Las maravillas naturales de Sierra de Gata que no te debes perder este verano
La imagen es gris en torno al incendio. El horizonte desnudas para miles de hectáreas de monte y pinar, aunque en realidad es que en la Sierra de Gata no se ha quemado más del 5 por ciento de sus 160.000 hectáreas.
Además, los pueblos más afectados (Acebo, Hoyos y Perales) siguen conservando intactas sus piscinas naturales, la belleza de sus calles, sus gentes y su gastronomía.
El turismo sigue interesado en venir a Sierra de Gata, y los lugareños retoman su vida. El pulso vuelve a latir. La comarca sigue siendo un paraíso natural, con numerosos entornos protegidos por descubrir. Sus tradiciones y la cultura serrana, entre los atractivos que descubrir.
Era el primer verano que las reservas comenzaban a repuntar, tras unos años complicados por la crisis. Lógicamente las reservas se han visto afectadas por el suceso, aunque la media de anulaciones no superan el 20 por ciento, según confirma la presidenta de Turisgata, Caridad Hernández, que acoge a unos 35 alojamientos de la zona.
Robledillo de Gata --que en invierno puede tener un población de 95 habitantes-- tiene más de un centenar de plazas hoteleras, lo que muestra la importancia del turismo para esta zona. En otros casos se trata de una segunda economía, que los lugareños compaginan con el campo.
La sierra se compone de seis valles, de los que principalmente se ha visto afectado uno, la rivera de Acebo. La comarca custodia hasta cinco conjuntos históricos únicos, por su arquitectura, sus callejuelas y sus tradiciones: Robledillo de Gata, Gata, Hoyos, Trevejo, San Martín de Trenejo y Torre de Don Miguel.
Pero no solo eso, Turisgata destaca por ejemplo que el visitante puede disfrutar de 25 piscinas naturales, que beben de las reservas de los ríos que nacen en sus montañas, aguas arriba. Un lugar en que relajarse, mientras se disfrutan de bellos entornos naturales.
Se trata de un lugar de alto valor ecológico, donde fundamentalmente la vegetación está conformada por robles, madroños, alcornoques, encinas, olivos, castaños y pinares. Alberga varios espacios protegidos, tanto de flora como de fauna y destaca su importancia ecológica. Y es que una parte importante de la población de la zona vive del turismo ecológico y del paisaje.
Si uno se adentra en su interior, descubre que el valle de Jalaba conserva la ‘Fala’, una lengua propia que ha sobrevivido al paso del tiempo,y que tiene tres subdialectos, cada uno diferente en las tres localidades donde se habla ( San Martín de Trevejo, Eljas yValverde del Fresno).
Es una zona donde degustar vinos de la tierra, pero un caldo muy característico, que se produce en pequeñas bodegas artesanales semienterradas en las casas. La influencia de clima atlántico también les permite a todas las familias tener un pequeño huerto en el que cosechan sus hortalizas, y donde se produce de todo.
Sierra de Gata es también olivar, tierra donde se produce una variedad también muy característica, la manzanilla cacereña. Mientras en otoño el visitante puede disfrutar de sus bellos castaños, y de una rica variedad de setas alrededor de los bosques. Los amantes del turismo micológico tienen aquí su propio 'oasis'.
A quien le guste el deporte puede disfrutar de grandes rutas senderistas, con el sendero de Gran Recorrido GR-10, en dirección a Portugal. Al mismo tiempo rodean el entorno varias calzadas romanas, por Robledillo o Acebo.