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València aplaza la revisión catastral pendiente desde hace 12 años y evita un tarifazo en el IBI de cara a las elecciones de 2023

Fachada principal del Ayuntamiento de València

Carlos Navarro Castelló

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“Lo dejamos en estudio, se está evaluando la posible repercusión”. Así se ha pronunciado el concejal de Hacienda del Ayuntamiento de València, Ramón Vilar, sobre el anuncio realizado el pasado mes de agosto referente a la solicitud a la Dirección General del Catastro de la revisión de los valores catastrales de la ciudad, pendiente desde hace 12 años.

Vilar comentó entonces que tras el verano se solicitaría oficialmente al departamento dependiente del Ministerio de Hacienda el inicio de los trámites para la revisión de la ponencia de valores puesto que la actual lleva 22 años en vigor y está desfasada.

Estos valores sirven como referencia para definir lo que debe de pagar cada vecino y vecina por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), en función de la zona en la que vive.

Sin embargo, tal y como ha confirmado el edil, de momento esta decisión queda aparcada.

Como informó eldiario.es, esta revisión podría implicar un incremento del citado tributo y de cumplirse los plazos habituales podría ser de aplicación en año preelectoral, de cara a los próximos comicios municipales de 2023, con el coste político que puede conllevar. 

Este aspecto puede haber sido uno de los que han hecho que el Gobierno municipal se haya replanteado la iniciativa, máxime tras el aluvión de críticas que ha recibido de la oposición por el aumento del recibo del agua y de diferentes impuestos municipales previstos para este año.

Según el Ministerio de Hacienda, este tipo de procesos conllevan normalmente un plazo de entre un año y medio y dos años, por lo que de iniciarse tras el verano como estaba previsto, finalizaría en el año 2021 y entraría en vigor en el año 2022, uno antes de las próximas elecciones.

El ejemplo reciente más parecido a una ciudad como València se ha vivido en Barcelona, municipio que llevaba 16 años sin actualizar sus valores. En la ciudad condal el proceso de tramitación duró dos años y entró en vigor el 1 de enero de 2018 con un incremento de los valores catastrales del 21% aplicados de forma prorrateada durante los 10 años de vigencia de la revisión.

Esto no significa que el recibo del IBI sufra finalmente un aumento del 21%, puesto que el valor catastral es solo la base imponible del tributo, al cual hay que añadir el tipo de gravamen que aplica cada Ayuntamiento y que se puede modular para que la subida sea progresiva.

Vilar ya comentó en este sentido que la posible subida en el IBI que puede generar la revisión catastral es algo que tienen en cuenta y que de producirse, rebajarán el tipo municipal para absorberla y dejarla sin efecto. “La revisión no implica necesariamente una subida de la cuota líquida que pagan los vecinos”, explicó.

De hecho, recordó que en los últimos Presupuestos Generales del Estado el entonces ministro Montoro (PP) subió el IBI 4 puntos a los municipios que como València no habían actualizado sus valores catastrales en los últimos 10 años, “una subida que este Ayuntamiento progresista neutralizó bajando el tipo municipal”. Para este año, por el mismo motivo, la subida será del 3%.

En el año 2007, cuando caducó la última revisión catastral que se aplicó en València en el año 1997 (tienen un periodo de validez de 10 años) con el PP de la exalcaldesa fallecida Rita Barberá al frente del Consistorio, hubo un amago de inicio del proceso, pero finalmente se paralizó precisamente por temor al coste político que hubiera conllevado un importante aumento del impuesto en plena crisis económica.

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