Abel Cardona, de Reiniciem, será alcalde de Benissa y el PP pasará a la oposición tras 18 años
Falta el protocolo del pleno que debe celebrarse este martes, pero ahora mismo todo está claro en Benissa, donde acaba de fraguarse un terremoto político de importantes dimensiones, no sólo para este municipio, sino para toda la comarca. Abel Cardona, de la plataforma cívica Reiniciem, será el próximo alcalde de esta localidad y formará un nuevo ejecutivo de izquierdas junto al PSPV y Compromís, lo que finalment envía al PP a la oposición.
Eso será posible después de que el único edil de Ciudadanos en la corporación, el exalcalde Isidor Mollà, haya decidido otorgar su voto favorable al nuevo tripartito. Cardona recibirá así 9 sufragios (los 8 del nuevo tripartito y el de Mollà), mientras que el candidato popular, Arturo Poquet, únicamente contará con los ocho de su propio grupo municipal.
Desde el pasado 5 de enero, las negociaciones han sido frenéticas en Benissa. Por un lado entre el tripartito y Mollà, cuyo voto era evidentemente clave. Pero es que, además, en las últimas horas el concejal de Ciudadanos ha recibido numerosas llamadas telefónicas de altos cargos del PP alicantino pidiéndole que reconsiderara su postura y apoyara un gabinete de Poquet, a quien los populares habían designado sucesor del dimitido munícipe Juan Bautista Roselló.
Sin embargo, Mollà, cuyas relaciones con el PP siempre fueron muy difíciles, ha acabado apostando por dar apoyo al tripartito. También ha tenido que dar numerosas explicaciones a la cúpula de Ciudadanos, que tenía serias dudas sobre la decisión de su edil de Benissa.
Salvo sorpresa de última hora, Cardona recibirá este martes poco después de las 18.00 horas la vara de mando de Benissa. Cuando lo haga, se pondrá fin a casi 18 años de ejecutivos populares en la localidad, los mismos que llevaba Roselló en el cargo. El cambio político supone además una irrupción de la izquierda en el sur de la Marina Alta, que seguía dominada por ejecutivos populares, tanto en Benissa como en Teulada-Moraira y Calp.
Los protagonistas
Reiniciem fue la segunda fuerza política más votada, tras el PP, en las pasadas elecciones municipales. Es el primer movimiento de estas características –ya sea con fuerzas vinculadas a Podemos o no, que en Benissa no es el caso– que se hace con una vara de mando en la Marina Alta. Hasta ahora, el que más lejos ha llegado es Junts per Gata, que apoya a la alcaldesa de Compromís en el municipio del Gorgos; mientras que en otras poblaciones como Dénia o Calp están en la oposición.
El entendimiento entre Cardona y los portavoces del PSPV, Manolo Juan, y de Compromís, Xavi Tro, no ha sido sencillo. Tras las elecciones, Juan y Tro abogaron ya por un pacto progresista que pusiera fin a tanto años de poder popular, pero Cardona y su gente no lo vieron claro: identificaban a socialistas y valencianistas con los representantes de la vieja política de siempre, más interesados en llegar al gobierno que en articular propuestas concretas para transformar el pueblo.
Pero ahora todo eso ha cambiado: ésta ha sido una legislatura muy difícil en Benissa, sobre todo después de que el PP local se haya visto salpicado por el escándalo de la operación Taula. PSPV y Compromís han seguido insistiendo en la necesidad de lograr un cambio político y a Reiniciem se le han ido acabando las excusas para no hacerlo. A eso hay que añadir la generosidad de socialistas y valencianistas en cederle a Cardona una alcaldía que especialmente los socialistas, que tienen el mismo número de concejales que Reiniciem, tres, podía haber exigido. Y, finalmente, la dimisión de Roselló ha sido el detonante para intentar lograr el cambio. Mollà mediante, por supuesto.
Cómo ha conseguido Mollà el plácet de C’s a un gobierno formado por un movimiento surgido del 15-M, el PSPV y Compromís, es un misterio. Mollà se presentó a las últimas elecciones liderando Ciudadanos porque la marca estaba en ese momento disponible, pero lo podría haber hecho con cualquier otra. En el pasado ya utilizó unas cuantas: fue alcalde entre 1987 y 1999, primero con el CDS y luego con un partido independiente, el CIBE, que llegó a vincularse al Bloc.