'The Girlfriend Experience': sexo, mentiras y un ejercicio de estilo

Steve Soderbergh ya está tan metido en su dedicación a la ficción televisiva que en su último proyecto se hace un JJ Abrams. Cuando todavía no está claro el futuro de The Knick, pendiente de la confirmación de una tercera temporada, Soderbergh pone su nombre al frente de los créditos y ejerce de productor ejecutivo en The Girlfriend Experience.

La serie está inspirada, que no basada, en la película del mismo título que él dirigió y que protagonizó Sasha Grey, en su primer papel fuera del cine para adultos. La película es de 2009 y en su salto a la televisión la recreación de la historia corre a cargo de Lodge Kerrigan y Amy Seimetz, responsables de los 13 guiones y que se han repartido al 50% la dirección de los capítulos.

Diferente a la película pero con el espíritu del estilo Soderbergh muy presente. The Girlfriend Experience es la historia de Christine Reade, una estudiante de segundo de Derecho en Chicago y becaria en un bufete de abogados que descubre en la prostitución de lujo la forma más rentable de mejorar su nivel de vida.

La serie en ningún momento entra en debates éticos sobre la elección de Christine, una veinteañera fría, ambiciosa y alérgica a las relaciones sociales, que llega a preguntarle a su hermano si la considera una sociópata y termina derivando en una historia de intriga que, junto a su actriz protagonista, es lo mejor de sus 13 capítulos de media hora duración, algo no tan frecuente para una serie de drama.

Christine Reade, Chelsea en su doble vida, está en manos de Riley Keough. Carga con todo el peso de la serie en el primer gran protagonista de su carrera, sacudiéndose de paso un legado familiar que la colocó en la portada de los medios antes de reivindicarse con actriz. Su apellido no da demasiadas pistas, pero es inevitable que el título de nieta de Elvis Presley anteceda a todas sus presentaciones.

Como la historia que cuenta The Girlfriend Experience, su Christine/Chelsea es como un témpano de hielo, con una amabilidad que no queda del todo clara que sea impostada, y que sobre todo le permite dar rienda suelta a un cinismo y unas ansias de control y hasta intimidad que Christine no se puede permitir.

The Girlfriend Experience ha buscado una forma de destacar en la oferta actual seriéfila, que sigue en plena explosión exponencial. Con la audiencia en directo desplomándose en Estados Unidos y aunque su caso podría ser distinto por ser una serie de Starz, la casa de Outlander o Black Sails, The Girlfriend Experience ha irrumpido repitiendo la fórmula de Flesh and Bone (a la que a veces, por su ritmo y estética, recuerda algunas veces) con los 13 capítulos de su primera temporada disponibles, también en Yomvi, desde el día del estreno. El control corre de nuevo a cargo del espectador.