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Ofer Neiman, activista israelí: “Se nos adoctrina para ver el sionismo como un maravilloso proceso de liberación”

Ofein Neiman, activista israelí propalestino

Guillermo Martínez

25 de noviembre de 2025 21:55 h

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Ofer Neiman habla de forma sosegada mientras sostiene resignado que vive en un Estado genocida. Nació en Jerusalén en la década de 1970 y en la primera Intifada se convirtió en un defensor de los derechos del pueblo palestino. Décadas después, su militancia se centra en el movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) a Israel desde dentro y en ofrecer apoyo a todos aquellos militares que dejan las armas a un lado y se niegan a cometer crímenes de lesa humanidad. Su historia no es la de muchos israelíes, pero sí sirve para saber que en todos los lugares hay personas solidarias que no dudan en ponerse en riesgo para luchar por la descolonización y contra el racismo.

Neiman, matemático e informático por la Universidad Hebrea de Jerusalén y traductor de profesión, ha visitado España para participar en las jornadas 'Anarquistas, objetores y disidentes israelíes contra el genocidio palestino', organizadas por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). En estas líneas, el israelí aborda cuestiones como su propia genealogía, la represión que sufren activistas como él, por qué una gran parte de sus compatriotas ven con buenos ojos la invasión, la falta de información veraz en Israel, cómo aprecian la postura marcada por España en el conflicto y la solución que cree debería tener.

Los ciudadanos israelíes judíos tienen privilegios en Israel, un Estado de apartheid. Algo similar al privilegio blanco para hablar en contra del régimen en el apartheid de Sudáfrica

Neiman afirma que sirvió al ejército de su país en Tel Aviv, tiempo en el que desarrolló cierta empatía por los soldados que se negaban a servir en los territorios ocupados de Palestina. No fue hasta la segunda Intifada, a partir del año 2000, cuando se unió al grupo Yesg Gvul para apoyar a los objetores. “También me echaron del ejército, como reservista, después de enviar numerosas cartas a generales israelíes acusándolos de crímenes de guerra”, dice.

Después llegó al BDS interior, que “no es una idea muy popular en Israel”, describe. Enfocada en legitimar la campaña global que lidera la sociedad civil palestina, “incluso aquellos israelíes que lo apoyan a menudo tienen miedo de expresar su simpatía”. Su cometido es realizar llamamientos a celebridades internacionales que llegan a Israel para que cancelen sus eventos. “Israel utiliza estos espectáculos con fines propagandísticos, intentando mostrarse como un lugar cosmopolita y moderno”.

Rechazo por ser propalestino en Israel

Su activismo no le ha granjeado una gran represión por parte del Gobierno israelí. “Los ciudadanos israelíes judíos tienen privilegios en Israel, un Estado de apartheid. Algo similar al privilegio blanco para hablar en contra del régimen en el apartheid de Sudáfrica”, dice. Por otro lado, defender el BDS puede estar protegido por la libertad de expresión, aunque existe la Ley de Boicot que permite demandar a los partidarios de esta campaña permanente por daños personales. “Se han presentado muy pocas demandas, ya que es difícil probar una conexión causal directa entre el llamado específico de alguien y un resultado”.

Sin embargo, los activistas propalestinos sí sufren de forma generalizada el rechazo social y profesional. Suelen enfrentar amenazas, incluso intentos de despido. “Los activistas que viven en comunidades pequeñas pueden tener que mudarse cuando la comunidad los excluye”, subraya. Además, los arrestos de activistas israelíes judíos son comunes en el caso de acciones directas en Cisjordania, como unirse a protestas palestinas, aunque suelen ser liberados unas horas después.

Escuchar los aviones camino de Gaza

Preguntado por el genocidio que Israel ha cometido en Palestina en los dos últimos años, Neiman asegura que “escuchar los aviones sobre Jerusalén en su camino para bombardear Gaza ha sido una de las peores experiencias” de su vida. “Estos dos años me han hecho sentir completamente alienado de la sociedad aquí y de los principales aspectos del mundo y de la vida en general”, agrega. En este punto, el traductor detalla que “la mayoría de los pilotos israelíes son sionistas liberales, no sionistas de extrema derecha, por lo que el genocidio ha sido perpetrado por israelíes sionistas de todo el espectro político”.

A los niños se les enseña que todas las guerras fueron el resultado de la agresión árabe y la negativa a aceptarnos. Los sionistas son retratados como pobres refugiados que simplemente buscaban una patria

El hecho de que una gran mayoría de israelíes vea con buenos ojos la invasión de Palestina encuentra su razón de ser en que se les adoctrina para ver a los palestinos “como bárbaros que quieren matarnos”, en palabras de Neiman. En cambio, “se adoctrina a los israelíes para que vean el sionismo como un maravilloso proceso de liberación que se basa en la búsqueda de la paz y la prosperidad, basado en un sufrimiento judío único”. Desde su punto de vista, muchos israelíes consideran el conflicto como un juego de suma cero, en el que cualquier forma de liberación palestina es una amenaza para su bienestar.

Esta mentalidad tan enraizada en la sociedad israelí encuentra su génesis en las escuelas. “A los niños se les enseña que todas las guerras aquí fueron el resultado de la agresión árabe y la negativa a aceptarnos. Los sionistas son retratados como pobres refugiados que simplemente buscaban una patria”, continúa el activista. Además, destaca que “los mensajes religiosos de la derecha son rampantes en las escuelas”.

