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Una cola de horas para recoger alimentos en Carabanchel: “Los Servicios Sociales quieren dar respuesta, pero no llegan”

Sofía Pérez Mendoza

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Hace dos semanas fue Aluche, hoy Carabanchel. Las colas del hambre siguen creciendo en Madrid. Decenas de personas han esperado durante horas, hasta siete en algunos casos, para recoger un plato de comida caliente o una bolsa con alimentos. La ayuda está organizada por varias asociaciones y ONG que trabajan en red en el distrito. Unas recogen alimentos, otras los cocinan. 

“Llevo muchos años trabajando en el barrio y cada día pienso: ¿de dónde sale tantísima gente con necesidades? Estaban ahí pero no las veíamos”, cuenta Soledad, miembro de la Red Solidaria de la Ciudadanía de Carabanchel, una asociación que surgió con la COVID-19 y que cuenta con 300 voluntarios. En la red recalan personas que esperan ayudas de los Servicios Sociales y algunas que no se atreven a contactar con el Ayuntamiento por miedo al no tener papeles. 

Los viernes es un día especialmente complicado porque los usuarios que acuden a diario al comedor social, gestionado por Remar, se juntan con otras decenas de familias que vienen a este punto semanalmente a por una cesta. La fila se extendía este viernes a lo largo de toda la manzana. “Los Servicios Sociales quieren dar respuesta, pero no llegan. No son inmediatos, pese a que las trabajadoras están haciendo jornadas a veces de 10 horas desde su casa”, dice Soledad, que asegura que a la red han llegado usuarios derivados de las instituciones. El Ayuntamiento de Madrid admite un déficit en la plantilla de Servicios Sociales de un 20% y prevé aumentar la plantilla al menos en ese porcentaje de la forma más inmediata posible. Aunque aún no hay fecha para su incorporación. 

Más de 100.000 personas han necesitado ayuda para comer desde que comenzó la crisis. El área de Familias, Igualdad y Bienestar Social, dirigida por el concejal Pepe Aniorte, ha atendido a 82.000 personas, según los últimos datos facilitados por el Ayuntamiento, más del doble que en todo el año pasado. 6.689 viven en el distrito de Carabanchel. Las redes vecinales están dando de comer a otras 20.000 personas

El impacto económico del coronavirus en la ciudad ha sido brutal. El 13% de las personas que viven en Madrid dice que necesitará ayudas públicas para sobrevivir a la crisis y el porcentaje se dispara en el caso de familias monoparentales, según una encuesta realizada por el Ayuntamiento sobre la situación de los hogares en el confinamiento. Casi la mitad de los encuestados declara haber sufrido una pérdida de ingresos y el 72% teme que la circunstancia perjudique a los estudios de sus hijos. En muchas casas no hay recursos suficientes para que todos puedan teletrabajar o teleestudiar. Hay familias que ni siquiera disponen de internet. 

Las organizaciones que actúan de forma solidaria piensan que las administraciones pueden hacer más a nivel organizativo. “Tenemos muchas cocinas en la ciudad cerradas de colegios y empresas en ERTE. ¿Por qué no se abren y se organiza?”, se pregunta la Red Solidaria de la Ciudadanía. El Consistorio ha abierto cuatro cocinas en las últimas semanas y ha tratado de acelerar los trámites con una ayuda exprés que reduce los tiempos de espera. Pero el volumen de personas que necesita ayuda sigue creciendo. Y los redes vecinales, que actúan en ocasiones de cauce de contacto entre los usuarios y los recursos municipales, temen quedarse sin manos cuando los voluntarios se vayan reincorporando a sus puestos de trabajo. 

Almeida culpa al Gobierno de las colas 

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, culpó al Gobierno de Pedro Sánchez de las “colas de Aluche” y admitió que “reflejan una cierta realidad de la ciudad, la situación de emergencia”. “Si hay colas es porque no nos dejan usar nuestros recursos financieros”, dijo el regidor en referencia a las cortapisas para utilizar el superávit y los remanentes. Las limitaciones están marcadas por la ley de Estabilidad Presupuestaria, una norma aprobada por el Gobierno de Rajoy que provocó un conflicto entre el exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la anterior corporación municipal, liderada por Manuela Carmena. El desencuentro terminó con la intervención de las cuentas de Madrid y una crisis dentro del Gobierno municipal. 

Ahora, Martínez-Almeida, del PP y muy crítico con la gestión de Carmena, exige a Sánchez que abra la mano al techo de gasto desde el Gobierno. El Ejecutivo avaló el gasto de 300 millones de euros entre todas las corporaciones y ha incluido un punto al respecto en el acuerdo con Bildu EH, lo que ha molestado al Gobierno municipal.

“En muchos barrios de nuestra ciudad las grandes colas de personas que esperan que colectivos vecinales les den una bolsa de comida, se ha convertido en algo del paisaje habitual, y esto es algo que no se puede consentir. Estamos hablando de pobreza, hambre. Así de duro. Esto no puede pasar en una ciudad rica como la nuestra”, asegura la portavoz de Más Madrid en el Consistorio, Rita Maestre, cuyo grupo va a llevar al próximo pleno una proposición para la creación un Plan Municipal de Emergencia Alimentaria que permita una “respuesta estructural”, según la iniciativa.

Maestre cree que el Ayuntamiento “tiene capacidad” para atender a todas las personas. “A día de hoy, del programa presupuestario que el Gobierno municipal habilitó específicamente para incluir los gastos derivados de la pandemia sólo ha tramitado gastos por 17 millones de euros, por lo que el alcalde tiene un amplio margen hasta los 70 millones”, dijo la portavoz tras las quejas del regidor sobre las dificultades para emplear los recursos financieros propios. 

El Consistorio también ha entrado en conflicto con algunas asociaciones vecinales, a las que acusan de no aceptar los locales que les han cedido y de no facilitar los datos de las personas atendidas. “No voy a criticar la actividad, porque es loable que todo el que quiera ayudar lo haga, pero tienen que ser conscientes de que hay una utilización política de estas fotos”, dijo el jueves tras acusar a Unidas Podemos de usar “el dolor” de las instantáneas. 

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