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Llega el verano y... 1.000 camas menos disponibles en Osakidetza

El consejero Jon Darpón, en una comparecencia parlamentaria.

Iker Rioja Andueza

Osakidetza tiene previsto cerrar hasta 1.012 de sus 5.164 camas de hospital este verano bajo la premisa de que se producirá una reducción de la demanda de servicios sanitarios, pero también como consecuencia de las vacaciones del personal. El momento más crítico será en agosto, con un 20% de reducción media en todas las organizaciones sanitarias, pero con picos de hasta el 42% en la comarca del Debabarrena, en Gipuzkoa. Hasta octubre la sanidad pública vasca no recuperará la normalidad, como ha pasado en los años precedentes.

El consejero de Salud, Jon Darpón, ha remitido al Parlamento vasco a instancias de EH Bildu un cuadro con la planificación de Osakidetza para los meses de junio, julio, agosto, septiembre y octubre en todas sus comarcas sanitarias. Explica el Gobierno del PNV que “las camas funcionantes varían a lo largo del tiempo en función de las necesidades para la atención sanitaria”, pero matiza que “en la mayor parte de hospitales” nunca se llegan a clausurar “plantas completas”, sino “un número variable de camas en las plantas en las que disminuye la demanda”.

Ya en julio la sanidad vasca funcionará al 90%, según esta previsión. Serán unas 500 camas menos de las habituales como promedio. Excepto en la Rioja Alavesa y en las redes de salud mental de Álava y Bizkaia, que continuarán en verano como durante el conjunto del año, en el resto de hospitales ya se empiezan a reducir camas. Encarna de la Maza, del sindicato SATSE de enfermería, explica que los recortes se empezarán a sentir “a partir del 15 de julio”, es decir, esta misma semana.

En agosto, los hospitales de Osakidetza estarán al 80% de media. El Departamento de Salud prevé funcionar con más de 1.000 camas menos. La comarca de Cruces y la que abarca a los centros de Vitoria, además, tendrán una reducción por encima de la media (79 y 75%, respectivamente). Para septiembre, Osakidetza plantea funcionar de nuevo como en julio o de manera similar (al 91,2%) y ya en octubre se reabrirán casi el 100% de las camas.

“La cantinela de todos los años”

“La cantinela de todos los años”Según De la Maza, el cierre de camas en hospitales públicos es “la cantinela de todos los años”. “Cierran camas, abren pasillos”, ironiza sobre el “colapso” que estos recortes pueden generar en urgencias o a la hora de atender a los enfermos que ocupaban esas plazas que se pierden temporalmente pero que no pueden ser dados de alta por su estado de salud.

“Aunque un poco sí se reduce la demanda, con las vacaciones del personal y la negativa a hacer sustituciones, a partir del 15 de julio llega el momento crítico. Seguramente la semana que viene empiecen a aparecer los primeros problemas”, previene la portavoz de Satse, uno de los sindicatos de referencia en Osakidetza.

De la Maza tiene claro que esta decisión política tiene importantes consecuencias sociales. “Con la falta de camas para ingresar a los pacientes, en Urgencias se produce un embudo. El personal se vuelve loco, el servicio se colapsa. Dejan de tener ‘boxes’ y camillas y la gente termina siendo atendida en sillas de ruedas o en los pasillos, como hemos visto en algunas fotografías de los últimos años”, apunta.

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