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El mapa de los refugiados por la guerra de Ucrania: cuántos son y por dónde salen

Desalambre

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Desde el inicio de la invasión rusa, más de cinco millones de personas han huido de la guerra de Ucrania. Entre ellas están quienes prepararon la maleta nada más escuchar las primeras explosiones en la madrugada del 24 de febrero, pero también quienes esperaron hasta creérselo del todo. Están quienes pasaron días atrapados en filas kilométrica de coches, y quienes decidieron abandonar su vehículo y caminar a pie. O aquellos que aguantaron y aguantaron hasta que no pudieron más. La cifra, según estima el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), supone el mayor flujo de refugiados de los últimos 75 años.

“Han dejado atrás sus hogares y familias. Muchos harían cualquier cosa, y algunos incluso se arriesgan a volver, para ver a sus seres queridos. Pero cada nuevo ataque hace añicos sus esperanzas. Solo el fin de la guerra puede allanar el camino para reconstruir sus vidas”, dice Filippo Grandi, el alto comisionado.

En total, el número de personas que han dejado su hogar por los combates en Ucrania, donde antes de la guerra vivían 44 millones de personas, supera ya los 12 millones. Al menos 7,1 millones se han desplazado dentro de las fronteras del país, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Polonia, principal puerta de salida

El flujo de refugiados se ha ralentizado –solo en los primeros 15 días salieron 2,5 millones de personas–, pero no llega a detenerse. La mayor parte de desplazados que han optado por abandonar Ucrania lo han hecho a través de Polonia, por donde han pasado más de 2,8 millones de personas y cuya población se ha volcado para acogerles. Le sigue Rumanía (757.047), Hungría (471.080), Moldavia (426.964), Eslovaquia (342.813) y Bielorrusia (23.759), así como Rusia (549.805).

Estas cifras, actualizadas por Acnur cada día, corresponde al número de personas que han cruzado sus fronteras desde Ucrania, pero miles de refugiados no han permanecido en los países vecinos sino que han continuado su trayecto a otros Estados de la UE. Las cifras, sin embargo, son inciertas, debido a que la mayoría de movimientos migratorios se están realizando de forma espontánea, impulsados es muchos casos por las redes familiares.



Iryna es una de las mujeres que tomó la decisión de salir del país por Polonia el mismo 24 de febrero. “A las cinco de la madrugada escuché los sonidos de las bombas, cogí las cosas muy rápido, como en 20 minutos, cogí el coche con mi madre y mi hijo y salimos hacia la frontera. Hicimos una parada para comprar más cosas: agua, comida y gasolina. Había muchísimos coches. Tardamos más de un día en conseguirlo. En la frontera esperamos alrededor de cinco horas, parados, en el coche”, detalló la mujer , a elDiario.es. La refugiada agradece la generosidad del pueblo polaco: “Nada más cruzar nos vinieron a preguntar si necesitábamos algo. Nos dieron agua, comida y medicinas para mi madre. La gente está siendo muy amable y cariñosa con nosotras”.

“Había noticias sobre la posible guerra desde hacía meses, pero nosotros no nos lo creíamos, confiamos en que vivíamos en un país democrático, que no era posible… Nunca lo vimos. Ahora estamos aquí. Miro al pasado y veo que, unos días atrás, había ido con mi hijo al cine. Pienso en lo importante que es vivir tus días simples, tu rutina, en tu país. He perdido todas mis cosas. He perdido mi hogar. He perdido mi perfume, mis libros, mi ropa… Es lo menos importante, pero todo se ha ido”, decía la mujer.

En un almacén de venta al por mayor de Korczowa (Polonia), se acumulan los camastros. Hay cientos de refugiados, en un enjambre creciente. Entre ellos está Elena. cuando la guerra estalló, tenía pendiente una intervención por el cáncer que padece. “Quizás puedan operar en Alemania”, especula su hermana. Su hijo, de 27 años, se ha quedado atrás para combatir.

