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La vuelta al mundo del hijo artista de la exdirectora del IVAM a cargo del presupuesto del museo

El artista 'Rablaci' ante una de sus esculturas.

Lucas Marco

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Portugal, Francia, China, Japón, Cuba, Guatemala, Ecuador, Argentina, República Dominicana, Chile, Uruguay, México... Rablaci (València, 1987), el hijo artista de la exdirectora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) Consuelo Císcar y del exconseller Rafael Blasco, condenado por corrupción, expuso sus obras en medio mundo con los recursos del museo, según la Fiscalía Anticorrupción. Un insólito tour internacional para un artista tan joven y que iniciaba su carrera en el mundo del arte contemporáneo (ni siquiera había acabado la carrera de Bellas Artes). La generosa beca otorgada por su madre llevó al artista, escultor y fotógrafo, a tres continentes y sin abonar ni un solo euro. Un espaldarazo que ya quisiera cualquier artista novel.

El escrito de acusación del Ministerio Fiscal, que solicita 12 años de cárcel para Císcar, detalla la vuelta al mundo del joven artista, con el que el personal del museo se volcó por orden de su madre. El coste del transporte de las obras y del artista y sus familiares ascendió a 143.883 euros, un importe asumido por las empresas de Enrique Martínez, investigado en la causa. Sus firmas, especializadas en la logística en el mundo del arte, obtuvieron adjudicaciones del IVAM por valor de 3,7 millones de euros en total. Anticorrupción considera que los pagos para las exposiciones de Rablaci (acrónimo de Rafael Blasco Císcar) fueron favores a cambio de convertirse en las adjudicatarias de cabecera del museo.

Consuelo Císcar, “en beneficio propio, dispuso de los medios materiales y personales del museo público para promocionar la carrera artística de su hijo, apartando ilícitamente estos medios del fin público al que se encontraban afectos”, indica el escrito de la fiscal. Varios subordinados de Císcar en el museo, según la investigación, se dedicaron al diseño de los catálogos y las invitaciones, la traducción de los textos e incluso el envío de cartas personales y el currículum de Rablaci, del que se archivó la causa.

Madrid

El periplo del artista comienza en la galería Raquel Ponce de Madrid, en octubre del 2008, “un acontecimiento importante para la acusada ya que se trataba de la primera exposición individual de su hijo”. Los gastos del transporte de las fotografías y esculturas, así como el alojamiento de Rablaci, corrieron a cargo de Sakvitur, una de las empresas de Enrique Martínez, que emitió las facturas pero nunca las cobró. Antes de esta exposición, Císcar decidió comprar para el IVAM a la galería madrileña una obra del artista Jorge Pineda por 41.760 euros “sin tramitar el oportuno expediente de contratación”, según el Ministerio Fiscal.

Portugal

Tras esta primera exposición, Rablaci saltó a Portugal, donde fueron a parar tres de sus obras en una exposición colectiva celebrada en el Centro Cultural de Cascáis entre agosto y septiembre del 2008. Paralelamente, el IVAM celebró en el país vecino tres exposiciones, a una de las cuales (la del escultor y amigo de la familia Ramón de Soto, histórico padrino de Rablaci), asistió Císcar acompañada de su marido Rafael Blasco. El coste del viaje del exconseller lo asumió el IVAM mientras que el de su hijo, así como la logística del transporte de sus obras, lo abonó la empresa Sakvitur.

Al año siguiente, Rablaci presentó su exposición individual titulada Metáforas del hombre contemporáneo en el Convento Cristo de Tomar, que coincidió con una muestra organizada por el IVAM en Cascáis. “Gracias a la coincidencia de las exposiciones en dos ciudades próximas”, Consuelo Císcar “aprovechó para desplazarse previamente” a la exposición de su hijo, “pagando este traslado con los fondos públicos del IVAM” y, de nuevo, en compañía de su marido.

En julio del 2011, Rablaci inauguró su exposición Huellas del desarraigo en el Centro Cultural y de Congresos Caldas de Rainha, donde se trasladaron 39 fotografías, nueve esculturas y una instalación. De nuevo, las empresas de cabecera del IVAM asumieron los costes del transporte de las obras y del artista.

