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Vuelo, hotel y un pinchazo (o dos) de souvenir: tres testimonios sobre el turismo de vacunas en Estados Unidos

Un hombre posa para una foto después de vacunarse contra la COVID-19 en la estación Grand Central Terminal de Nueva York.

Sarah Yáñez-Richards

Nueva York —
17 de mayo de 2021 22:19 h

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Ir a Florida, sacarse una foto con Mickey Mouse en Disney World y de paso vacunarse contra la COVID-19. O visitar Nueva York, recorrer Central Park en carruaje y ponerse la dosis de Johnson & Johnson con las brillantes luces de Times Square de fondo. Son estampas que cabe imaginarse al pensar en el turismo de vacunas en Estados Unidos. Pero la realidad es menos glamurosa e incluye estancias fugaces en cualquier lugar del país y la contratación de agencias de viaje para hacerse con una cita.

“Conozco a una persona que tiene una solvencia económica muy amplia que hace dos meses llevó a su madre, a su hermana y a su esposa a Amarillo (Texas) para ponerse la vacuna. Se quedaron dos o tres días, regresaron a México y volvieron 20 días después para su segunda dosis”, dice Ricardo Thomas. Él también se está planteando ir al país vecino para vacunarse.

Este periodista deportivo mexicano explica que, para su país, el estado sureño de EEUU es “la meca de las vacunas” y que hay diversas agencias que por 500 pesos mexicanos (20,60 euros) organizan una cita para hacerse con una vacuna en algún lugar de Estados Unidos donde no piden justificante de residencia para conseguir una dosis.

Thomas se está planteando ir a Miami, en Florida, ya que el gobernador Ron DeSantis ha eliminado actualmente el requisito de ser residente para recibir la vacuna contra el coronavirus y él tiene familia allí. “La semana pasada estaba hablando con mi tío y le comenté la situación de poder ir allí para vacunarme, ya que ahora parece que las vacunas se están regalando en EEUU como pan caliente”, dice este periodista de 43 años. Por su edad, calcula que en su país de origen no se podrá vacunar hasta dentro de unos cuatro o cinco meses.

Cuatro vuelos, dos dosis

Giovanni Silva, diseñador mexicano de 39 años, fue a vacunarse a California, a un centro de salud cerca de Los Ángeles. “Hay muchos indocumentados en esta zona. En los centros de vacunación hacen preguntas, pero si no tienes documentos no te lo complican porque saben que mucha gente no tiene papeles. Yo solo presenté mi identificación mexicana”, dice.

A Silva le tocó una vacuna de Pfizer, que es de dos dosis, por lo que esta semana volverá a cruzar la frontera para ponerse la segunda inyección. Pese a haber tenido que pagar cuatro vuelos –debido a que sus vacaciones no eran suficientes para quedarse los 20 días necesarios en California con sus familiares–, describe el viaje como la “mejor inversión” que ha hecho, ya que recuperó “la tranquilidad”. “Soy hipertenso y mis padres murieron el año pasado, no por COVID-19, pero los perdí con tres meses de diferencia, en marzo y en junio. Yo vivo solo y me afectó mucho, la verdad, porque fue un duelo que pasé sin compañía y aislado. Me aislé por miedo, me dije a mí mismo: ‘No puedo morirme el mismo año que mis padres'”.

Sebastián Ortiz, un diseñador colombiano asentado en España, también se planteó ir a visitar a su hermano a Los Ángeles para hacerse con la vacuna, pero sus planes se desinflaron cuando vio lo complicado que le resultaría viajar desde Europa, ya que Estados Unidos no permite el turismo desde los países pertenecientes a Schengen –entre los que está España–, Reino Unido, Irlanda, China, Irán, Brasil, Sudáfrica e India.

“Ir a Estados Unidos a ponerme la vacuna siempre fue una idea que tuve. Pero, viendo lo difícil que es para las personas que han estado más de 14 días en Europa, esa idea se torció”, dice este treintañero asentado en Barcelona.

Según explica, no le resulta viable ir a Colombia dos semanas para poder entrar a Estados Unidos y vacunarse. “Lo haría cuando se pueda viajar –a EEUU desde Europa–, pero si esto no va a ser posible hasta después de verano, me espero a que me vacunen en España, que según los cálculos debería ocurrir entre agosto y septiembre para nuestro grupo de población (jóvenes saludables), o, en el peor de los casos, en noviembre”.

Ortiz explica que en Colombia también hay agencias de viajes que ofrecen paquetes de turismo vacacional. “Dependiendo del tipo de vacuna que quieras, hay paquetes por una semana para los que elijan Johnson & Johnson (que es de una dosis) o más de un mes si quieren la de Pfizer o Moderna, que son dos”.

Nueva York apuesta por las vacunas para recuperar el turismo

Los lugares más populares para este tipo de turismo se encuentran al sur de Estados Unidos, pero la ciudad de Nueva York quiere cambiar eso y convertir la Gran Manzana en el centro del turismo de vacunación.

“Ven. Es seguro. Es un gran lugar en el que estar, y vamos a cuidar de ti”, dijo el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en un mensaje a los futuros turistas. En esa misma rueda de prensa, anunció que “la capital del mundo” regalará a sus visitantes la administración de la vacuna de una dosis, Johnson & Johnson, desde unidades móviles repartidas en atracciones turísticas, como el Empire State Building, Times Square, Central Park o en las inmediaciones de los barcos que van a la Estatua de la Libertad.

La ciudad, que hace un año estaba completamente cerrada por ser uno de los mayores epicentros de la pandemia, intenta de esta manera volver a ser uno de los focos del turismo mundial. En 2020, Nueva York perdió 44 millones de turistas y 60.000 millones de dólares.

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