Luz verde a las obras sobre la antigua fábrica de Clesa declarada BIC: reabrirá como un centro de innovación en 2027
En pocos días, el antiguo edificio de Clesa, ubicado en el distrito de Fuencarral-El Pardo, dejará su pasado atrás como fábrica de productos lácteos para convertirse en un centro de innovación, investigación y divulgación científica. Después de 13 años abandonada y tras ser declarada Bien de Interés Cultural (BIC) hace unos mesess, el espacio tendrá una segunda vida.
El proyecto, promovido por Kadans Science, obtuvo este verano la licencia de obras del Ayuntamiento de Madrid, que empezarán entre los meses de octubre y noviembre. El nuevo centro tiene previsto abrir sus puertas a finales de 2027, con una duración estimada de dos años de trabajos.
En una visita a la fábrica, el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, acompañado por el concejal del distrito, José Antonio Martínez-Páramo, ha señalado que el inicio de las obras constituye “una extraordinaria noticia para Madrid”. Además, ha destacado la colaboración público-privada y la generación de un espacio abierto a la ciudadanía donde se combinarán innovación, investigación y cultura.
La fábrica, que funcionó hasta 2011 y estuvo en desuso desde 2012, fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 2024, protegiendo su estructura original, fachadas, escalera y volumetría. Esta declaración ha exigido adaptar la intervención para conservar el patrimonio industrial mientras se incorporan usos modernos de investigación y cultura, lo que ha retrasado el inicio de las actuaciones.
Nace el Clesa Innovation Center
Clesa Innovation Center, así se denominará el nuevo centro de innovación, que se desarrollará sobre una parcela de 17.095 metros cuadrados, con una edificabilidad de 18.000 metros cuadrados, que combina espacios de investigación biomédica, áreas culturales, coworking, salas de congresos y zonas verdes abiertas al público.
La inversión prevista supera los 35 millones de euros. Los espacios interiores incluyen más de 9.500 metros cuadrados para un centro de I+D en biomedicina, 1.600 para un centro de congresos, 800 de centro cultural, 800 de coworking y 1.500 de zonas comunes y restauración. Además, se han habilitado aproximadamente 10.000 metros cuadrados de zonas verdes abiertas al público con el objetivo de mejorar la conectividad con la estación de Cercanías y generando un espacio urbano de uso comunitario.
La transformación de la fábrica ha sido parte de un proceso urbanístico que comenzó en 2015, cuando el Ayuntamiento planteó una modificación puntual del Plan General para crear una nueva centralidad urbana. Ese primer intento contemplaba la protección del edificio y la introducción de nuevos usos residenciales y terciarios, aunque no se aprobó definitivamente. En 2018 se inició un nuevo expediente que fue aprobado en 2020, para la cesión de parcelas al Ayuntamiento, la inclusión del inmueble en el Catálogo de Edificios Protegidos y la creación de zonas verdes y nuevos viales.
Previo a la cesión municipal, se demolieron las partes no protegidas de la nave, se repararon las cubiertas para evitar filtraciones y se tapiaron ventanas para proteger el edificio de actos vandálicos. En 2022 se aprobó de manera definitiva el proyecto de urbanización de la zona verde que rodea la fábrica.
La restauración del edificio respetará su estructura original
Las obras incluirán el acondicionamiento general del edificio, reestructuración parcial, instalación de ascensores y pasarelas de evacuación, apertura de huecos para iluminar sótanos, restauración de fachadas y cubiertas, incorporación de paneles fotovoltaicos y cubiertas verdes, y adaptación de los interiores para laboratorios y oficinas de investigación.
Las naves industriales se han destinado a usos culturales, congresos y exposiciones, mientras que las antiguas oficinas y laboratorios se han adaptado para la investigación científica en biomedicina y biotecnología, respetando al máximo los materiales y acabados originales.
El director de Kadans Science en España, Miguel Muñoz, ha explicado que adaptar la fábrica a la normativa vigente y a la declaración de BIC ha sido un “reto importante” que ha requerido colaboración entre arquitectos, ingenierías y técnicos del Ayuntamiento. Muñoz ha indicado que el proyecto busca crear un ecosistema de intercambio de conocimiento entre el sector académico, privado y público, y que los espacios culturales estarán abiertos al público general, con actividades de divulgación científica, congresos y exposiciones.
La rehabilitación de la fábrica pretende la conciliación entre protección patrimonial, sostenibilidad ambiental y reactivación de espacios industriales abandonados. La transformación de la antigua fábrica de Clesa se enfoca en recuperar un patrimonio industrial con un proyecto que supondrá, además, la renovación de todo el entorno mediante la reducción del tamaño del terreno de la fábrica, la configuración de una gran zona verde y nuevos viales y la utilización del resto de las parcelas para servicios terciarios. Se albergarán actividades sociales, culturales o educativas para los vecinos de Fuencarral-El Pardo.
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