No es la primera vez que escribo de ETB, la televisión que pagamos los vascos y que gracias a nuestro dinero nunca tiene deuda. Los presupuestos del Gobierno Vasco destinan más de 125 millones al año a cubrir los gastos de EITB. Es una cifra considerable que en los tiempos que corren puede servir para muchas cosas. Es cierto que ETB mantiene muchos empleos, pero no es menos cierto que el coste es alto. Quede claro que no soy contrario a los medios públicos y que me parece que en una tierra como Euskadi debe existir una televisión pública, pero más austera y responsable.
Creo que el principal sentido de ETB es tener un canal público de televisión en euskera, dado que no existe ningún otro y que la población euskaldun y la promoción de la lengua vasca lo merecen. Euskadi cuenta con dos lenguas y las dos deben existir y protegerse porque son nuestras vías de comunicación. Lo que no entiendo muy bien es las razones por las que tenemos ya no sé si cuatro o cinco (con la irrupción de ETB 4), canales con muy, muy poca audiencia. Creo que en estos tiempos no sobra el dinero público y habría que concentrar los recursos.
No quiero entrar hoy en el importante debate de la pluralidad de las televisiones públicas o en su papel de voceros del poder gubernamental de turno. Es un mal generalizado en España y Euskadi, como siempre, no es ninguna excepción. Las teles públicas rara vez cumplen su labor de neutralidad. Es una lástima, pero es así.
Prefiero preguntarme por el uso correcto de los fondos públicos en el ámbito competencial. ETB es la tele pública de la Comunidad Autónoma del País Vasco y la pagamos los que aquí vivimos y nos sale cara, muy cara, a casi 55 euros por persona, que no de contribuyentes, que sería mucho más. Además de la proliferación de canales, me pregunto el sentido de algunas coberturas que responden a intereses políticos particulares más que al colectivo. ¿Merece la pena hacer un gran despliegue como el que se hizo en Navarra, con caros directos y desconexiones, por el anuncio de la presidenta de esta comunidad de no presentarse a la reelección? Hay que dar la noticia pero no es nuestra noticia; es la de una comunidad vecina por muy amiga que sea y con la que no hay ningún acuerdo de emisión.
Tal vez soy inocente pero pediría no ya pluralidad que es un imposible, sino cordura en la gestión. No podemos conceder como un mal necesario el dilapidar dinero público en una tele con escasa audiencia cuando recortamos el Estado del bienestar en sanidad, educación y ayudas sociales. Creo que hay que tener claras las prioridades y para mí la televisión es secundaria. Por favor, ajusten, sean eficientes y no despilfarren en televisión.
A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.
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