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Idurre Eskisabel: “En 15 años es posible que todos los trabajadores de la Administración vasca sepan euskera”

Idurre Eskisabel, secretaria general de Euskalgintzaren Kontseilua

Maialen Ferreira

Bilbao —

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La antropóloga y periodista Idurre Eskisabel (Beasain, 1970) lleva desde el año 2022 al frente de Euskalgintzaren Kontseilua, organización formada por más de 30 asociaciones y agentes que trabajan en favor de la normalización del euskera. Una normalización que, según lamenta “ha tocado techo” y que encuentra cada vez más obstáculos con la llegada de sentencias judiciales que anulan las exigencias de euskera en convocatorias de la Administración Pública por considerarlas “discriminatorias”. “Las sentencias judiciales suponen una ofensiva judicial muy preocupante. Necesitamos políticas lingüísticas más potentes porque percibimos que las estrategias que hemos empleado hasta ahora están perdiendo fuerza”, defiende.

Por ello, lanza un mensaje al Partido Socialista de Euskadi. “Le lanzaría un mensaje al PSE-EE y a sus dirigentes que contraponen los derechos laborales a los derechos lingüísticos. Les diría que estén tranquilos, que entiendan que estamos hablando de justicia social, de parámetros de igualdad lingüística y de cohesión social”, destaca Eskisabel, quien recalca que “el 75% de la población vasca está a favor de pedir el conocimiento de euskera y de castellano para la Administración Pública según la VII Encuesta Sociolingüística. ”Cuando decimos que todos los trabajadores de la Administración Pública deben conocer las dos lenguas oficiales no es algo que exigimos de hoy para mañana, hay un planteamiento progresivo, pero en 15 años es posible que en la Comunidad Autónoma vasca todos los trabajadores públicos lo sepan si tenemos en cuenta las jubilaciones que se van a llevar a cabo y el conocimiento del euskera de la gente joven que se incorpora en el mercado laboral“, asegura.

¿Cómo valora, por un lado, la situación del euskera en la Comunidad Autónoma Vasca, y, por el otro, en Navarra e Iparralde?

Para nosotros hacer esa valoración en esos términos es difícil porque hablamos de una comunidad de hablantes de una lengua. Es cierto que a raíz de las diferencias político-administrativas entre esos territorios en los últimos 40 o 50 años el euskera ha tenido un diferente estatus y reconocimiento, pero para nosotros somos un todo y las fuerzas contrarias al euskera nos afectan a todos. Tenemos un peligro común y es que el euskera es una lengua minorizada. Dicho esto, es verdad que a la hora de hacer políticas lingüísticas a favor del euskera tenemos zonas diferentes y eso hace que haya realidades diferentes. Por ejemplo, en los años 80 el número de personas que sabían euskera en Navarra y en Álava era parecido, 40 años después y gracias a las políticas lingüísticas a favor del euskera, en Álava hay muchos más euskaldunes que en Navarra.

Sin duda, es algo que afecta, pero nosotros estamos preocupados por el euskera en un plano general, porque aunque la normalización del euskera ha tenido avances sobre todo en unas zonas en las que se han podido posibilitar políticas a favor o en aquellas que, aunque no se haya podido, gracias a las iniciativas populares se ha recuperado, como por ejemplo en Iparralde, ese ciclo de avances ha tocado techo. En Iparralde, la migración nacional francesa que llega desde otras ciudades, no para salir de la precariedad, porque me refiero a personas que tienen una situación socioeconómica alta, sino con el objetivo de mejorar su calidad de vida, hace que la cantidad de euskaldunes baje, mientras que en Navarra, seis de cada diez estudiantes no tiene ninguna relación con el euskera en toda su vida académica, por lo tanto, lo que no se conoce no se aprecia.

Sentencias judiciales recientes han anulado exigencias de euskera en convocatorias de la Administración Pública por considerarlas “discriminatorias”. ¿Cómo lo valora? ¿Considera que se está atacando al euskera desde la Justicia y que eso dificulta más la normalización del idioma?

