Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El ataque limitado de Israel a Irán rebaja el temor a una guerra total en Oriente Medio
El voto en Euskadi, municipio a municipio, desde 1980
Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Un agente de Policía golpea a un joven hondureño en Rocafort: “Sois todos iguales, te voy a mandar a tu país”

Captura del vídeo del momento en el que el agente se encara con el joven en Burjassot.

Miguel Giménez

València —

12

Un agente de Policía -el agredido asegura que se trataba de efectivos del Cuerpo Nacional de Policía- dio un fuerte puñetazo en el estómago a un joven de nacionalidad hondureña al que tenía retenido en Rocafort tras decirle: “Vas de chulo, sois todos iguales, te voy a mandar a tu país”, según consta en la denuncia que la víctima ha presentado en el juzgado de Paterna.

Fuentes de la Policía Nacional han asegurado a elDiario.es tras el visionado del vídeo que los hechos fueron protagonizados por agentes de la Policía Local de Rocafort y no por miembros del Cuerpo Nacional de Policía.

La agresión, que se produjo hace unos días, fue grabada por vecinos de la zona, y en ella se puede apreciar claramente el “estado de indefensión” del joven, que “en ningún momento ofrece resistencia, y el ruido del golpe que le hace retorcerse de dolor”, tal y como explican desde la organización València Acull.

Tras esta agresión, la Policía le ha incoado un procedimiento sancionador por estancia irregular, así como una propuesta de sanción por tenencia de drogas o abandono de instrumentos relacionados con las drogas, acusación que el joven niega rotundamente. La víctima ha acudido al Programa de Igualdad de Trato y No Discriminación de València Acull para denunciar los hechos. 

Los hechos sucedieron en la madrugada del pasado 17 de octubre, cuando J. E. Ch. regresaba a su casa en monopatín después de pasar un rato con sus amigos. A unos metros vio a varios policías haciendo un control en la calle Mariano Ribera de Burjassot. Tal y como asegura el denunciante, siguió su camino y, al pasar junto a los agentes, le pararon y le indicaron que se quitara los cascos. Se los guardó y le preguntaron si llevaba algo que le comprometiera: “Les dije que un grinder y lo entregué sacándolo de la riñonera que portaba”, tal como explica en la denuncia. El grinder es un molinillo que se emplea para pulverizar todo tipo de hierbas y especias; el joven afirma que el que dio a la policía estaba vacío.

Comenzaron a registrarle “con una actitud bastante prepotente, de superioridad hacia mí” y uno de los agentes empezó a empujarle hacia una esquina. El joven se sintió molesto con su conducta y le indicó que “si quería que me moviera que me lo dijera sin necesidad de empujarme”. Sin ofrecer resistencia, se colocó con los brazos cruzados contra la pared a la que le empujó el agente. Entonces, según afirma, “el mismo policía empezó a insultarme: ‘Vas de chulo, sois todos iguales, te voy a mandar para tu país’”. Le preguntó por unos chicos hondureños con los que habían tenido un problema el día anterior: “le contesté que no los conocía y me amenazó: ‘Si te pego una, no me la aguantas’”.

A pesar de la actitud del agente, el joven se mantuvo tranquilo -tal y como se puede ver en el vídeo grabado por los vecinos-, pero, “de repente, hizo un rápido movimiento con una mano, me separó los brazos y aprovechó para darme un fuerte puñetazo en el estómago”. El golpe le dejó sin aire, le hizo doblarse por la mitad y acabó vomitando. Los otros policías -en total eran cuatro, incluida una mujer, según recuerda la víctima- ni se inmutaron. Al contrario, “le pedí agua a uno de los policías pero no me la dio y me dijo, en tono irónico, ‘te descuidaste’, mientras la mujer policía, que era morena y parecía tener un ojo morado, se sonreía”.

Le ordenaron quedarse quieto mientras llegaban sus compañeros, que le hicieron firmar la citación para esa misma mañana en la comisaría de Burjassot con la Brigada de Extranjería para iniciarle el procedimiento por estancia irregular, “como supe cuando me presenté de forma voluntaria”. Cuando se fue la policía, varios vecinos que presenciaron la agresión bajaron para ver cómo estaba y le explicaron que antes de que le pararan a él, los mismos policías “identificaron a un conductor con rasgos europeos con una elevada tasa de alcoholemia, lo trataron como es debido y le acompañaron a su casa”, según explican.

Expulsión o sanción de hasta 10.000 euros

En la comisaría le notificaron el procedimiento, que contempla la expulsión o sanción de 501 a 10.000 euros, y una propuesta de sanción grave en aplicación del artículo 36.16 de la ley 4/2015 de Seguridad Ciudadana. Dicho artículo castiga “el consumo o la tenencia ilícitos de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, aunque no estuvieran destinadas al tráfico, en lugares, vías, establecimientos públicos o transportes colectivos, así como el abandono de los instrumentos u otros efectos empleados para ello en los citados lugares”. El joven asegura que no llevaba droga ni dejó abandonado ningún utensilio relacionado con droga, “tan sólo tenía un grinder vacío que en ningún momento traté de ocultar y que la propia policía comprobó que no había nada en su interior”.

“Las consecuencias de que un chico hondureño fuera retenido en un control policial son haber sufrido violencia, la posibilidad de ser expulsado o de imponerle una cuantiosa multa, la retención de su pasaporte, la obligación de presentarse en comisaría todos los meses y la propuesta de una sanción por su relación con drogas que no le comunicaron en el momento y que él niega”, recuerdan desde València Acull.

Para organización cívica, la actuación policial “es un ejemplo paradigmático de racismo institucional”. “La misma policía había parado minutos antes a un conductor español borracho al que trataron con respeto, según aseguran las personas que lo presenciaron”, aseguran, para añadir: “Sin embargo, al chico acabaron pegándole y le retuvieron únicamente por su aspecto porque su única posible infracción es que iba con los cascos oyendo música mientras se desplaza en monopatín. Ni aunque se hubiera dirigido con malos modos al policía se justifica que le golpee porque, como se aprecia claramente en el vídeo, no ofrece ningún tipo de resistencia ni actitud agresiva o amenazadora ni trata de huir. Hubo racismo en la causa de su identificación y violencia en la actuación policial”.

Por tanto, exigen que Interior aplique medidas disciplinarias en este caso de “evidente violencia policial”. “Si queda en la impunidad, como muchos otros casos denunciados en los CIE o los malos tratos que han sufrido personas en situación irregular en comisarías valencianas, otros funcionarios se sentirán legitimados para actuar de este modo”, concluyen desde València Acull.

Etiquetas
stats