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El presidente de la Eurocámara critica la “falta de coraje” de los Gobiernos de la UE con los refugiados afganos

El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, en el Bled Strategic Forum, el 1 de septiembre de 2021.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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“Falta de coraje”. Es la conclusión que ha sacado el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli (PD/S&D) de la declaración aprobada el martes por la tarde por los ministros de Interior de la Unión Europea. Una declaración que marcaba una posición colectiva ante el éxodo de refugiados afganos: ayuda, sí; pero en la región, no en Europa.

“Nos han decepcionado mucho las conclusiones del Consejo de Interior de ayer”, ha dicho Sassoli durante su discurso en el Bled Strategic Forum organizado por la presidencia eslovena de turno de la UE: “Hemos visto a países de fuera de la Unión Europea dar la bienvenida a los solicitantes de asilo afganos, pero no hemos visto a ningún país miembro hacer lo mismo”.

En este sentido, el italiano reconoce que “todos pensaron correctamente en quienes trabajaron con ellos y sus familias”. Y añade: “Pero ninguno tuvo el coraje de ofrecer refugio a aquellos cuyas vidas aún corren peligro hoy. No podemos fingir que la cuestión afgana no nos concierne, porque participamos en esa misión compartiendo sus objetivos y propósitos”.

Sassoli ha defendido que “una voz europea fuerte y común en el escenario internacional es más necesaria ahora que nunca”, con el fin de “definir sus intereses estratégicos también en el marco de la Alianza Transatlántica, para poder llevar a cabo acciones de estabilización, consolidación de la paz y el desarrollo junto con los socios en un marco multilateral”.

“Y esto va de la mano de la necesidad de avanzar juntos hacia una verdadera política común de seguridad y defensa, sin la cual seguiremos dependiendo de la buena voluntad de otras grandes potencias y nos expondremos a las amenazas de regímenes autoritarios”, ha añadido Sassoli, participando del debate reabierto recientemente por el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, sobre la necesidad de un ejército europeo.

El presidente del Parlamento Europeo, además, ha insistido en “en dar un ambicioso paso adelante y considerar la votación por mayoría cualificada en el Consejo siempre que sea posible, para garantizar la rapidez y eficacia de la acción exterior común”. En efecto, la necesidad del consenso y de la unanimidad paraliza a menudo la acción conjunta de la UE en política exterior –además de otros muchos ámbitos, como el fiscal, por ejemplo, o las conclusiones de las cumbres de líderes–.

La portavoz de IU en la Eurocámara, Sira Rego, también ha sido crítica con la decisión de los ministros de Interior: “Han alcanzado un acuerdo que podrían firmarlo perfectamente Salvini o Abascal. Ni asilo, ni refugio, ni acogida: la UE ha decidido apostarlo todo a pagar lo que haga falta a los países fronterizos con Afganistán para que retengan a las refugiadas y refugiados afganos allí, lejos de focos y cámaras, e impidan que lleguen a Europa. De cara a la galería, Europa es solidaria y quiere ”organizar redes seguras“. De puertas para adentro, Europa es profundamente insolidaria y la agenda de la extrema derecha no es que condicione las políticas migratorias de la UE, sino que directamente las dirige”.

Apoyo a los refugiados... pero en la región

Los ministros de Justicia e Interior de la UE acordaron una declaración este martes en la que se refuerza la idea general de “protección” para los afganos. Pero, eso sí, a miles de kilómetros de las fronteras europeas, al tiempo que se habla de “migración ilegal” –cinco veces– en lugar de “migración irregular”, cuando la propia Comisión Europea señala que debido a “la asociación con la criminalidad, se debe evitar el término 'migración ilegal', ya que la mayoría de los migrantes irregulares no son delincuentes”.

Los ministros de Interior, además, afirman que “la UE reforzará su apoyo a terceros países, en particular a los países vecinos y de tránsito, que acogen a un gran número de migrantes y refugiados, para reforzar su capacidad de proporcionar protección, condiciones de recepción dignas y seguras y medios de vida sostenibles para los refugiados y las comunidades de acogida. La UE también cooperará con esos países para prevenir la migración ilegal desde la región, reforzar la capacidad de gestión de fronteras y prevenir el tráfico ilícito de migrantes y la trata de seres humanos. Además, como parte de los esfuerzos mundiales, se podría brindar apoyo en forma de reasentamiento de forma voluntaria, dando prioridad a las personas vulnerables, como mujeres y niños”.

Los ministros dicen tener presente la crisis de 2015: “Sobre la base de las lecciones aprendidas, la UE y sus Estados miembros están decididos a actuar de forma conjunta para evitar la repetición de movimientos migratorios ilegales a gran escala incontrolados que se han producido en el pasado. Deben evitarse los incentivos a la migración ilegal. La UE también debería reforzar el apoyo a los países vecinos de Afganistán para garantizar que las personas que lo necesiten reciban la protección adecuada principalmente en la región”.

Así, la UE parece querer ir por fases: la primera, evacuar contrarreloj a su personal más cercano; la segunda, pagar para mantener a los refugiados afganos en la región sin llegar a Europa; y la tercera, intentar coordinar los esfuerzos internacionales para el reasentamiento voluntario de refugiados. Esto último lo quiere hacer la Comisión Europea a través del Foro de Reasentamiento, en el que está la UE, EEUU, Canadá y la ONU, y que será convocado por Bruselas en septiembre “para discutir prioridades concretas con los Estados Miembros y brindar soluciones sostenibles a los afganos que son más vulnerables, en particular las mujeres y niños, pero también activistas de derechos humanos, periodistas, abogados. Cooperaremos junto con los otros líderes mundiales en un enfoque coordinado de rutas seguras y legales para el reasentamiento”, ha afirmado la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson.

El vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Promover el Estilo de Vida Europeo, Margaritis Schinas, ha pedido este martes a la entrada de la reunión “movilizar recursos” y trabajar con los países vecinos de Afganistán para evitar el flujo de migrantes hacia las fronteras de la Unión Europea (UE). Además, afirmó que la UE “no debería ser un demandante permanente de seguridad sino convertirse en un proveedor de seguridad”.

Según ha publicado El País, la Comisión Europea quiere movilizar hasta 1.100 millones: 200 millones en ayuda humanitaria para mujeres, niñas y los más vulnerables –anunciados tras la reunión del G7 por la presidenta Ursula von der Leyen–; 300 millones en dos años para el reparto de refugiados; y 600 millones para centros de acogida de solicitantes de asilo fuera de las fronteras de la UE, con el fin de evitar que los refugiados se agolpen en las fronteras de Europa.

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