Sonia Jodra, periodista: “Madrid siempre ha absorbido la identidad de Guadalajara”

De una tesis doctoral a escribir sobre los periódicos y los periodistas de Guadalajara. Una provincia de la que siempre se ha hablado poco en los medios de comunicación nacionales, absorbida por la vecina Madrid y hasta a veces confundida con ella, como si fuera casi una extensión. Y todavía se ha hablado (y escrito) menos de sus profesionales de la información.

La periodista Sonia Jodra Viejo (Guadalajara, 1975) se propuso en 2007 arrojar algo de luz sobre estas cuestiones, en una tesis doctoral dirigida por el profesor de la Universidad Complutense, Juan José Fernández Sanz.

Hoy esa tesis se ha convertido en libro. ‘Historia de la prensa en Guadalajara 1975-2012’, acaba de ser publicado por la Diputación Provincial. No es una novela, ni se ha escrito usando un estilo periodístico. Es una publicación de consulta que permite conocer datos interesantes sobre la evolución del territorio desde la muerte del dictador Francisco Franco hasta épocas recientes.

Incluye materiales bibliográficos inéditos, un análisis académico de las publicaciones periódicas más destacadas como Nueva Alcarria, Flores y Abejas, el diario Guadalajara, La Prensa Alcarreña…, e incluso referencias a revistas escolares, boletines de parroquias o publicaciones de asociaciones culturales que muestran la evolución de la sociedad guadalajareña durante la Transición.

Sonia Jodra es doctora en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Inició su carrera en el periódico Guadalajara 2000, ha sido subdirectora del diario Nueva Alcarria y ha trabajado en gabinetes de comunicación de instituciones públicas. Ha sido además reconocida con premios como el de Periodismo sobre Medio Ambiente Industrial o el de Periodismo sobre Medio Rural.

Con ella charlamos de este libro y de periodismo, una profesión que ahora no ejerce, pero que defiende como necesaria desde su puesto como profesora de Formación Profesional en el IES Carmen de Burgos de Alovera, en Guadalajara.

¿Por qué ahora convertir la tesis doctoral en libro?

Me había animado mucha gente, pero tiene que llegar el momento y es ahora, con distancia temporal del esfuerzo y el desgaste que supuso una tesis que presenté en 2014. Llevo cinco años en la docencia, poniendo distancia de la profesión y me han ayudado a encontrar ese momento perfecto.

El libro centra en la historia de la prensa de Guadalajara entre 1975 y 2012, pero en realidad te remontas mucho más atrás, hasta llegar al siglo XIX

Sí, había que contextualizar. Otra compañera periodista, Emma Jaraba, inició una investigación justo sobre el periodo anterior. Las dos tratábamos de analizar qué se ha escrito sobre el periodismo y los periodistas de Guadalajara.

Belén Chamón ya había publicado sobre periodistas de la provincia e Isidro Sánchez, gran estudioso de la prensa en la región, hizo un libro cuando nuestras investigaciones estaban ya en marcha. Pero hablamos de estudios parciales y me pareció interesante contextualizar empezando con las Cortes de Cádiz, en 1812. Fue entonces cuando la prensa comenzó a ser decisiva en la construcción del sistema democrático, hablando de derechos y libertades.

¿Por qué se ha escrito tan poco sobre la prensa de Guadalajara y en general sobre los medios de comunicación de esta provincia?

Ese es el contenido del libro. Intento saber por qué Guadalajara nunca ha tenido ese diario de referencia que tuvieron el resto de provincias.

Encontramos causas diversas relacionadas con las peculiaridades de la provincia y la más clara es la proximidad a Madrid. Todo lo bueno y todo lo malo que sucede -y creo que a partes iguales- es por lo cerca que estamos.

Podríamos compararlo a Toledo, pero claro, su relevancia es otra. La influencia madrileña es distinta. Aquí Madrid siempre ha absorbido la identidad de Guadalajara.

Guadalajara nunca ha tenido ese diario de referencia que tuvieron el resto de provincias. Madrid ha absorbido su identidad

Hemos tenido publicaciones muy relevantes como Flores y Abejas o Nueva Alcarria que no fueron diarios, quizá porque competían entre ellas. A eso se ha sumado el complejo de provincia pequeña y de ciudad chiquitita a la que faltan muchas cosas.

Siempre se ha comparado a Guadalajara con Cuenca, Soria o Teruel, por despobladas

Sí, pero hay toda una contradicción que se produce ya en el siglo XXI y es que somos la que más crece. Pasamos de ser la única provincia sin diario de referencia, a contar con tres periódicos diarios: El Día, Nueva Alcarria y La Tribuna de repente. A eso se sumaban otras muchas publicaciones. Toda una explosión. Son cosas muy singulares.

Son 40 años de análisis sobre la prensa, pero también de los hechos que recogían los periódicos en décadas muy distintas y también muy importantes en el desarrollo provincial. ¿Cómo resumirías aquella Guadalajara?

