex compañera de la antigua autoescuela para la que trabajó y ofrece clases para lograr los cuatro permisos de motos en vigor (automáticas o manuales) además de cursos especializados de conducción que cuestan unos 100 euros e incluyen siete horas de clase práctica durante el fin de semana.
“Se trata de que los conductores de moto vayan más seguros porque tristemente las estadísticas de fallecidos no bajan año tras año”. Precisamente una de las ‘vetas’ de su negocio es preparar a personas que trabajan sobre una moto para prevenir riesgos laborales.
“He conseguido cambiar incluso la manera de funcionar de la competencia. Seis autoescuelas me derivan alumnos que ellos no pueden preparar en el terreno práctico”. Y hasta ha cerrado acuerdos con concesionarios de motos “para que ellos puedan tener argumentos de venta al ofrecer a aquellos clientes más inseguros mis cursos de conducción”.
El alumno que llega a Motoescuela y que consigue su permiso puede seguir formándose después a través de cursos de conducción en pista. “Tenemos un grupo de alumnos que ya son amigos y con los que organizamos actividades, rutas de fin de semana…Lo bonito de la moto es que nunca dejas de aprender”.
Se ofrecen consejos “incluso sobre equipación” porque José Roldán quiere que su empresa sea también “un lugar al que acudir para resolver dudas. Mi idea es convertirlo en referente, en un sitio especializado en el que nos vamos entender si hablamos de motos”.
José Roldán no da dado por concluido su proyecto. La capacidad de innovar es una de las características de este emprendedor. “Siempre hay algo que se puede hacer diferente”, sostiene. Ahora se plantea poner en marcha una Escuela de Pilotaje para niños junto a uno de sus compañeros de aprendizaje en Sherpa, Joaquín Castañeda.
“Para mí sería completar el proyecto, enseñar a los niños que tienen pasión por las motos y no tienen un sitio para practicar. Joaquín es piloto y una luz especial para transmitir. Queremos que puedan practicar de forma segura”. Y además esperan que la escuela vea la luz este mismo año, en primavera. Aún se encuentran madurando el proyecto aplicando algunas cosas recién aprendidas: “Sherpa nos ha enseñado que no vale solo con tener una idea sino que hay que llevarla a cabo”.