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Bruselas propone menos controles aduaneros en Irlanda del Norte para salvar el Brexit tras el desafío de Boris Johnson

El primer ministro británico, Boris Johnson, en la Conferencia del Partido Conservador en Manchester, el 5 de octubre..

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Suavizar los controles aduaneros en Irlanda del Norte a los productos que llegan de Gran Bretaña. Es la contrapropuesta de la Comisión Europea ante las amenazas de Reino Unido de suspender el protocolo de Irlanda del Norte si no se rehace, lo que supone dar por muerto el acuerdo del Brexit. “Estamos proponiendo una solución que daría como resultado que el 80% de los controles aduaneros se eliminen para una amplia gama de productos que hay en los estantes de los supermercados, incluidas las salchichas Cumberland”, ha dicho el vicepresidente de la Comisión Europea encargado del Brexit, Maros Sefcovic: “Hay que dejarse de líneas rojas y plazos límite, hay que escuchar a las personas de Irlanda del Norte y dar estabilidad y certidumbre dentro del mercado único europeo”

“Somos conscientes de que ha habido problemas con la implementación de este acuerdo”, explican fuentes comunitarias sobre lo firmado en octubre de 2019 a petición de Boris Johnson: “Muchos de ellos son el resultado del Brexit elegido por este gobierno del Reino. Pero otros son el resultado involuntario de la aplicación del protocolo de Irlanda del Norte, y están afectando a las vidas de las personas”.

“Estamos estudiando los detalles”, responden fuentes del Gobierno británico: “El siguiente paso debería ser conversaciones intensas sobre los dos conjuntos de propuestas, que se llevarán a cabo rápidamente para determinar si hay un terreno común para encontrar una solución”. Y añaden: “Deben realizarse cambios significativos que aborden las cuestiones fundamentales en el corazón del Protocolo, incluida la gobernanza, si queremos alcanzar un acuerdo duradero que cuente con el apoyo de Irlanda del Norte”. Y es precisamente la gobernanza, que tiene que ver con el papel del Tribunal de Justicia de la UE, lo que precisamente no aborda la propuesta comunitaria de este miércoles. ¿Por qué? En tanto que el mercado único se rige por la leyes europeas, si uno está en el mercado único, está dentro de la jurisdicción del TJUE.

Si el martes del ministro británico para el Brexit, David Frost, volvía a amenazar con una guerra comercial si la UE no accedía a rehacer el protocolo de Irlanda del Norte, este miércoles Sefcovic respondía al desafío de Boris Johnson, quien ha pasado unos días en casa de un amigo en Marbella.

Bruselas ha enviado este miércoles a Londres un texto no legislativo que cubre cuatro áreas diferentes: el movimiento de mercancías sanitarias y fitosanitarias de Gran Bretaña a Irlanda del Norte; el comercio de mercancías Este-Oeste; las cuestiones aduaneras de los medicamentos; y la participación de las partes interesadas de Irlanda del Norte. 

“No es un todo o nada”, dicen en Bruselas: “Queremos que estas propuestas se incorporen a nuestras discusiones con el Reino Unido durante las próximas semanas. Creemos que este paquete es profundo. Propone un modelo diferente para la aplicación del protocolo, y se basa en flexibilidades inherentes al protocolo y la legislación de la UE. Y demuestra que podemos encontrar soluciones para problemas reales sin renegociar el protocolo”.  

Así, Bruselas propone retirar la mayoría de los controles sobre los camiones que transportan productos alimenticios de Reino Unido a Irlanda del Norte para relajar las cadenas de suministro de los minoristas, siempre que estén etiquetados como UK o NI.

La Comisión también ofrece cambiar las reglas de la UE para permitir que las carnes refrigeradas –como las célebres salchichas– se muevan de Gran Bretaña a Irlanda del Norte con algunos menos controles (enfermedades y origen); permitir que el Reino Unido otorgue licencias de medicamentos para Irlanda del Norte, asegurando el suministro continuo de medicamentos genéricos baratos; reducir las inspecciones aduaneras siempre que Londres otorgue acceso a datos en tiempo real.

Lo que no aborda Bruselas es la exigencia de Boris Johnson, expresada por primera vez en julio pasado, de abolir la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE, lo cual sacaría a Irlanda del Norte del mercado único que le permite la frontera invisible con la república de Irlanda para cumplir con los Acuerdos de Viernes Santo. “Es la primera vez que veía esa reivindicación”, ha reconocido Sefcovic: “Nadie en Irlanda del Norte nos lo ha pedido”.

Sefcovic admite que el comercio entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte no es tan fluido como le gustaría: ha habido protestas de unionistas; quejas de los sindicalistas por los controles de mercancías que cruzan el mar de Irlanda, lo que provocó problemas de abastecimiento, al tiempo que la prohibición de que las carnes refrigeradas –las salchichas– entraran libremente a Irlanda del Norte desde GB también generó revuelo.