Asia

En 2007, el IVAM firmó un convenio con la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España por el que el museo cedía una exposición para su exhibición durante dos años en Hanoi, Pekín, Shenzhen, Japón y Corea del Sur. Con posterioridad, se amplió el convenio para que la exposición continuara en otras tres ciudades chinas y en Singapur.

Así, Císcar eligió a una mercantil del empresario investigado para organizar una exposición paralela de su hijo en varias ciudades chinas que finalizaba en Japón. La coincidencia de las exposiciones del IVAM y las de Rablaci “le valió a la acusada para acudir a la inauguración de la muestra de su hijo en China”, repercutiendo el coste del viaje al museo que dirigía y “simulando un compromiso profesional”.

“La realidad era que que acudía para asistir a la inauguración de la exposición de su hijo”, sostiene la representante del Ministerio Fiscal. Tras visitar Shanghai, la directora del museo acompañó a su esposo, en aquel momento conseller del Gobierno autonómico de Francisco Camps, a visitar la colonia de Vicente Ferrer en la India. Por indicación de la entonces directora del IVAM, el coste íntegro del viaje fue cobrado por su empresario de cabecera al IVAM, “omitiendo deliberadamente en la facturación el último tramo del viaje” a Bangalore (India), según Anticorrupción.

El empresario Enrique Martínez confeccionó seis facturas emitidas a las galerías chinas por las que pasó la obra de Rablaci, cuyo itinerario se cerró en la embajada española en Tokio, “simulando que habían sido ellas las que se habían encargado de todos los costes”. En total, las facturas presuntamente falseadas ascendían a 435.000 euros, sin que conste que los supuesto receptores abonaran los fondos. “Tras su gira por Asia”, abunda el escrito de acusación de la Fiscalía Anticorrupción, la entonces directora del IVAM “organizó otra por Latinoamérica”. 

Cuba

“Gracias a los contactos” de su madre, Rablaci participó en la X Bienal de La Habana, celebrada en 2009, con una serie de siete fotografías titulada Body Art y Naturaleza. En la misma bienal participó el IVAM presentando una obra del artista portugués Julio Quaresma. “Aprovechando el traslado”, el empresario de cabecera de Císcar incluyó en el contenedor para el transporte del material las siete fotografías de Rablaci, “haciéndolas pasar como fotografías para paneles y una estructura de hierro”. A la inauguración, asistió Consuelo Císcar, acompañada de dos de sus hijos y su nieta.

El periplo de Rablaci en la isla continuó con su exposición individual Metáforas del hombre contemporáneo en el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam de La Habana en abril del 2010. La muestra coincidió con una exposición organizada por el IVAM en el Museo Nacional de Bellas Artes de la capital cubana. Una vez clausurada, las obras del joven artista se trasladaron al Centro Provincial de Holguín y a la Galería de Arte Universal Alejo Carpentier de Camagüey. Luego partieron a Santo Domingo. 

Guatemala

La siguiente parada fue una exposición colectiva en la Galería de Carlos Woods en Ciudad de Guatemala, celebrada en septiembre del 2009. El transporte y el seguro de las siete fotografías fue financiado por la galería guatemalteca y, de nuevo, una de las empresas de Enrique Martínez se encargó del servicio. Las facturas fueron asumidas por la empresa Sakvitur para simular que Císcar había abonado los fondos. El convenio de colaboración con la galería fue confeccionado por dos empleadas del IVAM.

Ecuador

En Ecuador, siguiente destino, Rablaci participó en la X Bienal de Cuenca, en la que presentó su obra Metáforas de las relaciones. El certamen se celebró entre octubre y diciembre del 2009 y los gastos fueron asumidos por Logística del Arte SL, del empresario investigado en la causa. “Para generar la apariencia de que los gastos derivados de esta exposición habían sido financiados por la X Bienal de Cuenca”, el empresario confeccionó una factura de 45.000 euros que “nunca presentó ni cobró”, señala la fiscal. La instalación no regresó a España al ser donada por Rablaci al Museo del Banco Central de Ecuador.

