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Vuelven las patatas a la riojana: el Gobierno vasco interviene para que una empresa no quite carne en los comedores escolares

Un plato de Eurest de una campaña de innovación culinaria en Euskadi de 2020

Iker Rioja Andueza

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En vez de patatas a la riojana (que llevan chorizo), patatas con verduras. En vez de salmón al horno con lechuga, garbanzos con calabaza. Y, en vez de estofado de ternera, magro de cerdo guisado con champiñones. El departamento de Calidad, Seguridad Alimentaria y Dietética de la empresa Eurest, una de las gestoras de los comedores de los colegios públicos vascos, planteó en enero al menos a un centro de Basauri, en Bizkaia, un ajuste en la dieta para reducir “la proteína animal” y buscar platos con “menor impacto sobre el cambio climático”. Sin embargo, ello motivó las quejas de las familias ya que alteraba la planificación gastronómica contratada. Alertado el departamento de Educación, hubo de intervenir, contactó con Eurest y ahora ha rectificado.

El asunto ha llegado al Parlamento Vasco, donde la coalición Elkarrekin Podemos–IU ha formulado una pregunta al consejero de Educación, Jokin Bildarratz, ante la decisión “unilateral” de una compañía “privada” de alterar el servicio de comedor de la red pública. La formación de izquierdas, que lanzó en 2021 desde el Ministerio de Consumo una iniciativa para reducir el consumo de carne por motivos de salud y ambientales y que acabó con Pedro Sánchez defendiendo los chuletones españoles, recogió las denuncias de ese colegio vizcaíno y manifestó en su escrito en la Cámara que “el hecho de reemplazar la proteína animal de ternera por la de cerdo y la de origen vegetal influye directamente en la alimentación equilibrada y suficiente de niñas y niños”. Apuntaba la parlamentaria Isabel González que hay “situaciones de vulnerabilidad socioeconómica” particularmente “en un contexto de crisis” que hace que las familias “tengan menos posibilidades de adquirir productos alimenticios elevados como la carne”.

En su respuesta, Bildarratz no entra a valorar posibles motivaciones de Eurest a la hora de realizar estos cambios en los menús, pero sí confirma que se produjeron los ajustes y que Educación hubo de intervenir. “Con fecha 20 de enero de 2023, el Departamento de Educación remitió un escrito de apercibimiento a la empresa citada en el que se le instaba a la prestación del servicio de conformidad con las cláusulas contractuales recogidas en los pliegos de bases técnicas, con la advertencia de que en caso de persistir los incumplimientos se procedería a la adopción de las medidas oportunas”, indica el consejero.

Pero no hizo falta. El 9 de febrero, Eurest se dirigió de nuevo a los centros y explicó que renunciaba a la “implementación en los menús del día de medidas unilaterales de cambio”, según la versión de Educación. Así, Bildarratz da por “reconducida” la situación, aunque afirma que el Gobierno vasco “continúa con sus obligaciones de control y supervisión de la ejecución de la prestación del servicio”. Por el momento y oficialmente “no se ha detectado ninguna incidencia adicional”. El servicio –concluye– se presta ya “con normalidad”.

Se da la circunstancia de que Eurest formó parte del denominado 'cártel de los comedores'. En 2016, la Autoridad Vasca de la Competencia reveló que un grupo de ocho empresas (Auzo Lagun, Cocina Central Goñi, Cocina Central Magui –estas tres de Corporación Mondragon–, Tamar Las Arenas, Gastronomía Baska, Gastronomía Cantábrica y la propia Eurest) se venían repartiendo durante años los diferentes lotes de la contrata de comedores de la red pública. De ese modo, cada empresa controlaba una comarca determinada. Una comisión de investigación en el Parlamento elevó el sobrecoste por estas prácticas colusorias a 80,2 millones de euros entre 2003 y 2018.

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