Nostalgia de 15-M en Sol en el décimo aniversario
No fueron muchas más de 200 personas las que acudieron esta tarde a la puerta del Sol a rendir homenaje al 15-M en el día en que se cumplían exactamente 10 años de la primera manifestación y acampada en Madrid. Los que sí asistieron, la mayoría gente mayor, veterana de esta y otras movilizaciones, recordaron con nostalgia, pero sin mucha vocación real de repetición, el origen de unas protestas que tuvieron largo recorrido en la política nacional.
El día estaba primaveral y la manga corta abundaba en Sol, en una jornada en la que se sucedieron en Madrid los actos reivindicativos. Tanto en favor de Palestina, de nuevo sometida a los bombardeos israelíes, como contra la violencia policial en Colombia, todo ello mezclado con las gorras de chulapo y mantillas de San Isidro y las caras de curiosidad de los turistas que volvían a llenar el centro de la capital, ahora que ya no hay estado de alarma. A Sol regresaron los “yayoflautas”, el colectivo de jubilados en defensa de las pensiones y los derechos sociales que proliferó en el 15-M, y cuyos miembros fueron mayoría entre los presentes en el acto conmemorativo. Volvieron a oírse las voces por la profundización en la democracia y la defensa de la renta básica universal en turnos de intervención sucesivos, con los aplausos y el agitar de manos que caracterizaba las asambleas ciudadanas de hace una década.
Ante el micrófono situado frente a la entrada de la estación de cercanías desfilaron representantes de la comisión de cultura y teatro de hace un decenio, portavoces del colectivo 'No somos delito' contra la ley mordaza, activistas por la mejora de la salud mental, impulsores de un archivo documental de los sucesos de 2011, y así sucesivamente. También abundaron las banderas de Palestina, del Sáhara Occidental o de la España republicana. Alguna veterana se quejaba de que la efeméride del 15-M solo era hoy, y que las demás reivindicaciones podían esperar al día siguiente, pero en general el ambiente era festivo, aunque nostálgico, especialmente cuanto intervinieron los miembros del coro de la Solfónica, nacido precisamente al calor del 15-M, que emocionó a más de uno de los presentes.
“Feliz aniversario”, se saludaban amigos que se reencontraban en la plaza, llena como en las tardes agradables de mayo, aunque ajenos a la importancia de la fecha. Sí era consciente Álex Medina, que volvía 10 años después con la esperanza de que el acto no se quedase en un homenaje. “Hay alguna gente sentada al frente, a ver si vuelve a ser algo más”, decía, más o menos esperanzado.
El carácter pacífico del encuentro se notó también en la reducida presencia policial. Apenas dos furgonetas de la Policía Nacional vigilaban la concentración, sin antidisturbios a la vista. El cordón de las fuerzas de seguridad se reforzó, no obstante, al poco de que la Solfónica terminase con el Canto a la libertad de José Antonio Labordeta, porque en el otro lado de la plaza empezaba una segunda concentración, ante la estatua de Carlos III, de carácter bien diferente. Entre banderas de España, una de ellas con el escudo de la Guardia Civil, protestaban contra el gobierno. Los dos grupos no tuvieron contacto.
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