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Las quemas de paja de arroz en la Albufera de València ponen en riesgo la Devesa y duplican el límite legal de emisiones

Los bomberos de València intervienen para evitar que el fuego de la quema de paja de arroz se descontrole.

Carlos Navarro Castelló

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“La quema de paja de arroz estaba completamente desatendida, prendieron fuego al campo y se fueron porque allí no había nadie. Las llamas han saltado al cañar de al lado lo que ha obligado a intervenir a los bomberos que han sido avisados por los vecinos y vecinas ante el riesgo de que se pudiera propagar por el monte de la Devesa”. Testigos presenciales de la situación que se vivió este viernes en la carretera de El Saler que separa la Devesa y los arrozales describieron así lo que puso haberse convertido en un auténtico problema de no ser por la rápida acción de los bomberos, tal y como puede apreciarse en el vídeo.

Según explicaron a este diario, los hechos se produjeron a primer hora de la tarde bajo un tendido eléctrico y cerca de la gasolinera que hay en la carretera, que hace de cortafuegos.

También la asociación de familiares del colegio de El Saler notó este viernes que había “mucho humo y olor” por las quemas de paja de arroz, aunque no al nivel del jueves y viernes de la semana pasad (10 y 11 de octubre).

Aquellos días, como informó elDiario.es, se cuadruplicaron las quemas con respecto a años anteriores, ocasionando numerosos problemas de contaminación atmosférica además de la reclusión de centenares vecinos y de los 700 alumnos del colegio y del instituto de El Saler por la humareda provocada por la combustión del subproducto del arroz.

De hecho, según los datos oficiales de la red valenciana de calidad del aire, la estación de la avenida de Francia pasó de registrar unos niveles de 5 microgramos de PM10 y PM2.5 por metro cúbico a 102 y 101 microgramos respectivamente por metro cúbico. A las 19.00 horas ya bajó a 54 y 53 respectivamente. El límite legal es de una media de 50 microgramos diario y 40 anuales de PM10 y de 125 diarios y 25 anuales en PM2.5. Hay que tener en cuenta que los datos aún son provisionales. El viernes 11 de octubre se dió la misma situación a la misma hora, cuando se alcanzaron en ambos casos los 101 microgramos por metro cúbico.

Según los expertos consultados, las partículas pm son las más peligrosas, ya que representan el mayor riesgo para la salud al penetrar directamente en los pulmones. Como informó esta redacción, entre ambos días (10 y 11 de octubre) se habrían superado las 400 quemas en 48 horas, es decir, una media de 200 en los dos días que se produjeron las quemas, cuadriplicando la media diaria de otros años.

Hace unas semanas el ejecutivo de Mazón anunciaba que el problema de la quema de la paja se había solucionado. En concreto, se anunció que en aquellas zonas que se encuentren a menos de 500 metros de zona forestal que no tengan plan local de quema se podía autorizar la misma con una simple declaración responsable frente al permiso que era necesario obtener otros años.

Este año, argumentando problemas fitosanitarios, bajo el informe avalado por la Conselleria de Agricultura, a los agricultores se les permitía la quema, sin límites, ni sectorización y sin tener en cuenta el escalonamiento de las combustiones, en contraposición con los últimos años del Gobierno del Botánico, donde se estableció desde 2018 una sectorización del arrozal, además de determinar cada año de forma rotativa la quema de la paja del arroz, eso, sí, de forma escalonada. De hecho y según cifras de años anteriores, solo hubo picos de 50 quemas por día.

Pese a todo, el diputado valenciano del PP en las Corts, Ignacio Aleixandre, mostró su agradecimiento al presidente del Gobierno valenciano, el popular Carlos Mazón, por permitir la quema masiva de este residuo.

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