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Huir de tu país a los 60 años porque eres trans: “Colombia es demasiado peligrosa para nosotras”

Karol posando con una bandera LGTB.

Fabiola Barranco

“Colombia es demasiado peligroso para mujeres trans como nosotras. A mí me han golpeado dos veces en la calle y una fue por llevar peluca”. Quien habla es Karol, una mujer transexual que llegó a España hace nueve meses para poder mantener su vida a salvo de la violencia contra las personas trans en su país. A sus 60 años, lo dejó todo para comenzar de cero lejos de Colombia. El próximo sábado acudirá a la manifestación del Orgullo en Madrid que este año busca reconocer la lucha y visibilizar a las personas mayores LGTBI.

Karol ha solicitado protección internacional en España alegando persecución por pertenecer al colectivo. Lleva meses esperando la resolución de la petición, que espera que sea favorable. “Ojalá me den el asilo y pueda ganar la seguridad que buscaba, pero también para trabajar, para ser útil y ayudar a mi familia que tanto me ha apoyado”, confiesa en una conversación con eldiario.es.

Cuenta que dos amigas suyas también trans han sido asesinadas en Colombia. “Vivir esto es muy duro, te marca mucho”, recuerda con la voz entrecortada. No son casos aislados. Según los datos del último informe de Colombia Diversa, 160 personas trans fueron asesinadas entre los años 2013 y 2017 en el país latinoamericano.

A pesar de esas cifras, desde el equipo jurídico de la ONG Rescate explican que la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior en España considera que Colombia “puede proveer una protección real y efectiva debido a sus últimos avances legislativos en materia LGTBI”. La organización cuenta con profesionales especializados en casos de asilo por género, identidad de género y orientación sexual que brindan un espacio de seguridad real y efectivo en el proceso de acogida e inclusión de las personas que buscan refugio por estos motivos.

En la actualidad 70 países criminalizan y persiguen a las personas LGTBI y 11 de ellos contemplan la pena de muerte. Sin embargo, no hay indicadores oficiales que permitan conocer el número de gente que busca refugio por estos motivos, ni de la protección que se está brindando.

Colombia fue, solo por detrás de Venezuela, la segunda nacionalidad con mayor número de solicitudes de asilo presentadas en 2018 en España, con 8.650 expedientes frente a los 2.460 de 2017, según el informe anual de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que subrayaba que a pesar de la implementación del acuerdo de paz entre las FARC y el Gobierno, la violencia persiste en el país.

“Un elevado porcentaje de las personas originarias de Colombia que buscaron refugio en España a lo largo de 2018 alegaron persecución por motivos políticos y extorsión, pero, de las 825 solicitudes resueltas, 775 fueron denegadas y solo 50 fueron favorables”, recalca la ONG. Actualmente, Interior acumula 10.385 solicitudes de asilo de ciudadanos colombianos pendientes de resolver.

Una de ellas es la de Karol, que pone nombre y rostro a la realidad de quienes huyen por su identidad de género o su orientación sexual. Su deseo es poder abrir un salón de belleza que le ayude a mantenerse y, según asegura, dejar de ejercer la prostitución; hasta ahora su principal medio de supervivencia tanto en su país de origen como en España.

Recuerda que a la hora de acceder a oportunidades laborales, “la discriminación se duplica entre las trans”. La desigualdad que pesa sobre las personas trans no entiende de fronteras. En España, solo el 38% de las personas LGTBI están completamente fuera del armario en sus trabajos, según el informe La Diversidad LGBT en el país. El 90% de las encuestadas afirmaron que “las personas trans se encuentran en clara situación de desigualdad de oportunidades laborales en España”.

“A la gente de mi edad nos ha tocado lo más duro”

Este año las movilizaciones en la semana del Orgullo recuerdan el 50º aniversario de los históricos disturbios del pub Stonewall Inn en Nueva York que dieron origen al movimiento en defensa del colectivo LGTBI. Karol tenía 10 años cuando aquello ocurrió. Desde entonces, recuerda, experiencias vitales como la suya han servido para abrir camino a generaciones posteriores. “A nosotras, la gente de mi edad, y más mayor, nos ha tocado lo más duro, que es luchar por esos derechos que hoy se están logrando”, reconoce esta mujer que, con humor asegura que se encuentra “en ese momento de la manzana madura, pero que está deliciosa”.

La mujer insiste: no quiere que la discriminación siga truncando sueños ni vidas. Ni que el rechazo de aquel decano de la universidad en la que quería estudiar Medicina, por sus “rasgos afeminados, cuando todavía era un chico”, se vuelva a repetir con ninguna otra persona. Por eso “hay que seguir luchando por los derechos de todas y todos”, dice, al tiempo que hace hincapié en la importancia de fomentar la educación, el acceso al trabajo y protección social de la población LGTBI, y en especial, de las personas trans.

Por todas ellas, Karol participará por primera vez este sábado en la manifestación del Orgullo en España. El lema irá dedicado a personas como ella: “Mayores sin armarios. ¡Historia, lucha y memoria!”. Karol todavía no ha pensado qué consigna gritará, pero sí quiere dejar su mensaje a las generaciones más jóvenes, a las que invita a “tener siempre presente que un día serán también mayores y por eso la lucha por sus derechos tiene que continuar”.

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