En Moldavia, Dimitri y Tamara, de 85 años, contaban a finales de marzo a elDiario.es lo difícil que había sido salir de Ucrania tras aguantar más de un mes de guerra. “Apenas dormíamos nada, por miedo. La alarma sonaba, íbamos a nuestro sótano, pero al ser una casa baja, nos daba miedo que cualquier cohete llegase a nosotros...”, decía Tamara, con pronunciadas ojeras, poco después de haber bajado de un minibus tras atravesar el paso fronterizo de Palanca, que separa el sur de Ucrania del pequeño país vecino.

Más de 65.000 en España

Tras el acuerdo alcanzado por la UE, los Estados miembros empiezan a activar en sus países la directiva de protección temporal que garantiza la acogida automática en suelo comunitario de quienes escapan del ataque ruso. El acuerdo consiste en dar protección durante un año (prorrogable hasta tres) a ciudadanos ucranianos y su familia. A los residentes de terceros países de larga duración en Ucrania se les podrá aplicar la directiva de protección temporal automáticamente o conceder un estatus adecuado o equivalente recogido en la legislación nacional del país de acogida.

España fue uno de los principales países en aprobar el sistema para regularizar la situación de los refugiados de la guerra de Ucrania. En su aplicación de la directiva europea, el Gobierno decidió asegurar también la protección a otras personas que no quedaban amparadas en la normativa comunitaria: los residentes extranjeros en Ucrania –cualquiera que sea la duración de su permiso de residencia–, así como los ucranianos que residían sin papeles en España antes del inicio de la invasión rusa.

Desde la activación del sistema para otorgar la protección temporal en España, 65.056 desplazados de Ucrania han conseguido ya los papeles, según Interior, aunque se estima que la cifra de refugiados ucranianos en el país es mucho mayor. El dato incluye tanto las personas huidas del país en guerra desde el 24 de febrero, como los ucranianos que vivían en el país sin papeles y han regularizado su situación. Las redes familiares son fundamentales para la selección del país de destino en los flujos migratorios. Y, según los datos de Eurostat, España es el cuarto país europeo con mayor número de residentes ucranianos, solo detrás de Polonia, Italia y República Checa. 



Las comunidades autónomas donde más permisos se han concedido son Madrid (13.095), Catalunya (12.118), la Comunitat Valenciana (11.241) y Andalucía (9.463). El Ministerio de Inclusión ha abierto cuatro centros de referencia para los desplazados de Ucrania, ubicados en Madrid, Alicante, Málaga y Barcelona, donde los ucranianos pueden documentarse, ser acogidos o derivados a otro centro de la red estatal.

Madrid, Alicante, Málaga y Barcelona son las provincias con mayor número de solicitudes de protección temporal concedidas. También destacan Murcia, con 2.657 peticiones aprobadas, Valencia (2.625), Islas Baleares (1.868) y Girona (1.685).



Los padres de Yulia se encuentran dentro de esas cifras. Ellos fueron de los primeros en conseguir su permiso de residencia, aunque tuvieron que esperar en el interior del centro de Pozuelo de Alarcón durante siete horas. Su madre y su padre, de 62 años, llegaron a España a principios de marzo, tras pasar varios días escondidos en refugios de Kiev, protegiéndose de los bombardeos durante más de una semana. “Estuvieron muchos días en los sótanos, sin dormir... querían quedarse pero, al ver que la situación no se soluciona, han tomado la decisión”, relata mientras espera la salida de sus familiares. Aquí estaba su hija para recibirlos.

No era la primera vez que huían: “Ya tuvieron que hacerlo de Donesk, tras el inicio de las protestas y el conflicto en la región. ”Allí dejaron su negocio, una copistería, y tuvieron que empezar de cero en Kiev. Pensábamos que allí estarían seguros. Este año habían abierto de nuevo un 'copy-center'... Y ahora tienen que empezar de cero, otra vez. Han salido con una bolsa“. Ya tienen los papeles y ambos viven en la vivienda de su hija, que ahora le da vueltas a la cabeza para buscar una manera de costear todos sus gastos, ahora que han pasado de ser dos a cuatro en casa.

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