Bernardino León negoció su fichaje con el Gobierno de Emiratos mientras era mediador de la ONU para Libia
El diplomático español Bernardino León estuvo negociando en los meses de verano con el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos su fichaje para un puesto de primer nivel mientras al mismo tiempo intentaba promover en nombre de la ONU un acuerdo político para poner fin a la guerra en Libia, según informa The Guardian.
La independencia de su misión diplomática queda cuestionada por el hecho de que el Gobierno de Emiratos apoya a uno de los dos bandos en el conflicto y por un email desvelado por el periódico británico. En él, León deja claro que su posición es favorable al grupo que controla el Parlamento desde la ciudad de Tobruk y que se enfrenta a la coalición islamista que se hizo fuerte en la mayor parte del país. El correo revela a un mediador que no es neutral.
En junio, el Gobierno de Emiratos ofreció a León, que fue secretario de Estado de Exteriores en el Gobierno de Zapatero, el puesto de director de su escuela diplomática, un puesto altamente lucrativo con un sueldo mensual de 50.000 euros. Esa escuela no sólo forma a los diplomáticos de esta monarquía autoritaria, sino que funciona como think tank para promover las prioridades de su política exterior. El miércoles, el nombramiento se hizo público y Bernardino León fue sustituido como enviado especial de Naciones para la crisis libia por el diplomático alemán Martin Kobler.
En las negociaciones particulares con Emiratos, León planteó sus elevadas aspiraciones económicas. Comunicó que no podía encontrar un domicilio en Abu Dhabi acorde con sus necesidades para alquilarlo por los 89.000 euros anuales ofrecidos para este fin, y reclamaba una cantidad que podía alcanzar el doble de esa cifra.
La intervención de Emiratos en la guerra
Emiratos no ha sido nunca un observador imparcial en la guerra libia. Aviones de ese país, junto a los de Egipto, participaron en agosto de 2014 en ataques contra la coalición de milicias islamistas, apoyadas por Qatar, para intentar impedir que se hicieran con el control de la capital, Trípoli, lo que no consiguió. Al igual que los gobiernos occidentales, los Emiratos sólo reconocen como autoridad legítima de Libia a los grupos nacionalistas que fueron expulsados de Trípoli.
The Guardian cuenta que sólo cinco meses después de ser nombrado mediador, León envió un email al ministro de Exteriores de Emiratos para contarle su rechazo a la última posición de Europa y EEUU, que estaban dispuestos a convocar una conferencia de paz. Para León, y previsiblemente para su interlocutor, eso era un error “porque consideraría a ambos lados como actores iguales en el conflicto”.
El diplomático español revela a su interlocutor que no tiene la menor intención de ser un mediador neutral. Su intención es romper la alianza de los comerciantes de Misurata y los grupos islamistas y fortalecer a sus rivales de Tobruk. Su objetivo es “deslegitimar” a la coalición islamista. Cuenta también que coordina todos sus movimientos con los enemigos del grupo que controla Trípoli, y que entre ellos está el exprimer ministro Mahmud Jibril, que huyó a Emiratos y que es protegido por las autoridades de ese país.
En declaraciones al periódico británico, León niega haber favorecido a ningún bando en la guerra libia y sostiene que su propuesta para acabar con el conflicto es ecuánime. Sobre el email citado, afirma que ha tenido comunicaciones similares con países que apoyan al otro protagonista de la guerra: “Estoy seguro de que en ocasiones diferentes les he dicho también que 'pueden contar conmigo'. Mi trabajo consiste en crear confianza con todos ellos, dentro y fuera de Libia”.
En declaraciones a El País, León denunció que su cuenta de email había sido hackeada: “A través de esos correos que me han pirateado y han manipulado, alguien está intentando decir que yo he sido parcial, con la excusa de que Emiratos Árabes Unidos respaldaba al Gobierno de Tobruk. Claro que desde Tobruk también se me acusa de favorecer a Trípoli”.
The Guardian se puso en contacto el lunes con León. Entonces, negó haber aceptado el puesto en Emiratos. El miércoles, envió un email al periodista afirmando que “no había firmado aún ningún contrato” y que sólo se habían producido conversaciones. Pidió al periódico que no publicara nada hasta que pudiera concederle una entrevista en la que explicar su situación. La siguiente noticia que tuvo el periódico se produjo el jueves, cuando se anunció que León asumiría el puesto ofrecido por el Gobierno de Emiratos.
Una propuesta de paz sin éxito
Antes de poner fin a su labor de enviado de la ONU, anunció una propuesta de acuerdo de paz que pasa por la formación de un Gobierno de unidad nacional en el que el Parlamento de Tobruk cumpla las funciones de legislativo y el consejo islamista se convierta en la Cámara Alta pero sólo con funciones consultivas. El acuerdo no parece tener mucho futuro. Fue rechazado por ambos bandos, en especial por los islamistas. En estos momentos, los países occidentales y del Golfo Pérsico presionan a los parlamentarios de Tobruk para que lo aprueben. El presidente de la Cámara no lo descarta, pero se limita a decir que “la puerta del diálogo no está cerrada”.