Fallece Teófanes Egido, el fraile ilustrado que reveló el linaje converso de Santa Teresa
El historiador y fraile carmelita Téofanes Egido, especializado en el siglo XVI del que fue un gran conocedor y que documentó el linaje judeoconverso de Santa Teresa, ha fallecido este miércoles en Valladolid a los 88 años de edad, en la ciudad de la que fue el primer cronista oficial de la democracia.
Catedrático emérito de la Universidad de Valladolid, Egido (Gajates, Salamanca, 1936), rastreó en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid un pleito de hidalguía del que a mediados del siglo XX se hizo eco el escritor y académico Narciso Alonso-Cortés, hasta demostrar la ascendencia judía de la monja reformadora.
Egido y Lutero
Además de la reformadora de la orden carmelita que profesó Teófanes Egido, también dedicó a Martín Lutero buena parte de sus investigaciones, tradujo sus obras al español y junto al estudio de figuras claves del XVI como Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Carlos V y Felipe II, labró nuevas perspectivas de interpretación.
Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Valladolid, donde se licenció en 1965 y leyó su tesis doctoral, en 1970, sobre la relación entre la opinión pública y el poder durante el siglo XVIII, antes de ser profesor adjunto, titular y desde 1989 catedrático de Historia Moderna, Contemporánea y de América. En 2020 recibió el Premio Castilla y León de las Ciencias Sociales y Humanidades “por su permanente y brillante dedicación a la docencia e investigación histórica, que ha proporcionado a la historiografía del siglo XVIII hispano unas vanguardistas líneas de investigación con una especial incidencia en la historia de las mentalidades”
Historia de las mentalidades
Desde su cátedra se erigió en España como uno de los referentes de la historia de la mentalidades, otra forma de analizar la historia o corriente historiográfica para explicar el pasado desde ángulos diferentes como la filosofía, el derecho, economía o sociología, que en su caso aplicó a estudios sobre la Inquisición, el protestantismo y la piedad popular.
Pero también se detuvo en el erasmismo español, la influencia de las tesis luteranas en la España imperial y teocentrista de Carlos V y Felipe II, con un profundo conocimiento del que se sirvió el escritor Miguel Delibes para fundamentar su novela “El hereje” (1998).
Una de sus últimas obras fue “Sobre Teresa de Jesús”, un relato de José Jiménez Lozano y un ensayo de Teófanes Egido, juntos en un mismo libro que editó la Junta de Castilla y León en 2015 con motivo del quinto centenario del nacimiento de la monja andariega.
Una monja discutidora
Una vez más, constante en su obra, contribuyó a enfocar la imagen de Santa Teresa, distorsionada de forma intencionada durante la España de la Contrarreforma, secuestrada en cierto modo por los espirituales del XIX y XX, e incluso utilizada por sectores sociales, religiosos y políticos hasta hace menos de un siglo.
No entendía Egido esta desfiguración que duró siglos en un personaje, como fue Santa Teresa, que “no hace más que hablar, hablaba hasta en sus silencios”, dijo entonces durante la presentación del libro que escribió junto a Jiménez Lozano y que ideó el también historiador Agustín García Simón.
En 2001, después de su jubilación y tras ser nombrado catedrático emérito de la Universidad de Valladolid, el Ayuntamiento le nombró cronista oficial de la ciudad, el primero de la última etapa democrática iniciada en 1975.
Su empeño como docente, investigador e historiador adornaron el palmarés del Premio Castilla y León de Ciencias Sociales 2020, que le acreditó públicamente, una vez más, como maestro de historiadores.
Obras suyas son, entre otras, “El linaje judeoconverso de Santa Teresa. Pleito de hidalguía de los Cepeda”, “Las claves de la Reforma y Contrarreforma (1517-1648) y ”Los jesuitas en España y el mundo hispánico“.
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