Quiebra el pastelero del Rey
El juez ha ordenado la disolución de la empresa del repostero Paco Torreblanca para pagar, en la medida de la posible, las deudas a sus acreedores. Torreblanca (Villena, Alicante, 1951) es un cocinero de larga y exitosa trayectoria que saltó a la fama en 2004, cuando preparó la tarta nupcial para la boda del príncipe Felipe y Letizia Ortiz.
“Yo sólo digo que si se pudiera votar para elegir al presidente de la República, yo votaría al Rey”, ha bromeado Torreblanca en alguna ocasión en alusión a su conexión con la Casa Real
El caché pretendidamente ofrecido por aquel golpe de efecto –una publicidad enorme a coste cero gracias a la boda del príncipe- no ha sido suficiente para salvar Pastelería Totel, la empresa de Torreblanca, con sede en Elda (Alicante). Hace siete meses, Torreblanca y su esposa, otra de cuyas empresas tiene establecimientos en Valencia y Alicante capital, se habían declarado en concurso de acreedores.
Entonces, el repostero achacó su decisión a “la situación financiera en la que se han visto inmersos” por la crisis económica general, el descenso de ventas de su negocio y la “sobredimensión” de su empresa, muy grande y con gastos fijos excesivos para el volumen de negocio actual.
Torreblanca y su mujer, María Consuelo Coloma, no han podido, finalmente, salvar la empresa, que será liquidada por el administrador concursal. Torreblanca, nombrado mejor repostero de Europa en 1990 e investido doctor Honoris Causa por la Universidad Miguel Hernández de Elche en 2013, protagoniza ahora Deja sitio para el postre, otro reality show sobre cocina que emite Cuatro.
Parece que Torreblanca no tiene suerte. La cadena de Mediaset ha cambiado el día de emisión del programa por su baja audiencia, muy lejos del éxito de otros programas similares como Top Chef o Master Chef.