El protocolo mantiene a Irlanda del Norte en el mercado único y, por lo tanto, sujeta a sus reglas, mientras que el resto del Reino Unido lo abandonó. Las causas de ese protocolo tienen que ver con evitar tener controles en la isla de Irlanda, lo que podría haber exacerbado las tensiones además de violar los acuerdos de paz de Belfast.

Sin embargo, según Downing Street, el protocolo ha resucitado las tensiones entre las dos comunidades por los controles de Irlanda del Norte a los bienes provenientes de Inglaterra.

Propuestas de Bruselas

En cuanto a las cuestiones fitosanitarias, Bruselas inicialmente propuso un acuerdo al estilo suizo para superar las dificultades relacionadas con el movimiento de productos alimenticios de Gran Bretaña a Irlanda del Norte, lo que habría eliminado el 100% de los controles sanitarios y fitosanitarios de los productos. “Pero el gobierno del Reino Unido no quería eso, y ahora estamos proponiendo una solución específica para Irlanda del Norte que daría como resultado, aproximadamente, que el 80% de los controles aduaneros se eliminen para una amplia gama de productos minoristas que se encuenteran en los estantes de los supermercados, incluidas las salchichas”.

Pero “los puestos de control fronterizos deben funcionar”, dicen fuentes comunitarias, “de lo contrario, los controles que queden no se podrán realizar correctamente. Es decir, proponemos un modelo diferente, menos controles por un lado, pero, por otro, más garantías y más vigilancia del mercado. Reforzar el seguimiento de las cadenas de suministro también será fundamental. Por lo tanto, un camión que transporta diferentes productos alimenticios desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte, solo requiere un certificado que indique todos los productos y que cumplen las normas de la UE. Entonces, si un camión transporta 100 tipos diferentes de mercancías, tendrá que hacer un certificado en lugar de 100. Y los productos de origen animal, como el yogur, el queso, el pollo y el pavo, ya no estarán sujetos al mismo nivel de controles. Este tipo de cosas es posible si se fortalece la gobernanza, si se aumenta el seguimiento”.

Pero todo esto, dice la Comisión Europea, depende de que el Reino Unido “cumpla su compromiso de completar la construcción de puestos de control fronterizos permanentes, embalaje y etiquetado específicos que indiquen que las mercancías son de venta solo en el Reino Unido, y un seguimiento reforzado de las cadenas de suministro. Además, las salvaguardias incluirían un mecanismo de reacción rápida y medidas de la UE en caso de incumplimiento de las autoridades competentes del Reino Unido o del comerciante”.

En cuanto a las aduanas, la Comisión Europea propone “reducir a la mitad el papeleo y seguir desarrollando el listado de bienes que no corren el riesgo de entrar en el mercado único. Actualmente, solo los fabricantes de Irlanda del Norte con un volumen de negocios bajo o con suministros de productos al por menor pueden estar cubiertos por este régimen. Hay margen para ampliar la cobertura. En segundo lugar, en lo que respecta a las aduanas, queremos ampliar el uso de este concepto de bienes que no están en riesgo para encontrar medidas adicionales en lo que respecta al papeleo aduanero”.

Son medidas “que simplificarán y facilitarán los trámites y trámites aduaneros”, dice Bruselas, “y reducirán a la mitad la documentación que se necesita para las mercancías que se trasladan desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte. Esto también está sujeto a salvaguardas, como el compromiso del Reino Unido de proporcionar acceso completo y en tiempo real a los sistemas de informáticos, una cláusula de revisión y rescisión, así como autoridades aduaneras y de vigilancia del mercado del Reino Unido que implementan las medidas de control”.

De esta manera, “las propuestas sobre normas sanitarias y fitosanitarias y aduaneras permitirán crear un tipo de 'carril rápido' para el movimiento de mercancías desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte, al mismo tiempo que proporcionarán un sólido mecanismo de control y aplicación para proteger la integridad del mercado único”.

El tercer capítulo versa sobre los medicamentos. “El resultado es que las empresas farmacéuticas de Gran Bretaña, cuando abastecen al mercado de Irlanda del Norte, puedan mantener todas sus funciones reguladoras”, dice Bruselas, “¿Qué significa esto en la práctica? Que Gran Bretaña puede seguir actuando como un centro para el suministro de medicamentos genéricos para Irlanda del Norte, lo que implica cambiar las normas actuales de la UE. Significa que estas empresas que actúan como hubs en Gran Bretaña no tendrían que trasladar la infraestructura a Irlanda del Norte. Eso significa que se puede garantizar el suministro a largo plazo de medicamentos desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte sin un aumento de los costes”. 

Y en cuando a la participación política, la Comisión Europea afirma: “Estamos hablando con sociedad civil, empresas y autoridades de Irlanda del Norte para que la aplicación del protocolo sea más transparente para ellos. La solución consiste en institucionalizar y fortalecer los diálogos entre las partes interesadas de Irlanda del Norte y la Comisión”.

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