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La financiación de la gran banca mundial a los combustibles fósiles cae por debajo del nivel previo al acuerdo de París

En imagen un registro de archivo de un par de pozos petroleros.

Diego Larrouy

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Los 60 mayores bancos del mundo concedieron 673.000 millones de dólares de financiación a la industria de combustibles fósiles durante el pasado año. Los datos surgen del estudio anual que realizan un grupo de organizaciones ecologistas internacionales y apuntan a un descenso de casi el 16%. Y lo que es más importante, un dato inferior al de 2016, cuando entró en vigor el acuerdo de París que limitaba las emisiones contaminantes. Sin embargo, los encargados del informe ponen en duda que esta vaya a ser la tendencia a partir de ahora y apuntan a algunos efectos como la subida de precios de los combustibles que habrían incentivado una menor demanda de financiación por parte de estas compañías.

El informe 'Banking on climate chaos' es publicado anualmente por entidades medioambientales de todo el mundo encabezadas por Rainforest Action Network, Banktrack o Reclaim Finance. Este estudio analiza la actividad de financiación de las 60 mayores entidades financieras del mundo, entre las que se encuentran también las españolas Santander, BBVA y CaixaBank. Este documento cuantifica las líneas de crédito, así como los seguros para las emisiones de deuda de las compañías productoras de combustibles fósiles.



Esta plataforma de asociaciones, que incluye a decenas de ellas en todo el mundo como Ecologistas en Acción en España, rastrea desde el año 2016 la actividad que realizan estos bancos en relación con compañías cuyo principal negocio es el petróleo, el gas o el carbón. Los 673.000 millones de dólares que los bancos prestaron a estas multinacionales suponen un claro descenso respecto al pasado año, incluso por debajo del ejercicio de la pandemia, que hasta la fecha era el único en el que se había logrado reducir la financiación a estos sectores contaminantes.

Los bancos han sido señalados desde 2016 como un actor fundamental en la descarbonización de la economía, reduciendo sus exposiciones a los sectores más contaminantes. No solo las organizaciones activistas por el clima, también los supervisores les han urgido a planes para reducir esta relación con el petróleo, el carbón o el gas. Buena parte de las 60 entidades analizadas por este informe se encuentran entre los firmantes de un acuerdo global conocido como 'Net Zero Banking Alliance' (NZBA) para caminar en este sentido y cuentan con planes para eliminar su exposición a estos sectores, en plazos que oscilan entre 2040 y 2050.

Los autores del informe, sin embargo, ponen en entredicho esta buena noticia. “Hay pocas muestras de confianza en que este cambio se convertirá en una tendencia positiva a largo plazo porque han sido las ganancias de estas empresas de combustibles fósiles y no las políticas bancarias las que han marcado en 2022”, defiende el documento. La explicación que lleva a estas organizaciones a la desconfianza es la siguiente. Los tipos de interés han aumentado y los beneficios de las compañías del sector se han disparado. Con ello, han pagado deudas y han tenido menos necesidad de acudir a los mercados a financiarse. “Puesto que los bancos no excluyen todavía la financiación a las empresas de combustibles fósiles, no hay razones para pensar que 2022 no ha sido más que un cambio temporal en la tendencia”, añaden.

El informe señala a los bancos más activos durante el último año, con un claro protagonismo del sistema financiero canadiense. De hecho, el grupo que ha dado una mayor financiación a empresas fósiles durante el pasado curso fue RBC, participando en 42.100 millones de dólares de financiación. Scotiabank y TD, también canadienses, llegan igualmente entre los 10 mayores financiadores. La banca estadounidense, con JPMorgan, Wells Fargo o Bank of America, supera los 36.000 millones de dólares de financiación. Entidades japonesas y chinas completan el listado de los diez principales financiadores, que acumulan en torno al 50% del total.



Entre las sesenta entidades hay tres bancos españoles. Santander acumula algo más de 6.000 millones de dólares, en la posición 32. BBVA alcanza los 2.500 millones, en el puesto 43. CaixaBank, por su parte, ocupa el puesto 55, con 2.200 millones. La metodología de este informe otorga al banco que encabeza un proceso de financiación el total de la operación, aunque haya otras entidades participantes. La neerlandesa Vitol o la italiana Eni son algunas de las compañías que han recibido el pasado año financiación encabezada por estos tres bancos españoles.

Analizando el acumulado del periodo analizado por el informe (2016-2022), los bancos estadounidenses han sido los más activos en la financiación a los sectores más contaminantes. El listado está encabezado por cuatro grupos de EEUU, como son JPMorgan (434.000 millones), Citi (332.000 millones), Wells Fargo (318.000 millones) y Bank of America (281.000 millones). El banco de la UE más activo ha sido el BNP Paribas, la mayor entidad europea.

Los autores del informe muestran su disconformidad con que los niveles de financiación a este sector –5,5 billones de dólares acumulados desde 2016– se mantengan tan elevados pese a los distintos acuerdos sectoriales y los compromisos para reducir la exposición a los combustibles fósiles. Aseguran estas organizaciones que solo uno de los 60 bancos cuenta con una política “robusta” en este sentido, la entidad pública francesa La Banque Postale. “Algunos han mejorado sus políticas pero pocas son suficientes para alcanzar los restos del momento”, añade el informe.

Insuficientes compromisos

Especialmente crítico se muestra el informe con aquellas entidades que han firmado el citado acuerdo NZBA. Son 49 de los 60 grupos que están incluidos en el informe. “Aunque parece positivo el desarrollo de los bancos a comprometerse públicamente con los acuerdos de París, hay un riesgo real de que los objetivos de emisiones cero netas quede como nada más que greenwashing”, apuntan los autores del documento. Consideran que estos objetivos quedan “muy bajos”, dejan “controvertidos” portafolios fuera y siguen apostando por tecnologías alternativas que han demostrado no funcionar.

El informe detecta que las políticas acordadas por los bancos dejan “escapatorias” que impiden alcanzar los niveles adecuados de emisiones. Por ejemplo, señala que el 36% de la financiación al sector se produce mediante los seguros de financiación durante las emisiones de deuda y que esta clase de políticas comerciales suelen quedar fuera de los compromisos de reducción de la exposición a los sectores más contaminantes.

El Banco Central Europeo ha publicado esta semana un informe encargado a un grupo de expertos sobre mejoras en el sistema de supervisión de bancos en Europa. Entre otros factores, estos expertos consideraron que el organismo debe de estar menos centrado en la revisión “cuantitativa” de los niveles de capital de una entidad, centro de la supervisión en los últimos años, y añadir factores “cualitativos” como la atención a la exposición a los riesgos climáticos. El organismo ya ha realizado varios informes alertando del problema para los bancos si no cuantifican y reducen su exposición a los sectores más contaminantes.

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