Un centenar de estudiantes, docentes y personal administrativo ha irrumpido este jueves en el rectorado de la Universidad de Barcelona (UB) para ocuparlo indefinidamente. Se quejan de la “incertidumbre” en la que vive instalada la comunidad que conforma la institución, dado que la universidad aún no ha aprobado sus presupuestos para el 2013 pero ya ha comunicado a las juntas de personal que no se renovará los contratos a decenas de docentes lectores y a un elevado número de profesores asociados. La ocupación, según Ramon Franquesa, uno de los profesores que la ha protagonizado, debe servir para presionar al rector para que haga un pronunciamiento en contra de los despidos y para exigirle una mayor “trasparencia” en las cuentas y una más eficaz “comunicación” con los trabajadores de las facultades.
La ocupación es pacífica y no debe interrumpir, según Franquesa, el habitual desarrollo de la actividades en el edificio histórico de la UB. Pero aseguran que la mantendrán hasta que obtengan respuestas. “El curso acaba y muchos profesores no saben en qué condiciones trabajarán el próximo año, la universidad no explica los presupuestos, y tenemos miedo de que la situación se resuelva en verano mientras todo el mundo está de vacaciones”, se quejaba Franquesa.
Más allá de la defensa de las condiciones laborales de algunos profesores y personal de la universidad, la protesta iniciada hoy, con el apoyo de varias asambleas de facultades, servirá para pedir tambiém que la dirección haga lo posible para derogar las medidas que implican la subida los precios de las matrículas, además de exigir una política de becas que no deje ningún estudiante fuera de las aulas por cuestiones económicas.
La incertidumbre por los despidos
En varias protestas en la UB se ha denunciado que la universidad pretendía despedir a docentes el próximo año, pero el rector, Dídac Ramírez, siempre lo ha negado y lo sigue haciendo. Incluso un grupo de estudiantes llegó a bloquear por este y otros motivos el consejo de gobierno que debía aprobar los presupuestos, el pasado mes de abril.
Las cuentas sufrirán un recorte del 1,5% respecto del curso pasado -en 2011 fue del 2%-, siempre a la espera de la aprobación de los de la Generalidad. Pero el capítulo de personal, según defiende Ramírez, no se resentirá. Eso sí, los despidos que se denuncian se refieren a las no renovaciones de docentes. En concreto, la no continuidad de una cuarentena de profesores lectores y la de un número indeterminado -pero probablemente elevado- de profesores asociados, los que no puedan acreditar dos de los últimos cuatro años trabajando fuera de los campus.