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Euskadi sigue en los datos más altos de fallecidos con COVID-19 desde el confinamiento: 203 en una semana

La consejera Sagardui, en la visita a un centro de Salud de Osakidetza

Iker Rioja Andueza

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Coincidiendo con el final de la emergencia sanitaria y el levantamiento del grueso de las restricciones, Euskadi ha notificado este lunes otros 203 fallecimientos de personas que habían contraído el Sars-Cov-2 y que se produjeron entre el 4 y el 10 de febrero. Vuelve a ser el peor dato semanal -hasta ahora el tope en esta ola habían sido 144 decesos en siete días- y confirma que Euskadi vive el momento de mayor mortandad desde la primera ola. Hasta en 13 meses completos ha habido menos defunciones que en este período de siete días. Estos datos muestran que la supuesta menor levedad de la variante ómicron del coronavirus ha quedado completamente desbordada por una incidencia que ha multiplicado casi por diez los máximos de otras olas y que también ha llevado a los hospitales a su peor momento desde el confinamiento.

El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) matiza que 'solamente' 108 de los 203 han tenido la COVID-19 como causa principal del 'exitus letalis', pero incluso esa cifra es con diferencia la más alta en meses. El total de decesos registrados en la pandemia alcanza los 5.874, alrededor del 0,89% del total de positivos conocidos en la pandemia (654.363 hasta este lunes) y el 0,26% de la población total. En la última semana han muerto con COVID-19 cinco personas de menos de 40 años, también claramente el peor dato en esas edades. De hecho, son el 15% de todos los jóvenes fallecidos menores de esa edad. Uno de ellos, además, no llegaba a los 30 años. Han muerto también un cuarentañero, tres quincuagenarios, 16 sexagenarios, 31 septuagenarios, 76 octogenarios y 71 o nonagenarios o centenarios.

El año se inició con una media de unos 16 fallecimientos diarios, subió después a unos 20 y ahora son ya prácticamente 30. Las estadísticas oficiales no precisan mucho más sobre estos casos más allá de ofrecer semanalmente el matiz de que en algunos casos concurren también otras circunstancias o patologías. En los hospitales, en este momento, son 450 las personas ingresadas con COVID-19, menos de la mitad que el pico que se alcanzó después de Navidad y lejos también de las 661 de hace dos semanas. En la UCI son 76 los casos críticos. No se está precisando qué proporción de la desocupación hospitalaria se corresponde con altas y qué otra con defunciones. Del 7 al 13 de febrero ingresaron 388 personas, la mitad que el tope de 763 de hace un mes, aproximadamente, y un descenso notable también en relación a las 493 de la semana anterior.

En este escenario, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, se ha quedado con la caída de la incidencia en una entrevista concedida a Euskadi Irratia coincidiendo con el día en que se ha desactivado la emergencia sanitaria por tercera vez. “Hemos aprendido que no podemos decir lo que sucederá mañana, pero diría que estamos ante una recuperación. Veo el futuro con optimismo, sin perder la prudencia y sin olvidar que la pandemia sigue entre nosotros. La tendencia sigue bajando, y esperanza y recuperación deben ser las palabras de este momento. Debemos mirar hacia adelante”, ha destacado, según la traducción de Europa Press.

Del 7 al 13 de febrero se han registrado 11.180 casos. Aunque sin tener en cuenta la última ola sería el máximo semanal de la pandemia, está muy lejos ya de los 79.309 semanales que generó ómicron en su momento de mayor intensidad. La tasa de positividad (proporción de infecciones confirmadas en relación al número de pruebas realizadas) es del 21,98%, casi la mitad que el máximo de 39,92% que se ha alcanzado en la última ola. El R0 marca 0,69, claramente por debajo de 1. Es más, los datos de este lunes son aún más bajos: 688 contagios y 18,4% de positividad.

Ahora bien, la comparación con los datos del primer días tras la segunda emergencia sanitaria, allá por el arranque de octubre, muestra grandes diferencias. La incidencia acumulada marca ahora 1.393,32 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Entonces estaba por debajo de 60 puntos, el umbral que se consideró como aceptable epidemiológicamente. Entonces eran unas 70 las personas ingresadas y las camas de UCI ocupadas eran una treintena.

Por territorios, es Gipuzkoa quien tiene datos más altos de contagios, con una tasa de 1.500. No obstante, la velocidad de descenso de la incidencia es homogénea en toda la comunidad autónoma, del 44% semanal. El 67% de quienes dan positivo son sintomáticos en el momento de la toma de muestras. Por edades, la mayor incidencia se da en las personas donde más riesgo de letalidad hay, los nonagenarios. La tasa en ellos es de 2.092 puntos y ahora mismo el 17% de los contagios finalizan en muerte.

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