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¿Qué hace una candidata como tú en unas elecciones como estas, Alba?

Yolanda Díaz interviene ante la mirada de Alba García Martín.

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Alba García Martín -porque ella pide que se la cita con dos apellidos- llega a buen paso. Acaba de terminar el mitin central del fin de semana de Sumar en Euskadi. A la invitada estelar, la ministra y vicepresidenta del Gobierno progresista de Pedro Sánchez, Yolanda Díaz, se la llevan casi en volandas para no perder el viaje de vuelta. El último abrazo de la ‘vice’ se lo ha llevado la secretaria de Estado de Derechos Sociales, la ecologista Rosa Martínez, que procede de Equo. Son las 12:47 de este sábado y fuera del BEC de Barakaldo, en plena margen izquierda donde nació el movimiento obrero y se vivieron huelgas históricas como la de Bandas (1966), hace un calor exasperante. Como la división de la izquierda confederal en dos partidos en estas elecciones vascas. Y lo saben.

Pero Alba viene casi como tarareando una canción. Es una melómana empedernida y además toca la guitarra. Así que nos sentamos en la primera fila del auditorio y, sin esperar ni un segundo, le suelto una pregunta retórica muy musical: “¿Qué hace una chica como tú, una candidata como tú, en unas elecciones como estas, en un sitio como este, Alba?”.

Se ríe. No se lo toma a mal. “Todo lo contrario, me gusta”. Los dos echamos la vista atrás y aparece en nuestro cerebro el grupo madrileño Burning, puro rock sin el que no se entendería la historia musical rockanrolera de este país. Se toma tiempo para responder. No tira de argumentario en ningún momento de la charla.

Lo suyo ha sido el tercer sector, SOS Racismo en Bizkaia, psicóloga para jubilados, una ONG junto a Papa Bakary Diop, Bekaye, para desarrollar proyectos comunitarios en Senegal (Big Road Elkartea)… y el mar. Pero también estuvo en el otro lado (ahora oscuro) para Sumar. Fue tercera por Elkarrekin (dentro de la cuota de Podemos) en la lista a las elecciones municipales en Bilbao y trabajadora a sueldo de esta formación hasta que, por sorpresa y poco antes de las elecciones, se pasó con armas y bagajes a Sumar.

Ella no lo ve de la misma manera. No hay abandono. “Estoy donde he estado siempre, en este espacio político que defiende y, cuando gobierna aprueba, políticas progresistas. Y, la verdad, ahora como candidata a lehendakari siento mucha responsabilidad”. No hablamos más del pasado. Ambos partidos van por separado a los comicios y todos esperan un milagro que las encuestas cada vez ponen más crudo: sacar representación. Aunque no todo está roto, salvo la confianza. De hecho, en el debate en euskera, en ETB1, los candidatos Andeka Larrea (Sumar) y la candidata a lehendakari por Elkarrekin Podemos Alianza Verde, Miren Gorrotxategi, se dieron un sentido abrazo al término del debate. “Fue sincero”, remarca Larrea. Demasiado tarde.

 Yolanda Díaz, un “referente”

Sin duda la intervención de la incansable Yolanda Díaz le ha dado un chute de moral a Alba. La vicepresidenta es un faro, un “referente” para un espacio político que acude dividido a las elecciones del 21 de abril. Operación de alto riesgo.

“Todo puede pasar, es verdad, incluso que nos quedemos fuera, pero según pasan los días percibimos que hay una oportunidad real y confío en que tengamos representación en el futuro Parlamento Vasco”. Algunos en el equipo de campaña de Sumar repiten la palabra “suerte” como un intangible que esperan se haga cuerpo de papeleta el próximo domingo 21 y caiga de su lado. Pero las encuestas, todas ellas, no lo tienen tan claro: la posibilidad de que todo el espacio a la izquierda del PSE-EE no alcance representación en la futura Cámara autonómica es una realidad. Y ambas familias políticas son muy conscientes.

Desde 2016, cuando se produjo la repetición electoral de las generales -que ganó también Podemos en Euskadi- ese espacio se ha ido achicando a pasos agigantados. Ya solo tienen seis diputados en el País Vasco y EH Bildu -que se ha devorado electoralmente a Elkarrekin en todos esos años- ha realizado este mismo sábado una OPA ‘amigable’ a lo que queda de él. Otegi, desde el mayor “de los cariños”, ha lanzado una idea fuerza letal en su mitin central de campaña en Gipuzkoa, territorio donde los soberanistas pueden lograr el 40% de los votos. Una idea envenenada para el futuro de Sumar. “Sólo hay una izquierda que suma [sic] y sólo hay una izquierda que puede [sic]” gobernar, y se llama Euskal Herria Bildu, ha asegurado desde la tribuna el líder de la coalición independentista. Otegi y su candidato, Pello Otxandiano, buscan seguir ensanchando su espacio de izquierdas soberanista. Sin piedad, ni miramientos. Aunque fuera de micro, Otegi cree que la desaparición de ese espacio, “o que solo tenga un representante, es un desastre”.

