Hollywood se aferra a un clavo ardiendo: los estrenos llegarán a la vez a tu salón
Pongamos que la película más esperada del año acaba de estrenarse y te mueres de ganas por verla, pero en lugar de ir al cine, decides disfrutarla en el salón de tu casa. Sin murmullos, gritos, risas o gente masticando palomitas: solo la película y tú. ¿Un sueño imposible? No tiene por qué. Puede faltar menos de lo que se piensa para que esta aparente fantasía se haga realidad y la manera de consumir films cambie por completo.
Los estudios de Hollywood no pasan por su mejor momento. De hecho, están preocupados porque los beneficios de la industria cinematográfica han disminuido considerablemente durante los últimos años, en gran medida por la aparición de plataformas 'online' de series y películas a la carta como Netflix o HBO. Esto ha llegado incluso a crear ciertas rencillas entre algunos genios del séptimo arte —que creen que una película no es cine si no se exhibe en una sala—, y estas empresas de entretenimiento.
Según una investigación que acaba de publicar Morgan Stanley, el "nivel de desesperación en Hollywood" está tocando techo. Como los miles de millones que se ingresan en taquilla no se están traduciendo en beneficios, la única solución a esta crisis podría ser que las empresas del sector se unan al enemigo en lugar de combatirlo.
En este sentido, la entidad financiera cree que las películas recién salidas del horno podrían llegar a los hogares de los espectadores al mismo tiempo que a los cines. Los interesados tendrían que pagar, eso sí, un precio más alto que en las salas (alrededor de 30 o 40 euros).
Según las conclusiones del estudio, el 25 % de los consumidores estarían interesados en este tipo de producto, pero la mayoría de los que expresaron ese interés ya acuden al cine. Por lo tanto, si pagan más por ver las películas en casa, seguramente dejarán de visitar las salas.
Así, no hay evidencias de que este servicio pueda atraer a un nuevo público, pero sí podría conllevar una mejora significativa de sus cuentas. La investigación estima que los estudios podrían aumentar sus ingresos anuales en unos 2.000 millones de dólares (cerca de 1.700 millones de euros) si la tarifa fuera de 35 dólares (30 euros).
¿Qué pasaría con las salas de cine?
El futuro de los propietarios de los espacios para la exhibición de películas no pinta prometedor. Podrían sufrir una caída de la asistencia de un 8 % en pocos años si el servicio se implementa y la gente lo consume. Las cifras de negocio de Regal y Cinemark, dos de las mayores empresas del sector, podrían padecer un descenso de un 25 % y un 15 % respectivamente, según la investigación.
Si el estreno simultáneo en cines e internet se produjese, entre los estudios y las salas existen acuerdos contractuales que tendrían que resolverse. Además, es posible que los dueños de los cines acabaran reclamando una porción de los ingresos generados por la distribución a través de plataformas 'online' para paliar sus pérdidas.
Algunas figuras famosas como Steven Spielberg, Ron Howard, J.J. Abrams y Peter Jackson, han elogiado esta nueva filosofía. No obstante, otros grandes de la dirección como Christopher Nolan y James Cameron no abrazan esta novedosa forma de consumo y se han pronunciado en contra, siendo fieles al modelo tradicional basado en la experiencia grupal de la sala de cine.
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