Yksuhc: “El graffiti en Madrid está mucho más masificado que antes”
La calle de la Madera es una donde se respira mejor la esencia de Malasaña: aceras minúsculas, comercios y vecinos de toda la vida y una cuesta incómoda que hace que la mayor parte de las personas que la transitas sean habitantes de la zona. Sobre una de sus paredes el artista Yksuhc Juan reflejó la realidad del barrio. La de antes, la actual y -tal vez- la futura a través de una obra pictórica compuesta por cuatro escenas que mereció el tercer premio del festival Pinta Malasaña 2018.
Yksuhc volvía a Malasaña un año después de haber participado en el festival con una propuesta muy distinta sobre el muro de 30 metros de la Plaza del Rastrillo. Días después de su intervención, cuando precisamente está renovando la pintura del citado muro, charlamos con Juan sobre su obra, sobre el graffiti -su firma es una de las de mayor peso en Madrid- y sobre la evolución en la carrera de un artista con mucho que ofrecer.
SOMOS MALASASAÑA: Ganaste el tercer premio de Pinta Malasaña 2018 con una obra de marcado carácter crítico. Cuéntanos qué intentabas reflejar.
YKSUHC JUAN: Los cambios en la zona así como algunas de sus causas y efectos. Son imágenes del presente sin mas, escogidas concienzudamente -por supuesto- pero sin ningún aditivo extra.
SM: El mural ha sido muy alabado por vecinos del barrio jóvenes y también por los más longevos. ¿Por qué crees que les ha calado tanto?
YJ: Parece ser que la pintura de las yayas más que revolver conmovía. O una mezcla entre ambas cosas: escuché todo tipo de comentarios acerca de esa imagen cuando estaba pintando. Me alegro de haber colocado al lado otras que no produjeran esa reacción, simplemente porque pienso que a veces se empatiza tanto con algo porque solamente nos quedamos con lo que queremos quedarnos, que es la parte mas enternecedora y el resto se pierde sin ningún tipo de reflexión.
Digo esto porque había mucha gente que ni siquiera se daban cuenta de que la casa en la que vivían las abuelas estaba en condiciones altamente precarias. Y en el momento en que estaban las otras imágenes al lado necesariamente surgían las preguntas y se buscaba alguna relación al volver a mirar la pintura de la yayas.
SM: El espacio que interveniste era una pollería con mucho arraigo en Malasaña. A ellos les pintaste la persiana hace tiempo con otro estilo... ¿lo recuerdas?
YJ: Claro que sí. Me agradó mucho ver que la tenían fotografiada y enmarcada en el interior.
SM: Mucha gente no sabe que la obra del muro de la Plaza del Rastrillo en Pinta Malasaña 2017 era de la misma persona que la intervención premiada este año. ¿Por qué has cambiado tanto tu estilo de un año a otro? ¿Es un punto de inflexión en tu obra o combinarás ambas visiones?
YJ: No es que haya cambiado de estilo. Llevo muchos años haciendo pinturas y dibujos en tela, madera, papel y otro tipo de soportes en esa línea, solo que a veces me gusta apartarla y saber que puedo desarrollar otros registros.
La cosa es que en la calle he pintado mucho más con aerosol que con brocha, pincel o rodillo, por eso a veces las personas que han visto solo una de las dos vertientes no identifican tanto la otra, porque es otro tipo de acabado y otros motivos distintos, pero no me importa. Sé que de aquí en adelante invertiré los elementos.
De un tiempo a esta parte he dejado bastante de lado los sprays y me doy cuenta de que disfruto muchísimo mas y le saco más partido a la materia. Encuentro que es mucho más gestual, espontáneo y azaroso para mí, tanto en los procesos como en los resultados al trabajar de esa manera.
SM: Tu firma es una de las más icónicas del graffiti de los últimos años en Madrid. Desde tu punto de vista ¿la práctica del graffiti es solo destructiva o tiene su propio interés artístico?
YJ: Es lo que la persona que lo practica hace de él. Siempre ha habido escritores de graffiti con mucho talento y con inquietudes artísticas aunque no hayan sido valorados o reconocidos. Desde el comienzo los ha habido. Lo que pasa es que el graffiti es muy limitado y por lo general los que verdaderamente tienen inquietudes plásticas más allá del graffiti hacen por desarrollarlas y no se quedan estancados. Pienso que cada cual debe de analizar y saber en cada momento qué es exactamente lo que está haciendo y no creerse ni ideologías ya inventadas ni discursos recalcitrantes.
SM: ¿Ha cambiado mucho el panorama del graffiti en Madrid desde que tú empezaste a pintar? ¿Hacia dónde crees que puede evolucionar?
YJ: Pues sí, creo que ha cambiado bastante. Todo esta mucho más masificado y absorbido y los perfiles de las personas que hacen graffiti ya no se asemejan a como eran antes, al menos así lo veo yo. Por supuesto, siempre hay excepciones.
SM: ¿Cómo crees que la gente percibe el arte urbano hoy en día en Madrid?
YJ: Como algo meramente complaciente.
SM: ¿De qué forma se podría educar/despertar el interés de la gente en el arte urbano?
YJ: Creo que debería de haber mas foco en la diversidad de modalidades y mayor criterio en la difusión de este.
SM: ¿Qué enseñanzas le puede aportar a un artista las intervenciones callejeras -legales o no-?
YJ: Dependiendo de quién sea receptor y de su mirada le aportará algo o no. Solo el hecho de que se muestre en la calle ya significa que está abierto. Permite el acceso a cualquiera que quiera detenerse un momento y, como todo arte, también es un sismograma de lo que pasa. No solo se manifiesta en lo que es la pieza en sí, sino en la decisión de que aparezca ahí y no en otro lugar.
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