El “alto coste” de la ofrenda solidaria ideada por el bipartito de Alicante para paliar la maltrecha imagen de Servicios Sociales
La gestión de la crisis a raíz de la Covid-19 ha puesto en el punto de mira a la concejala de Acción Social Julia Llopis. La regidora del PP ha logrado volver a unir a la izquierda (PSPV-PSOE, Unides Podem, Compromís), a las asociaciones y entidades vecinales y hasta al Síndic de Greuges en su contra. El organismo autonómico anunció que tenía que actuar de oficio ante la avalancha de denuncias que había recibido de vecinos que se quejaban de que la concejalía estaba desbordada y no había sabido atender a los barrios más golpeados por la pandemia, sobre todo en la Zona Norte.
El último capítulo ha tenido lugar este lunes, con el desplante de los partidos políticos de la oposición a la iniciativa municipal de promover una ofrenda solidaria en la plaza del Ayuntamiento con motivo de las Hogueras, suspendidas por el virus. “El bipartito debería haber quedado al margen totalmente de este acto. En cambio, buscan como sea cualquier salvavidas a su mala gestión de manera torticera, como es habitual en este alcalde y en este concejal de Fiestas. Menos palio y más empatía”, ha dicho el portavoz socialista, Francesc Sanguino.
Para Unides Podem, el equipo de gobierno está “institucionalizando la caridad” con el único propósito de mejorar la opinión que los colectivos sociales y la ciudadanía tienen de su labor al frente de los servicios sociales “después de que Julia Llopis ignorase de manera reiterada las peticiones del tejido social de la Zona Norte y acusase a las entidades de ‘ladrar’, a pesar de que están realizando el trabajo que ella elude”, ha dicho su líder, Xavier López, en alusión a la polémica de Llopis hace un mes respondiendo a las críticas vecinales que “el que más ladra no es el que más razón tiene”.
“Agradecemos y valoramos toda la labor solidaria que el conjunto del tejido vecinal, asociativo y festivo de la ciudad está realizando en estos meses, pero lo que no podemos compartir es que el bipartito pretenda tapar sus vergüenzas con actos benéficos tan alejados su función de garantizar derechos, avanzar en justicia social y garantizar unas mínimas condiciones de vida digna a todas las alicantinas y alicantinos”, ha dicho Rafael Mas, regidor de Compromís.
Pero el desplante no solo ha sido político. La asociación vecinal Colonia Requena, de Zona Norte, no aceptará ningún alimento que venga del Ayuntamiento de Alicante (que espera recaudar 20 toneladas con la ofrenda) porque entienden que durante los tres meses de pandemia no se han preocupado por las necesidades de los vecinos, quienes han tenido que recurrir a Alicante Gastronómica, Cáritas y la caridad particular.
A este respecto, y tras conocerse la resolución de la queja del Síndic de Greuges, reprochando al consistorio su “pasividad y falta de planes” para combatir la emergencia social, colectivos sociales como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Marea Roja y regidores de la oposición se concentraron el pasado jueves en la plaza del Ayuntamiento para pedir la dimisión de Julia Llopis como edil de Acción Social. De momento, Barcala la mantiene en el puesto
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