Argentina

En la Galería Daniel Mamman de Buenos Aires, Rablaci presentó en noviembre del 2009 su exposición Metáfora del hombre contemporáneo, cuyo traslado, montaje y desmontaje asumió de nuevo Logística del Arte SL, que subcontrató los trabajos. La exposición coincidió con otra organizada por el IVAM en el Museo Nacional de Bellas Artes. El empresario y uno de sus empleados se trasladaron desde Tokio, donde estaban desmontando otra exposición de Rablaci. “Para simular que la galería bonaerense se había hecho cargo de los gastos generados por la exposición”, Enrique Martínez confeccionó una factura de 90.000 euros, según las pesquisas de Anticorrupción.

República Dominicana

La instalación Metáforas del hombre contemporáneo viajó a la I Trienal Internacional del Caribe de Santo Domingo, celebrada en septiembre y octubre del 2010. De nuevo, el IVAM estuvo presente en ese certamen con una obra de Julio Quaresma. La instalación de Rablaci, compuesta por tres esculturas de naranjos y tres fotografías, fue trasladada desde La Habana hasta la República Dominicana por Logística del Arte SL a petición de la madre del artista, según el escrito de Anticorrupción.

Otra empresa costeó el alojamiento y la estancia del joven artista en el país centroamericano, donde su tío Sergio Blasco trabaja actualmente tras abandonar la gerencia del Hospital Provincial de Valencia a consecuencia del caso Osvaldos. No consta el abono de la factura, de 14.950 euros ni está anotada en la contabilidad de la mercantil. La obra fue donada por Rablaci al museo.

Chile

La misma instalación de los naranjos se trasladó al Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile, donde permaneció expuesta entre julio y agosto del 2010. Las obras zarparon desde el Puerto de Valencia y regresaron por vía aérea a Madrid. Los gastos fueron asumidos por la empresa de Enrique Martínez “pese a que el servicio fue prestado para la acusada Consuelo Císcar”, señala la fiscal.

Uruguay

La exposición de Rablaci, compuesta por 25 fotografías, se trasladó en septiembre del 2010 al Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo. Tanto el traslado de las obras como el viaje del artista, al igual que en ocasiones anteriores, fueron costeados por Logística del Arte SL.

México

La muestra Metáforas del desarraigo se expuso en el Palacio de Minería de México DF entre diciembre del 2010 y enero del 2011. La empresa de cabecera de Císcar se hizo cargo del montaje, para lo que trasladó a tres de sus empleados hasta México. La firma, según su contabilidad, abonó por los gastos de transporte 10.526 euros.

Francia

El país galo fue la última parada del itinerario internacional de la obra artística de Rablaci. Allí participó en una exposición colectiva celebrada en diciembre del 2010 en la Galería Dung Bui de Saint Paul de Vence. Logística del Arte SL asumió los gastos del transporte y trasladó a dos operarios que se alojaron en Niza. A la exposición acudió el joven artista acompañado de sus padres y de unos amigos, unos gastos que sufragó Sakvitur. El coste total del viaje en avión de las cinco personas ascendió a 5.309 euros, que asumió el empresario.

La vuelta al mundo de 'Rablaci' costó 143.883 euros

Así, el itinerario del joven costó a las firmas de Enrique Martínez 143.883 euros, según el recuento de la Fiscalía Anticorrupción. “Dicha financiación sólo tenía como finalidad compensar a Consuelo Císcar las contrataciones públicas que decidió a su favor durante la etapa que estuvo al frente del IVAM” y que supusieron adjudicaciones por valor de 3,7 millones de euros.

A la exdirectora del IVAM, el lanzamiento de la carrera artística de su hijo le puede salir muy caro. La Fiscalía Anticorrupción solicita para Consuelo Císcar una pena de 12 años de prisión por los presuntos delitos de malversación de caudales públicos y cohecho, además de inhabilitación especial para empleo o cargo público durante una década.

De la carrera artística de Rablaci no se ha vuelto a saber nada.

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