Batalla por el mar Negro: Ucrania ataca por primera vez un submarino ruso con nuevos drones subacuáticos
El primer ataque con drones submarinos contra un submarino ruso en Novorosíisk marca un giro en la batalla asimétrica por el mar Negro, mientras que Ucrania y Rusia intentan perturbar mutuamente sus operaciones económicas y militares en la zona.
Solo dos submarinos rusos equipados con misiles Kalibr siguen funcionales en el mar Negro tras un ataque que provocó daños graves a un submarino de clase Kilo realizado por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y por la Marina, según ha asegurado este martes un portavoz de esta última, Dmitró Pletenchuk.
Según el SBU, la embarcación, con un valor de entre 400 y 500 millones de dólares y equipada con cuatro misiles Kalibr, fue golpeada por un nuevo dron ucraniano, el Sub Sea Baby, que le provocó “daños críticos”.
Aunque el Ejército ruso ha desmentido las alegaciones y es imposible verificarlas de forma independiente, un vídeo geolocalizado publicado por el SBU muestra una gran explosión dentro del puerto al lado de varios barcos atracados.
Una operación en puerto ruso
La operación requirió extensas preparaciones, ha subrayado Pletenchuk, que apunta que el puerto ruso de Novorosíisk, en la costa oriental del mar Negro, está bien protegido.
Novorosíisk sustituyó a Crimea como principal base rusa en la zona en 2024, después de una serie de ataques con drones y misiles que hundieron o dañaron un tercio de la flota rusa del mar Negro, incluido el crucero lanzamisiles 'Moskvá'.
Rusia ya perdió un submarino, que estaba siendo sometido a reparaciones, a consecuencia del impacto de sendos misiles ucranianos en Sebastopol, en septiembre de 2023 y en agosto de 2024, recordó Pletenchuk.
Desde entonces Rusia ha seguido utilizando su Marina para atacar a Ucrania, de manera más reciente el sábado, cuando la usó para lanzar 16 misiles Kalibr. Sin embargo, las embarcaciones permanecen la mayor parte del tiempo en el puerto de Novorosíisk, donde las barreras defensivas las protegen de los drones marítimos ucranianos.
La operación demuestra que las fuerzas ucranianas siguen optimizando sus drones y pueden alcanzar objetivos militares rusos situados a una distancia que hasta ahora las fuerzas de Moscú consideraban segura, según destaca el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).
El desarrollo de un nuevo tipo de drones, los submarinos, requerirá una costosa adaptación por parte de Rusia, comenta Andrí Klimenko, del ucraniano Instituto de Investigación del Mar Negro. Rusia tendrá ahora que pensárselo dos veces antes de ordenar a los barcos que le quedan que abandonen la base para lanzar ataques contra Ucrania y tendrá que reforzar las barreras protectoras situadas cerca del puerto y de la cercana terminal petrolera, escribe en Facebook.
Un mar en disputa
Aunque la dimensión de los daños sufridos por el submarino todavía se desconoce, el ataque ejemplifica la estrategia ucraniana de recurrir a medidas de guerra asimétrica.
Tal y como ilustra también el ataque lanzado por enjambres de drones en junio contra la aviación militar rusa, esta estrategia se concentra en destruir las capacidades clave de Rusia para socavar su capacidad de librar la guerra, pese a su ventaja en recursos y equipos militares.
La operación se produce en un momento en el que Ucrania aspira a fortalecer su posición negociadora para poder evitar concesiones desfavorables a Moscú, bajo presión de EEUU. La capacidad de “contraatacar” le otorga a Ucrania un contrapeso en las negociaciones, destacó el lunes el presidente del país, Volodímir Zelenski, en un foro económico germano-ucraniano.
Ucrania ha lanzado recientemente al menos tres ataques con drones contra petroleros involucrados en el transporte de crudo ruso a través del mar Negro, mientras sigue golpeando refinerías y otras infraestructuras rusas tan alejadas como las del mar Caspio.
La capacidad de Ucrania de mantener a raya a la flota rusa garantiza además el funcionamiento del corredor marítimo que parte de los puertos de Odesa, una fuente de ingresos crucial durante la guerra, aunque Rusia siga atacando la infraestructura portuaria y los barcos civiles.
Rusia ha lanzado recientemente una serie de ataques contra Odesa y ha dejado buena parte de la ciudad sin electricidad durante tres días, golpeando también almacenes de cereal y barcos civiles.
El viernes pasado, un ataque ruso impactó en barco turco pese a los llamamientos del presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para que declare un alto el fuego parcial.
Pese a ello, 7.000 barcos civiles han viajado hasta ahora por esta ruta y han exportado 162 millones de toneladas de cargamento, incluidos 98 millones de toneladas de grano, dijo este martes el viceprimer ministro ucraniano Oleksí Kuleba.
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