La periodista Concha Balenzategui dice que cuando ella trabajaba para periódicos nacionales o agencias, de Guadalajara solo interesaban las centrales nucleares, los trasvases y poco más. Cuando quería contarles por ejemplo que se había escapado un toro y que llevaba horas en las calles, le decían que eso no interesaba a nadie.

Es una provincia que ha tenido muy poca presencia mediática nacional y se ha refugiado en aquellos espacios en los que las noticias ‘de provincias’ tenían lectura. Cuando éramos jóvenes periodistas y hojeábamos lo que habían escrito nuestros predecesores, nos hacía sonreír: pedidas de mano, matrimonios, las fiestas de los pueblos… Era relevante entonces y el espejo en el que se veía Guadalajara.

Después llegó el éxodo rural y el nacimiento de un Corredor del Henares industrializado. Se encuentra en la prensa de la época.

¿Cómo contemplas ahora la profesión desde tu óptica de docente?

El periodismo es muy vocacional. Para mí es servicio público y función social. Me sentía honrada de poder cumplir ese papel dentro de eso que llamamos democracia y que ahora vive sus horas bajas: aquello de ir a la rueda de prensa, hacer la pregunta incómoda, hurgar donde nadie quería que hurgáramos…

Cambié de profesión, pero educar tiene mucho que ver con comunicar. Y también es servicio público. Son pilares de un sistema democrático imperfecto, pero que entre todos debemos proteger porque nos permite derechos y libertades.

Me he sentido honrada de poder cumplir el papel de servicio público dentro de eso que llamamos democracia y que ahora vive sus horas bajas: aquello de ir a la rueda de prensa, hacer la pregunta incómoda

¿Cómo definirías el periodismo actual? ¿Te gusta?

Sí, pero es que hay quienes intentan hacer por periodismo algo que no lo es. Me encanta. Hay grandes profesionales, sigo leyendo textos que me conmueven, reportajes en televisión que me ayudan a entender el mundo y siguiendo a profesionales a prueba de cualquier crítica.

Han surgido pseudoperiodistas que están llegando a condicionar el trabajo de los compañeros y compañeras en el Congreso. ¿Qué piensas?

No son periodistas. Se les está llamando agitadores. Pues eso. O como queramos llamarles. Ellos no quieren informar.

En las aulas trabajamos mucho el tema de bulos y desinformación. Cuando hablamos de fake news llegamos a la conclusión de que el término no existe. Si es noticia no puede ser fake. A estas personas… lo mismo. No se les puede presuponer que son periodistas porque no informan.

¿Por qué hay tanta desinformación en la sociedad más informada de la historia?

Cada época ha tenido sus canales de comunicación y no hay que engañarse: siempre la ha habido, incluso si hablamos de canales que no eran de transmisión masiva. Por ejemplo, el rumor. En un pueblo se te colocaba el sambenito y no levantabas cabeza.

El bulo se ha usado siempre. Es más viejo que la orilla del río, pero ahora con canales tan masivos el efecto de la mentira llega a mucha más gente.

Con la desinformación, ¿tenemos que hacer autocrítica los y las periodistas?

Probablemente sí. No voy a ser condescendiente con la profesión, pero también nos hemos tenido que adaptar a las condiciones de trabajo. Si tenemos que ser muy rápidos, pues hay menos tiempo para contrastar. Si tenemos que ser los primeros, hay más posibilidades de resbalar.

El bulo se ha usado siempre. Es más viejo que la orilla del río, pero ahora con canales tan masivos el efecto de la mentira llega a mucha más gente

¿Debe haber regulación o auto regulación en los medios de comunicación?

Yo confío en el sentido común y en la auto regulación que marcan los tiempos. ¿Regular normativamente hablando? Eso significa limitar y poner límites es complicado porque la línea es fina entre el derecho a saber y la libertad de quien quiere influir.

¿Te preocupa la IA?

Es que ya está ahí. Igual que llegó internet. Entonces pensamos en quién nos iba a leer si ya estaba ahí toda la información. Simplemente hay que aprender a convivir con ella. Nos viene de miedo en muchas profesiones, pero aplicando la inteligencia humana.

¿Tenemos futuro los periodistas? ¿Se ven tus alumnos y alumnas como consumidores de noticias?

Seguimos siendo necesarios: una prensa libre, periodistas formados, rigurosos y compromiso con la profesión.

El libro termina en 2012 y desde entonces en la prensa de Guadalajara han pasado muchas cosas. ¿Te animarás con un nuevo capítulo?

Sí, pero lo que me gustaría es que se animase alguien más. Que lo hicieran periodistas jóvenes, desde muchos puntos de vista, con trabajos colectivos, que investiguemos. Creo que debemos tener un momento para la reflexión sobre el periodismo.