Las empresas que pagaban viajes de lujo de Císcar comenzaron a trabajar con el IVAM al llegar la directora
Las empresas que costeaban los lujosos viajes de la exdirectora del IVAM, Consuelo Císcar, y del exconseller Rafael Blasco, empezaron a trabajar con el museo coincidiendo con la llegada de Císcar, nombrada por el Partido Popular en 2004. La jefa del departamento de registro de obras de arte declaró ante la Policía que Císcar le impuso que cuando se pidieran los presupuestos para el transporte de los objetos artísticos del museo, se incluyera a las empresas Valsatrans y Logística del Arte, cuyo responsable, Enrique Martínez Murillo, está investigado en la causa que investiga el Juzgado de Instrucción número 21 de Valencia.
Otro testigo, trabajador del mismo departamento del museo, refrendó que las empresas comenzaron a trabajar en el museo coincidiendo con la llegada de Císcar a la dirección del IVAM. Este trabajador considera que carecían “de la especialización necesaria” para realizar los transportes.
Las empresas de transporte de obras de arte y de viajes, actualmente en concurso de acreedores, pagaron a cargo del IVAM lujosos viajes del matrimonio Blasco-Císcar y de sus familiares a Shanghai o Roma, tal como informó este diario. El museo sufragó gastos de viajes y alojamientos de la exdirectora, sólo entre 2009 y 2013, por un valor de 137.717 euros, según un demoledor informe de la Intervención de la Generalitat Valenciana.
También se abonaron gastos para desplazamientos de personal que ni siquiera trabajaba en el museo. Así, la pinacoteca pagó 37.903 euros por viajes y dietas de Pilar Mundina Gómez, “sin que se hayan acreditado el motivo de los desplazamientos ni la relación laboral de esta persona con el IVAM”, señala la Intervención. Mundina, investigada en la causa, trabajaba en el Institut Valencià de la Joventut pero ejercía de asistente personal de Císcar en sus viajes. Esta mujer obtuvo una comisión de servicios para trabajar en el museo que, según la Intervención, es nula al no haber sido dictada por el órgano competente.
El funcionario del departamento de registro de obras de arte relató a los investigadores del caso la “forma poco ortodoxa” con que las empresas de transporte trabajaban con el museo. En los desplazamientos de obras de arte al extranjero se encargaban de todo, aportando el material del montaje y los operarios, “cuando lo habitual es que dicho material y personal se subcontrate en destino”, lo que “abarata el montaje”. Los gastos de transporte y montaje siempre los abona el museo que recibe las obras y nunca el que las presta, explica.
A la jefa del departamento le resultó “llamativo y extraño” que los museos extranjeros solicitaran los servicios de transporte de una de las empresas del imputado Enrique Martínez Murilo. Los trabajadores del departamento de registro de obras de arte “fueron vetados para viajar junto a las exposiciones fuera de España”. Durante el controvertido periodo de Consuelo Císcar al frente del IVAM, sostiene el testigo, el museo abonó “incluso las invitaciones de los eventos y los cócteles” de las exposiciones en el extranjero. En algunos casos, se trataba de “artistas desconocidos cuyas obras se exponían en países o museos de poco prestigio, con dinero del IVAM”.
El trabajador también relató a la Policía que, tras hacer un informe desfavorable sobre el transporte de una obra de arte, Císcar, junto a su jefa de gabinete, Raquel Gutiérrez, también investigada en la causa, se presentaron en su oficina para transmitirle “en tono imperativo” que “nunca más se hiciera informe o queja por escrito” sino que se lo dijera “verbalmente a ella”.
El director administrativo, Juan Carlos Lledó, investigado en la causa y condenado por tenencia de pornografía infantil, “era el primero en ver los presupuestos de las empresas” que optaban a los concursos del IVAM, explica la jefa del departamento en su declaración. Un tercer testigo, responsable del departamento de publicaciones, contó a los investigadores que Lledó, justo antes de la finalización del plazo para presentar las propuestas económicas, se las llevaba para estudiarlas. “Extrañamente”, continúa el testigo, “se recibía por correo electrónico en las oficinas del IVAM el presupuesto de una de estas empresas, que hasta ese momento no lo había remitido, resultando ser más barato que cualquiera de los presentados hasta ese momento”.
La Policía, según fuentes cercanas al caso, requisó abundante documentación de las empresas de transporte y viajes de Enrique Martínez y registró una nave en Bétera de su propiedad. Las mercantiles se encuentran hoy en día en concurso de acreedores.