Las sentencias judiciales suponen una ofensiva judicial muy preocupante. Necesitamos políticas lingüísticas más potentes porque percibimos que las estrategias que hemos empleado hasta ahora están perdiendo fuerza.

La realidad es que el conocimiento del euskera en prácticamente la mayoría de las personas que se están incorporando a los puestos de trabajo de la Administración Pública es universal

En julio más de 200 cargos locales vascos se movilizaron frente al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) contra las sentencias que “obstaculizan” el euskera. ¿Independientemente de la ideología o el partido político el euskera es algo que les une?

Uno de los desafíos importantes es el entender que cuando hablamos del euskera en estos términos lo que estamos pidiendo es un nivel que iguale a una población. En esa movilización participaron alcaldes y cargos locales de dos partidos, PNV y EH Bildu, aunque también se movilizó algún cargo del PSE-EE, pero otros muchos faltaron. Sin embargo, si miramos las encuestas, el apoyo al euskera es mayor que lo que allí se vio. El 75% de la población vasca está a favor de pedir el conocimiento de euskera y de castellano para la Administración Pública según la VII Encuesta Sociolingüística.

Alcaldes y representantes institucionales durante la concentración frente al TSJPV por las sentencias contra el euskera

El PNV rompió con el PSE-EE y se apoyó en EH Bildu en el Parlamento Vasco para la tramitación de su proposición de ley para retocar la normativa de empleo público de 2022 y blindar la “seguridad jurídica” de las exigencias de euskera en convocatorias municipales. ¿Es suficiente con la modificación de artículo único que plantea? ¿Cómo valora la propuesta de EH Bildu?

Hay dos propuestas en tramitación y se verá cuál se lleva adelante y cuál no. Nuestra propuesta siempre va a ser que para trabajar en la Administración Pública se tenga conocimiento de las dos lenguas oficiales, porque es lo que garantiza los derechos lingüísticos de la población y porque las instituciones tienen la responsabilidad de ser un ejemplo. También hay que tener en cuenta no solo la población actual sino la del futuro. Hay una sentencia en la comarca de Sakana en la que el juez determina que debido al conocimiento de euskera de la población y teniendo en cuenta la cantidad de matriculaciones de alumnos en el modelo D, tiene sentido exigir un nivel de euskera en la Administración Pública porque en el futuro esa será la realidad de la población. Hay otro elemento, que es el derecho lingüístico de los trabajadores. Cuando decimos que todos los trabajadores de la Administración Pública deben conocer las dos lenguas oficiales no es algo que exigimos de hoy para mañana, hay un planteamiento progresivo, pero en 15 años es posible que en la Comunidad Autónoma vasca todos los trabajadores públicos lo sepan si tenemos en cuenta las jubilaciones que se van a llevar a cabo y el conocimiento del euskera de la gente joven que se incorpora en el mercado laboral.

¿Considera que las posiciones sobre el euskera pueden llegar a romper el acuerdo de Gobierno entre el PSE-EE y el PNV?

Parece que el PNV y el PSE-EE tienen puntos de vista diferentes y que existe un conflicto en este sentido. En este caso yo le lanzaría un mensaje al PSE-EE y a sus dirigentes que contraponen los derechos laborales a los derechos lingüísticos. Les diría que estén tranquilos, que entiendan que estamos hablando de justicia social, de parámetros de igualdad lingüística y de cohesión social. Al poner los derechos laborales y los derechos lingüísticos uno frente a otro estamos creando una brecha o un conflicto entre dos sociedades. Estamos creando una división entre la sociedad que sabe y vive en euskera y quienes no tienen contacto con esa lengua. Para nosotros ahí hay una falsa dicotomía porque los derechos lingüísticos son parte también de los derechos laborales, pero también está el derecho de los ciudadanos a ser atendidos de una forma correcta. En una sociedad que reconoce y vive en dos lenguas oficiales su conocimiento es un requisito básico. La realidad es que el conocimiento del euskera en prácticamente la mayoría de las personas que se están incorporando a los puestos de trabajo de la Administración Pública es universal. Estoy hablando de los niveles de euskera que se exigen para trabajar en la Administración Pública y que cuentan con niveles diferentes según el puesto que se vaya a desarrollar.

