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Manolo Ambou, el fotógrafo que lleva 50 años detrás de especies comunes y atípicas en el Parque Natural del Turia

Manolo Ambou explica algunas especies de aves en su exposición de la "Guía de las aves y mamíferos de Parque Natural del Turia".

Leila El Moudni Guerrero

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El Museo de Ciencias Naturales de Valencia ha presentado la obra “Guía de las aves y mamíferos del Parque Natural del Turia” en la que Manolo Ambou, fotógrafo de naturaleza, en colaboración con Luis Santamaría, Eusebio García, Antonio Vela y la asociación Naturhide, ha realizado un proyecto en el que ha conseguido fotografiar más de 126 aves y 19 mamíferos en este espacio protegido.

Begoña Poza, directora del museo, muestra su agradecimiento a Ambou por esta labor que “contribuye a poner en valor el paisaje y mostrar la riqueza de la fauna que se encuentra al alcance de todos”. Con ello, Antonio Ballester, director del Parque Natural del Turia, destaca la complejidad de hacer un seguimiento durante tantos años y captar especies “difíciles de ver”.

“Manolo ha logrado descubrir una de las aves más complejas de encontrar por estas zonas, el alcaraván común. Además, recientemente ha aparecido una nutria. En el paraje tenemos limitaciones económicas y personales, pero intentamos mejorar y conservar la naturaleza gracias a trabajos como los de Ambou”, subraya Ballester.

El fotógrafo rememora la motivación del proyecto: “Hace quince años pensaba que no lograría acabar el trabajo, pero en la pandemia me di cuenta de que las miles de fotografías que tenía en los cajones debían usarse o se iba a desperdiciar su función”.

De Valencia a Chulilla, el nacimiento de la idea

Ambou inició el seguimiento de aves y mamíferos en los años 70. “Lo más importante del trabajo de campo es el oído. Con el sonido, descubres el animal, pero tienes que adquirir un previo aprendizaje, y después, debes estudiar sus costumbres. Todo ello te permitirá esconderte cerca de esa especie y esperar a que venga”, explica el fotógrafo.

Respecto el material usado, las imágenes iniciales se realizaban con cámaras analógicas: “En esa década solo podía disparar una fotografía porque el carrete costaba mil pesetas y no tenía subvenciones de ningún tipo de entidad o institución. He llegado a retratar 148 especies”.

La limitación de ese tipo de cámaras impedía que el fotógrafo pudiese ver la calidad, nitidez y encuadre de las imágenes tomadas en el momento. Con la aparición de las cámaras digitales, el trabajo de campo fue más eficaz. “Tenía la posibilidad de hacer muchas fotografías y además, de crear vídeos. Gracias a ello aparecieron captadas más especies”.

Manuel Ambou siempre había trabajado en solitario hasta que conoció Naturhide, una asociación sin ánimo de lucro de fotógrafos de fauna salvaje. “Ideamos escondites llamados hides, casitas pequeñas donde caben dos o tres personas y con un cristal espía de vidrio reflectante. Colocábamos agua y comida para atraer a la fauna. En una mañana podíamos llegar a fotografiar hasta 17 especies”.

En palabras del fotógrafo, la difusión de la fauna era escasa antes de los 2000: “Solamente Félix Rodríguez de la Fuente ejercía de divulgador científico en este ámbito. Además, Ambou añade que desde los 80 se ha prestado a realizar charlas. ”Empezaron a aparecer aficionados a la naturaleza cuando les dije que varias especies de aves se podían encontrar en sus pueblos“, destaca.

La fauna más insólita cerca del área metropolitana de Valencia

La exhibición está disgregada en aves y mamíferos en los que se mezcla una diversidad de especies como las águilas, grullas, halcones, corzos o murciélagos. Durante el acto de presentación, Ambou destacó que las aves están ordenadas en relación con su nombre científico.

“No todas las imágenes se han tomado en el parque porque es complicado encontrarlas en la misma zona”, indica el fotógrafo. Con ello, prosigue con la narración de las fotografías ilustrativas de su labor durante 50 años.

“He catalogado como reina del parque a dos animales en concreto: el águila perdicera, de la especie de las aves, porque habita desde hace 45 años en Pedralba y permanece en el mismo nido desde hace doce años; y en el grupo de los mamíferos he escogido la nutria, la única captada en este paraje”, concreta Ambou.

El autor califica de “curiosidades” algunas aves como el morito común, que existía en la Albufera y que recientemente ha llegado al Parque Natural del Turia; el águila culebrera, que posee “una vista increíble” sin mover el ojo; o el halcón peregrino, una de las aves más veloces. “Los mejores aviones se han copiado de la forma de este animal. Gracias a los bulbos que disponen en su raíz, pueden respirar a 400 km/h cuando caen en picado”, señala el fotógrafo.

En cuanto al bloque de mamíferos, Ambou especifica que existen cerca de 30 especies de murciélagos en la Comunitat Valenciana y añade que existe una en concreto que tiene la capacidad de pescar: “Gracias a un aparato que capta el sonido de los animales, descubrimos que hay un murciélago por Riba-Roja que se dedica a capturar peces”.

Ambou comenta que su labor se ha centrado en estudiar el corazón del parque, situado entre Pedralba y Vilamarxant. “En aquel momento, le comuniqué al Ayuntamiento de Valencia que este paraje debía conservarse. Se ve que alguien me escuchó y se creó el Parque Natural del Turia”. Además, puntualiza que el trabajo se ha hecho de manera altruista, puesto que no ha recibido ninguna subvención pública ni privada.

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