Lander Martínez, el hombre de Sumar y de la ‘vice’ en el País Vasco y desde julio pasado diputado en las Cortes Generales gracias a la coalición en la que entonces sí estaban todos los partidos, también Podemos, no ha escuchado aún las palabras de Otegi. Pero está convencido de que todo el electorado que se tenía que marchar a EH Bildu “ya se ha ido”. No hay más donde pescar. Las encuestas que dan vencedora a la coalición de Otegi, sin embargo, revelarían que los soberanistas de izquierdas siguen rebañando el plato del espacio confederal. La sangría no ha acabado.

PSE-EE, “muleta del PNV”

García Martín, una de las candidatas nuevas en esta campaña en una fuerza que, además, se presenta por primera vez en solitario en Euskadi, fue la sorpresa del debate celebrado esta semana en TVE. Miraba directamente a los ojos del candidato del PNV (que no era el titular, Imanol Pradales) y, con cierto desparpajo, pero con un aplomo digno de candidatos y candidatas más bregadas, le decía: “Sí, ya les toca ir al banquillo, señores del PNV”, ir a la oposición. Idea que repite siempre que puede desde entonces en sus intervenciones.

Hablar de tú a tú al partido que lleva gobernando este país en los últimos 40 años -salvo la etapa de lehendakari socialista, Patxi López, (2009-2012)- puede irritar a los 'jeltzales'. Pero es que para ellos el “modelo de Gobierno PNV con el PSE-EE está agotado y los socialistas son una mera ”muleta del PNV“, añade la candidata más joven en liza. ”La diferencia básica entre lo que pasa en el Congreso de los Diputados y el Parlamento Vasco es su socio: allí nosotros somos socios del PSOE y condicionamos las políticas; aquí los socialistas de Andueza hacen seguidismo del PNV“.

Todas las intervenciones de los distintos candidatos de Sumar tienen un poso obrerista muy potente. La candidata de Equo Carmen Muñoz ha recordado las figuras del socialista Facundo Perezagua, el factótum de la UGT y del PSOE en Bizkaia (fue el fundador de la primera agrupación socialista en Bilbao en 1896), o la de la peleona de la Arboleda, la comunista Dolores Ibarruri, Pasionaria. Un discurso obrerista y de defensa de las huelgas que los partidos de izquierda, también el PSE-EE, abrazan en campaña. La propia Alba le espetaba a Pradales desde la tribuna que no hace falta ningún “cambio cultural” en relación con el derecho a la huelga, que el PNV y el lehendakari Urkullu entienden como un problema y un lastre para la economía vasca, mientras que Alba aseguraba entre aplausos que “las huelgas son parte de la mejor tradición de nuestra tierra. Las huelgas se respetan, las huelgas son democracia”.

Paradojas de la vida, en el mitin de este sábado en Barakaldo un grupo de jóvenes, muy jóvenes, agrupados en torno a EHKS -la escisión de Sortu, el partido de Otegi- y megáfono en mano, han intentado sacar los colores a la ministra de Trabajo. “La reforma laboral pactada con la patronal perpetúa las condiciones miserables de trabajo” y mantiene “los aspectos más regresivos de la reforma del PP”, censuraban. “La solución a nuestros problemas no vendrá de la mano de políticos como Yolanda Díaz”, sostenían. La ministra ha aguantado estoicamente junto al atril y delante del lema de la campaña “Es tu tiempo Euskadi Berria” [Euskadi nueva, en castellano]. Les ha dejado hablar hasta el final y luego ha enumerado sus logros (SMI, ERTE) y lo que vendrá: subida del IPREM, reforma del despido… “La savia nueva del Gobierno progresista se llama Sumar”. Más aplausos.

Alba García Martín sabe que fue la sorpresa del debate, pero no se conforma. “Siempre se puede ir a más, voy a seguir estudiando, preparándome y leyendo. Tengo que agradecer la labor de todo el equipo”. Un equipo necesario ante la falta de horas de sueño y el cansancio que ya va haciendo mella en el cuerpo, pese a su juventud. Cuando pase todo esto (sea lo que sea) búsquenla junto a la mar. Tal vez haciendo yoga, con una copa de vino tinto en la mano, su guitarra y soñando con Senegal.

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