Dentro de un instituto forense, mucho más que una morgue: “Somos pioneros en actuar ante agresiones sexuales y trata”
A primera vista el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Catalunya (IMLCFC) parece un edificio inexpugnable, como todos los del complejo de la Ciudad de la Justicia de Barcelona. Una vez dentro, sin embargo, además del olor a formol, la sede alberga un sistema innovador que ha conseguido marcar un hito en las ciencias forenses de España: se ha convertido en el primer centro que incorpora una unidad de forenses de guardia especializados en violencia sexual y también un servicio de trata de personas.
Estas implementaciones se explican por el aumento de casos que existen en Catalunya, tal y como constatan las estadísticas policiales, el día a día en los juzgados y, también, en el IMLCFC. En el caso de las violencias sexuales, en el primer semestre de 2025 ha habido un total de 327 intervenciones de los forenses catalanes. Si el segundo semestre del 2025 se mantiene con las cifras del primero equivaldría a casi dos atenciones al día por casos de violencia sexual.
De todas las intervenciones del IMLCFC, el 88% han sido con una mujer como víctima y, de estas, la edad media ha sido de 28,2 años. Además, el 9% de las agresiones sexuales atendidas en el centro se perpetraron en grupo, un porcentaje “ligeramente superior” que en el año anterior, según recoge el IMLCFC.
“Somos clave para actuar en casos de agresiones sexuales y trata de personas, y tenemos en cuenta la perspectiva de género, y tenemos constancia de que las mujeres están, de un modo desproporcionado, más afectadas que los hombres por esta problemática”, explica la médica forense del IMLCFC, Elena Cano.
Para los forenses catalanes no basta con ser pioneros, sino que la clave está en renovar e innovar los propios servicios ofrecidos. Este centro contaba con dos médicos forenses en presencia continua las 24 horas del día. Desde el 1 de febrero, uno de ellos se dedica exclusivamente a tratar casos de violencia sexual ante el aumento de las cifras. El IMLCFC quiere así solventar el solapamiento de casos y aumentar la velocidad de actuación.
La médica forense del IMLCFC Sara Milián resalta la importancia de un servicio de guardia especializado en violencia sexual porque la mayoría de casos “pasan en los días de fin de semana y por la noche”. Aunque no todas las víctimas se encuentran en un estado psicológico que les permita denunciar a las pocas horas, la obtención de vestigios y la actuación rápida de los forenses puede ser muy relevante de cara a la evolución de las causas judiciales.
Cabe remarcar que el servicio del IMLCFC está dirigido a víctimas que hayan sufrido violencia sexual en los últimos diez días. Milián advierte de la importancia de realizar la visita forense “lo antes posible”, y, si es posible, sin haberse lavado o tirado la ropa para encontrar el máximo de pruebas posibles.
Los tres pilares que condensa el IMLCFC son fundamentales para la buena praxis: la disponibilidad de los profesionales para actuar en cualquier momento del día; la especialización de los mismos como médicos forenses, trabajando en conjunto con los médicos clínicos; y la accesibilidad para una activación inmediata sin el retraso injustificado en la actuación.
Para la trata de personas tampoco hay un buen pronóstico en cuanto a cifras se refiere. En cinco años, de 2020 a 2025, se ha atendido a un total de 98 víctimas de trata, una tendencia que, lejos de ir disminuyendo, cada año sube, puesto que el año anterior hubo un total de 16 casos y, en este primer semestre de 2025, ya se han contabilizado una veintena.
El IMLCFC también ha sido pionero creando esta unidad específica. “Los casos son muy variados, están centrados en delitos que atentan gravemente contra los derechos y libertades fundamentales de las personas, sometiéndolas a nuevas formas de esclavización”, asevera Cano.
La mayoría de las víctimas de trata atendidas en la unidad del IMLCFC son mujeres y personas transgénero, casi todas jóvenes, y sometidas a explotación sexual. En cambio, en la modalidad de explotación laboral, la mayoría de víctimas son hombres. En el caso de la explotación para la mendicidad, las víctimas son de edades avanzadas.
La intervención de los forenses, expone la doctora Cano, permite conocer el trauma que han sufrido las víctimas y el origen de su vulnerabilidad, algo indispensable para poder acabar con la misma, además de recopilar la información necesaria para “asistir como es debido” a las causas judiciales donde están implicados sus agresores.
“Constituimos una red de servicios forenses por toda Catalunya: estos servicios están diversificados por el territorio, en función de los flujos poblacionales hay más o menos profesionales; y centralizados en único organismo, como es la sede del instituto en Barcelona”, indica el director del IMLCFC, Eneko Barbería.
Aunque un instituto forense se centre, en su mayor parte, en colaborar en los procedimientos judiciales con el fallecimiento de una persona, también pueden contribuir a salvar vidas.
El IMLCFC lo hace gracias a la donación de tejidos. Es el cuarto centro sanitario y el primero que no es un hospital en donación de tejidos en Catalunya, con 136 donantes. Solo le supera el Hospital de Bellvitge, Vall d’Hebrón y el Clínic. En total, según las cifras acumuladas hasta 2024, el centro lleva conseguido 2.863 tejidos donados que provenientes de más de 2.000 donantes, con una media de 150 donaciones al año.
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