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Jorge Rodríguez, un joven alcalde con ambición que no pudo derrotar a Ábalos

Ximo Puig y Jorge Rodríguez.

Adolf Beltran

Valencia —

Ha formado parte de un grupo de jóvenes alcaldes que venían a representar las opciones de renovación de los socialistas valencianos. Nacido en 1979, Jorge Rodríguez es alcalde de Ontinyent desde 2011. En un contexto de retroceso general del PSPV-PSOE en las elecciones, consolidó y aumentó sus apoyos al conseguir una mayoría muy absoluta en los últimos comicios locales de 2015, lo que sumado a su acercamiento al líder socialista valenciano y presidente de la Generalitat, Ximo Puig, le llevó a la presidencia de la Diputación de Valencia, al frente del un pacto de gobierno con Compromís, València en Comú y Esquerra Unida.

Con estudios de Medicina que abandonó para licenciarse más tarde en Ciencias Políticas, Rodríguez optó por Puig en el congreso de Alicante de 2012 en el que este último derrotó a Jorge Alarte y se convirtió en secretario general del PSPV-PSOE. Su aproximación, sin embargo, no acabó de convertirlo en un hombre de la total confianza de Puig. Así quedó en evidencia en el último congreso del PSPV-PSOE celebrado en Elche en 2017, del que el presidente de la Diputación intentó salir como número dos del partido y tuvo que conformarse con ser secretario de comunicación y portavoz.

Alineado con Puig en el pulso interno que derribó a Pedro Sánchez como secretario general del PSOE, ambos se opusieron a su regreso, una actitud que colocó al líder valenciano en una delicada situación tras la apabullante victoria de Sánchez. Posteriormente, el jefe de la Diputación tampoco logró su objetivo de convertirse en secretario general de la provincia de Valencia. Rodríguez especuló con presentar su candidatura para suceder a José Luis Ábalos, actual ministro de Fomento, como dirigente provincial, una vez que el primero ocupó la secretaría de Organización del PSOE en la nueva ejecutiva del actual presidente del Gobierno. Pero renunció finalmente a intentarlo y dejó el campo libre a que se convirtiera en secretaria provincial Mercedes Caballero, persona de la total confianza de Ábalos.

De talante amable y sosegado, Rodríguez cautivó al electorado de su ciudad y todo el mundo lo colocaba entre los eventuales aspirantes a suceder a Ximo Puig al frente de los socialistas valencianos. Su carrera ha topado brutalmente con el fantasma de la corrupción que anida en la antigua empresa pública Imelsa y que optó por no cerrar y solo cambiar de nombre -ahora se denomina Divalterra- al llegar a la presidencia de la Corporación provincial. Es la misma empresa pública que costó el cargo a Alfonso Rus, del PP, y que dio lugar gracias a las grabaciones de Marcos Benavent, el “yonqui del dinero”, a la investigación del caso Taula. Los oscuros movimientos de cargos en Divalterra en esa etapa de transición investigados por un juzgado le han dado a Jorge Rodríguez un disgusto el día después de cumplir 39 años, cuando ha sido detenido junto a algunos colaboradores.

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