La prensa, tomada por el sionismo

La información en Israel también está totalmente controlada por la corriente dominante. Los medios, dirigidos principalmente por liberales y no figuras ligadas a la extrema derecha, “son totalmente cómplices de los crímenes de Israel”, denuncia el traductor. Todavía recuerda cómo durante el genocidio los medios israelíes se negaron a emitir imágenes de la destrucción de Gaza. Destacados reporteros israelíes retrataron a la mayoría de las víctimas palestinas como “terroristas” y negaron las alegaciones bien fundadas de hambruna causada por Israel o tortura y violación israelí de detenidos palestinos, sostiene.

En este sentido, un hecho incontestable ha sido la presión ejercida por millones de ciudadanos de todo el mundo para frenar el genocidio, un fenómeno que sí ha encontrado cierto eco en la prensa nacional. “Es difícil ignorar a los académicos israelíes que hablan de la desaparición de sus contactos internacionales y la cancelación de proyectos. Es difícil ignorar a las empresas israelíes que informan de la pérdida de contratos lucrativos. Pero el encuadre es casi siempre muy sionista, lleno de autocompasión”, dice.

Los estragos de la invasión también han tenido consecuencias en el Ejército israelí, lo que ha hecho que algunos decidan renunciar a las armas. Según Neiman, las cifras son bastante pequeñas. “En el pasado, la mayoría de los objetores eran soldados de la reserva de más edad, que estaban dispuestos a servir, pero no en los territorios palestinos ocupados o en Líbano”, comenta al respecto. A día de hoy, la mayoría de los objetores tienen entre 18 y 19 años y se niegan a alistarse por completo. “Estos son jóvenes impresionantes, pero de ninguna manera es un movimiento de masas”, puntualiza.

Esta decisión de no formar parte del ejército sionista les conduce a prisiones militares que visitan en varias ocasiones, generalmente en periodos de un mes. Después de unos meses, son dados de baja por ser “no aptos para el servicio”. Por otra parte, el grupo Yesg Gvul reporta un aumento de los suicidios entre los soldados que han servido recientemente, con una crisis de salud mental muy significativa. De todas formas, “merecen recibir tratamiento, pero los criminales de guerra israelíes, sobre todo, deben ser llevados ante la justicia”, determina.

No es nada fácil plantarse frente al Gobierno de Israel, tu propio Gobierno. De todas formas, Neiman recalca que la desobediencia civil contra el mal es una tradición consagrada de lucha por la justicia. “Estos objetores están haciendo algo contra el apartheid genocida de Israel, a diferencia de tantos de los hipócritas del ‘campo de paz’ cómplices”, denuncia.

Una imagen antisemita de España

La posición de España contra el genocidio palestino, tampoco ha pasado desapercibida: “Muchos consideran a España un país lleno de antisemitas. Incluso se remontan a más de cinco siglos atrás para hablar de la expulsión de los judíos en 1492, lo que es totalmente irrelevante para lo que hablamos ahora, que son derechos humanos y derecho internacional. Por supuesto, ignoran la expulsión de los musulmanes de España en esa época”, desarrolla.

Aunque muchos israelíes consideran que Europa está siendo tomada por árabes y musulmanes, afirma el mismo Neiman, “países como España tienen un futuro e Israel, el ser un Estado de apartheid genocida, no lo tiene”.

En el pasado, la mayoría de los objetores eran soldados de la reserva de más edad que estaban dispuestos a servir, pero no en los territorios palestinos ocupados o en Líbano. Actualmente son jóvenes, pero de ninguna manera es un movimiento de masas

La conversación con el opositor israelí se retuerce por vericuetos y diversas posturas sobre diferentes temas antes de llegar a una pregunta central: cuál debería ser la solución al conflicto. Neiman es claro en la respuesta: cualquier solución debe basarse en los principios universales de los derechos humanos y el derecho internacional, y el enfoque moral y político subyacente debe ser descolonizador.

Para él, el derecho al retorno de los refugiados palestinos y sus descendientes, en donde se incluyen las reparaciones oportunas, es uno de los temas que deben abordarse desde la perspectiva legal. Otro es la “abolición de todas las leyes y políticas de supremacía judía dentro del sistema israelí actual”. En este punto defiende que “Israel debería ser descrito como un Estado de supremacía judía, ya que su esencia constitucional es inherentemente racista”. Por último, recalca que se debe poner fin a la ocupación israelí de tierras árabes, incluida Gaza y Cisjordania.

A pesar de que no se opone frontalmente a la solución de los dos Estados mientras se cumplan los criterios, una salida defendida por numerosos países a nivel mundial, Neiman denuncia que “nunca se oye a los líderes occidentales criticar a Israel por sus leyes racistas de inmigración y naturalización”.

Hacia la comisión de la verdad

De todas formas, la visión de Neiman le lleva a pensar que lo más urgente es una acción firme de la justicia y la rendición de cuentas. “Creo que la solución también debe incluir la acusación de funcionarios, soldados y oficiales israelíes que han cometido crímenes contra la humanidad y genocidio, no solo en los últimos dos años”, opina.

Adelantándose a algunas críticas por esta postura, defiende que “es cierto que los grupos palestinos han cometido crímenes de guerra, pero los crímenes de Israel son mil veces peores y no hay simetría entre el opresor y el oprimido, además de que los perpetradores palestinos han sido asesinados o encarcelados en condiciones horribles por Israel”.

Por todo ello, aboga por una comisión de la verdad y la reconciliación similar a la de Sudáfrica después del apartheid, que involucraría a personas que atestigüen sus crímenes y lleguen a un acuerdo con el sufrimiento que han causado. Siguiendo los postulados del disidente judío-israelí Orly Noy, Neiman concluye que en Israel hace falta una “desnazificación” para que el país sea aceptado de nuevo por el mundo.

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