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Desinfección de toboganes y toma de temperatura antes de entrar: reabren las escuelas infantiles de Madrid

Una profesora desinfecta los zapatos de una niña.

Marta Maroto

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Enzo, de 3 años, se agarra a la pierna de su padre, mira con desconfianza y no termina de creerse que esa mujer con mascarilla y gafas protectoras que le apunta con un termómetro sea su profesora. Después de varios minutos y algún intento de llanto, por fin se desenreda y se deja hacer: le desinfectan la suela de los zapatos, la mochila que trae de casa y le dan gel para lavarse las manos.

Este martes primero de julio han abierto las escuelas infantiles de niños de 0 a 3 años en la Comunidad de Madrid, con aforo reducido y dando prioridad a aquellas familias con mayores problemas para conciliar, sobre todo a los padres que ya tienen que acudir presencialmente a sus puestos de trabajo. “Sigo teletrabajando pero es absurdo, no puedo cuidarles. O teletrabajas o cuidas a niños, pero las dos cosas son incompatibles”, explica la madre de Erik y Eva, de 2 y 3 años.

A las siete de la mañana, dos horas antes de ir a la escuela infantil, Eva ya estaba plantada en la puerta de casa con la mochila de la escuela sobre los hombros. “Tenía muchas ganas de volver al cole para ver a mis amigos”, tartamudea recolocándose la mascarilla. En cuanto pasa el protocolo de desinfección en la puerta, en este centro privado de Canillejas que apenas está hoy a la mitad de su capacidad, Eva echa a correr a su antigua clase.

“Los niños han sido los grandes castigados de esta pandemia y hay que darles, otra vez, vida. Fueron los primeros a los que se quitó el colegio y a los últimos a los que se les ha dado parque y colegio”, explica Leticia Rubio, directora psicopedagógica de El Mundo de Mozart. La vuelta a la rutina para los pequeños incluirá medidas de la nueva normalidad de los adultos como el lavado de manos, que las profesoras inculcarán a través del juego.

En el centro Nemomarlin de Chamberí, donde en lugar de desinfectar las suelas de los zapatos los niños se cambian de calzado al entrar, las profesoras han tenido que quitarle el gel a los niños. “Les gusta lavarse las manos, se ven mayores y les gusta jugar con el agua”, explica Raquel Menéndez, la directora.

La normativa de la Comunidad de Madrid no establece un aforo máximo determinado. Por ejemplo, Neomarlin ha recibido hoy a apenas a un 20% de sus alumnos habituales, una proporción similar a la que atenderá hoy St. Alice Nursery, en el mismo barrio, según explica su directora, que también coincide en que estos primeros días serán de actividades livianas para la readaptación y para que los alumnos se vayan familiarizando con las nuevas rutinas y pautas de trabajo.

Mantener la distancia social entre los niños es muy complicado, el protocolo de la CAM en este asunto pide que en las siestas y en las comidas se trate de separar lo máximo posible a los niños. Además, se han implementado los llamados grupos ‘burbuja’, clases reducidas con alumnos que solo se relacionan entre sí para facilitar la trazabilidad del virus en caso de contagios.

Hay geles en cada puerta, y una vez se ha utilizado el material de cada actividad, pasa directamente a desinfectarse. En El Mundo de Mozart han decidido no utilizar el patio de recreo para evitar que se junten niños de diferentes grupos, mientras que en Neomarlin han hecho turnos para cada clase y en los cambios se desinfectan los toboganes y demás juguetes.

En la Comunidad de Madrid hay 332 escuelas de educación infantil públicas, 884 privadas y 21 concertadas. Tras su cierre el pasado 11 de marzo, las escuelas públicas de municipios como Móstoles siguieron operando el máximo tiempo y prestando servicio a las familias. La mayoría de centros, también privados y concertados, explican que han continuado haciendo actividades con los niños a través de vídeos, llamadas y hasta directos en Instagram.

Ante las críticas del sector privado, donde llegó a ponerse en duda que deberían seguirse pagando las cuotas, la Consejería de Educación y Juventud ha anunciado un plan por el que va a destinar hasta 18 millones de euros a paliar el agujero económico de las escuelas infantiles tras cuatro meses de parón.

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