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Las recetas del 'think tank' de Compromís para la economía valenciana después de la COVID-19

Una funcionaria trabajando en su oficina.

Lucas Marco

Valencia —

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Un buen libro de recetas es importante; otra cosa es tener los ingredientes frescos, los cacharros adecuados y las ganas que permiten cocinar un buen plato. La Fundación Nexe, un think tank de Compromís, ha presentado este miércoles el documento L'economia valenciana i les polítiques d'ocupació després de la COVID-19. Nous horitzons de progrés i estratègies de transformació, elaborado por Enric Nomdedéu, responsable del Servicio Valenciano de Empleo y Formación, por el economista Joan Sanchis y por el director general de Tributos y Juego, Rafael Beneyto.

Los autores, destacados cargos de Compromís en el Consell, lanzan así varias propuestas como la creación del Fondo Estratégico Valenciano de Inversión Pública o la reducción de la semana laboral a cuatro días o a 32 horas semanales, aunque, preguntado por esta última propuesta, Nomdedéu reconoce que no pretenden legislar ese anhelado horario. “Estaría bien que se introduzca en la negociación colectiva”, sugiere el responsable del Labora.

Se trata de una propuesta “política e ideológica” para buscar respuestas a una “crisis económica que nace de una crisis sanitaria”, según la definición usada por Nomdedéu en la presentación online del informe. “El impacto en la economía valenciana será superior que en otros territorios”, advierte el documento.

La “baja capacidad de resiliencia” del modelo productivo valenciano se traduce en un predominio de los sectores de demanda débil y media y de la pequeña y mediana empresa, una elevada dependencia de la construcción y del turismo, debilidad del sector industrial (aun con excepciones) y una limitada adaptabilidad y capacidad innovadora. 

“Esta hipersensibilidad al ciclo se traduce en una inestabilidad manifiesta que afecta de manera directa a las expectativas de los agentes, su capacidad de ahorro e inversión y, en definitiva, limita las posibilidades de desarrollo y mejora del bienestar del conjunto de la sociedad”, concluyen los autores. 

La salida de la crisis económica y social provocada por la pandemia de la COVID-19 pasa, según la Fundación Nexe, por revisar los programas del Labora y enfocarlos a la recuperación y a la estabilidad del empleo, redefinir la formación (con especial incidencia de la formación dual y centrada en los sectores clave para la recuperación), crear “potentes” planes de ayuda a la contratación e incentivos para la reducción de la jornada y la mejora de la conciliación. 

El documento, enmarcado en el Lab de Economía de la Fundación Nexe, reconoce que las iniciativas para el cambio de modelo productivo “a menudo tienen un componente importante de retórica no acompañada de contenido”. Los autores apuestan por estimular el “tránsito de todas las actividades hacia posiciones en la cadena de valor que sean capaces de capturar un mayor valor añadido”.

Así, proponen redirigir los recursos hacia segmentos de actividad que tengan mayor resiliencia mediante inteligencia artificial y procesos de automatización, tecnologías abiertas por parte de la administración y de las empresas y el uso del software libre.

La reindustrialización ni es fácil ni es la panacea, advierten los autores. “La industria, aun siendo un sector indiscutiblemente clave y necesario, difícilmente nos puede ofrecer una respuesta integral a los retos que debería enfrentar el cambio de modelo productivo”, afirman. 

La receta económica valencianista plantea una reflexión crítica sobre el modelo turístico, un sector que debe formar parte de una estrategia “solvente y enraizada en el territorio”, que huya de la masificación y de la competencia de precios y abrace la sostenibilidad y un “modelo más convivencial”. “Hace falta una evolución que nos lleve del actual modelo, excesivamente dependiente de sectores con gran inestabilidad y muy dependientes de la temporalidad, a apostar por sectores con valor añadido”, añade. 

El documento propone la creación del Fondo Estratégico Valenciano de Inversión Pública, financiado con recursos propios de la Generalitat, para vehicular la participación directa en el capital de las empresas consideradas de interés estratégico. La reducción de la jornada laboral, por su parte, permite “resituar prioridades, poner el bienestar de las personas en el centro del modelo económico y, al mismo tiempo, dar respuesta a los retos más inmediatos que nos esperan”. 

En esta línea, el documento de la Fundación Nexe incide en la necesidad de regular las nuevas alternativas al trabajo presencial y propiciar ritmos de trabajo más saludables asegurando también el derecho a la desconexión. El Labora “debe asumir un papel de liderazgo, reforzar políticas, hacer avanzar los debates y hacer posible su materialización práctica”, señalan los autores. 

I tot això, com ho paguem?  El libro de recetas de los valencianistas inicide en la necesidad de la reforma del sistema de financiación para sufragar las actuaciones que plantea. “Somos una de las comunidades autónomas con menos tributos propios (canon de saneamiento, impuesto sobre emisiones e impuesto sobre residuos) y, por eso, necesitamos ampliar el espacio fiscal de la Generalitat para garantizar recursos adicionales y para utilizar la fiscalizad como instrumento de política económica”, recuerda el documento. 

Los autores proponen adoptar el criterio de la población para el reparto de recursos, la mejora del equilibrio vertical en el reparto de los recursos tributarios entre la administración central y autonómica, la eliminación del statu quo (que “distorsiona el equilibrio horizontal entre comunidades autónomas”), la sustitución del fondo de convergencia por un nuevo fondo de nivelación para que las diferencias entre comunidades sean mínimas y el aumento de la corresponsabilidad fiscal.  

Así, las propuestas de la fundación valencianista pasan por una nueva fiscalizad medioambiental sobre las “actividades nocivas para el medio ambiente” que incluye la tasa turística, el impuesto sobre grandes superficies comerciales, sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos o de las emisiones portuarias de grandes barcos, entre otros. El recetario también propone beneficios fiscales para iniciativas sociales o empresariales que decidan establecerse en comarcas de interior en riesgo de despoblamiento.

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