Pertenecer a una población minorizada genera muchos complejos. Se crean disputas sobre quién o qué es más euskaldun y nos hacen llevar al extremo lo que es la autenticidad, a veces para bien y otras para mal porque nos ponemos demasiado puristas

¿Considera que los discursos que enfrentan el derecho al trabajo con el derecho lingüístico afectan a la hora del aprendizaje o uso del euskera?

Por desgracia la comunidad euskaldun es una comunidad minorizada. A raíz de la capacidad reproductiva de la lengua castellana o la francesa hay una parte de la población que no ha tenido ni la oportunidad de tener relación con el euskera. Puede llegar a afectar y es una pena porque no beneficia a nadie. Estoy segura de que si esas personas conocieran la comunidad del euskera probablemente tendrían otros lazos con la lengua. Hay un fenómeno muy valioso y es que por suerte la mayoría de las personas que conocen el euskera, aunque no sean euskaldunes, hacen una apuesta a favor de él. Hacen, por ejemplo, que sus hijos lo estudien. Siempre digo que hay muchas personas a favor del euskera que no saben siquiera que lo están. Una gran parte de la población que no tiene contacto con el euskera, si le das facilidades, lo reciben de forma positiva, porque muchas veces en sus territorios de origen, como por ejemplo Andalucía o Extremadura, han tenido problemas por no hablar un castellano de Valladolid y saben lo que es sentirse discriminado por su acento o idioma y eso trae consigo una empatía. Eso es algo muy importante también de cara a las poblaciones que están llegando desde el extranjero, que siempre y cuando se les da la oportunidad están muy a favor de aprenderlo y, sobre todo, de que sus hijos lo aprendan.

En el mundo de la cultura en euskera está habiendo una especie de renacimiento con películas, nuevos grupos de música y eventos masivos. Sin embargo, esto también genera críticas porque por primera vez la música en euskera es 'mainstream' y llena estadios de fútbol, como en el caso de Zetak en San Mamés. ¿Se entienden esas críticas?

Creo que necesitamos que haya de todo en euskera. Cuando hablamos de la normalización del euskera, hablamos de ser normales y dentro de esa normalidad está el que haya eventos 'mainstream' y otros más pequeños. El pertenecer a una población minorizada te genera muchos complejos y esos complejos te hacen ser peor. Se crean disputas sobre quién o qué es más euskaldun y nos hacen llevar al extremo lo que es la autenticidad, a veces para bien y otras para mal porque nos ponemos demasiado puristas.

Acto de presentación del evento multitudinario de Euskalgintzaren Kontseilua a favor del euskera que tendrá lugar el 27 de diciembre en Bilbao Arena

Han convocado un evento multitudinario el 27 de diciembre en el Bilbao Arena en favor del euskera. ¿Cuál es el objetivo?

Esperamos crear un gran lugar de encuentro para euskaldunes. Este pueblo ha demostrado más de una vez que el amor por lo vasco y el euskera está profundamente arraigado y eso es muy importante para nosotros. Hay muchas personas que sin saber euskera tienen una actitud proactiva por muchos motivos diferentes. Va a ser un día para todos ellos. Tenemos que dar un salto en política lingüística, pero este evento está dirigido a la sociedad y a los ciudadanos. Ningún idioma tiene sentido si no tiene cultura, así que los agentes culturales y la música tendrán un papel importante, aunque será un acto más bien político para trabajar en el despertar del euskera de cara a los próximos años.

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