Cáritas advierte de que la pobreza se está cronificando y aceptando como “un modo de vida”
Cáritas Diocesana de València ha advertido que “los indicadores macroeconómicos en la Comunitat Valenciana muestran una recuperación económica satisfactoria, pero que no alcanza a toda la población”. Así el director de la institución Ignacio Grande apunta que hay una “cronificación de las situaciones de pobreza”, que ello “las deja atrapadas en realidades de exclusión de las que cada vez les es más complicado salir y la recuperación es más difícil para la población más vulnerable”, e incluso que al final “la precariedad se extiende y se ve como algo normal, y nos preocupa que la pobreza se convierta en un hecho aceptado, en un modo de vida”.
Estas han sido las principales conclusiones presentadas por a institución en su Memoria Institucional 2018 donde se vuelve a mostrar, un año más, que, a pesar de que los indicadores macroeconómicos muestran una leve recuperación, esta mejoría no se aprecia respecto al inicio de la crisis y las tasas de pobreza siguen siendo más altas que en el resto del Estado. Durante el mismo ejercicio se alcanzaron las 50.130 personas beneficiarias de las ayudas de Cáritas, por lo que la tendencia de descenso de los últimos seis años, desacelera y parece estabilizarse.
La secretaria general de Cáritas Diocesana de Valencia, Fani Raga, ha señalado que todas las tasas de riesgo de pobreza y exclusión sitúan a la Comunitat Valenciana por encima de la media nacional, y entre 2008 (año de comienzo de la crisis) hasta 2017 han crecido los indicadores de privación material en la Comunitat.
Así, mientras que en 2008 el 30,6% de las personas no tenía capacidad para afrontar gastos imprevistos, en 2017 el porcentaje ha crecido hasta el 49,5%; y en el caso de las personas que no pueden permitirse una comida de carne o pescado al menos cada dos días, se ha pasado del 1,7% en 208 al 5,1% en 2017.
“Ha aumentado la brecha entre ricos y pobres, y mientras en los últimos diez años los ingresos de la población más rica ha crecido un 3%, los de la población más pobre han disminuido el 11,5%”, ha indicado Raga.
En cuanto al perfil de las personas beneficiarias, las que más demandan el apoyo de Cáritas son parejas jóvenes y mujeres solas con hijos, personas solas y personas migrantes en situación de irregularidad administrativa. Del mismo modo, este año se aprecia un leve incremento de las personas migrantes que han accedido a los servicios de Cáritas a solicitar ayuda (53%) y son, también, mayoría mujeres las que demandan los servicios de la entidad (76%). Estos perfiles, descritos por las Cáritas parroquiales en sus memorias se corresponden con las poblaciones con mayores factores de exclusión que aportan los estudios sobre pobreza y exclusión en la Comunitat Valenciana, como el de la Fundación FOESSA.
Económicamente Cáritas invirtió un total de 3.573.226 euros en sus programas de atención social, en el apoyo a las Cáritas parroquiales y sus proyectos y en Campañas de emergencia, entre otros. Asimismo, el 85% de los recursos con los que cuenta la entidad provienen de fondos propios.
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