La vida bohemia que sueña Carabanchel y sus planes para que todos lo conozcan como el distrito de los artistas en Madrid
Los paseos por Montmartre se han popularizado entre turistas que viajan a Francia. El conocido como el barrio bohemio de París se ha convertido, con el tiempo, en una de las paradas más llamativas para quienes visitan la ciudad de la Torre Eiffel. Tanto es así que una de las mayores actuaciones contra los pisos turísticos del país galo fue allí, donde el Ayuntamiento parisino tomó las riendas del mercado para garantizar que no afectara al alquiler convencional. Montmartre fue la casa temporal de grandes artistas como Monet, Dalí, Picasso, Van Gogh o Degas, que como ahora se trasladaron buscando un entorno liberal a bajo coste. Décadas después sigue considerado una casa de arte y artistas, imagen de marca que ha crecido con los años. A más de 1.200 kilómetros de allí, en Madrid, hay un barrio de la periferia que trata de cocinar un experimento similar.
Carabanchel está convencido de que puede ser el nuevo Montmartre o, por lo menos, acercársele. El distrito madrileño al suroese de la M-30 ronda ya los 270.000 habitantes, el más poblado de Madrid y supera en censo a municipios enteros como Alcorcón, Móstoles o Parla. Muchos de sus vecinos son latinoamericanos, sobre todo en las zonas de Vista Alegre o Puerta Bonita. También hay familias madrileñas de toda la vida y, desde los últimos años, se ha unido una oleada de artistas de toda índole que el distrito, ahora, trata de impulsar y rentabilizar. La última apuesta ha sido por el muralismo.
A mediados de marzo se inauguró un mural de enormes dimensiones –ocupó la pared lateral entera de un bloque de viviendas– en honor al historietista español Francisco Ibáñez. Al acto acudió su hija y estuvo presente la delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento, Marta Rivera de la Cruz. Junto a ellas compareció el concejal-presidente del distrito, Carlos Izquierdo, que antes fue consejero en la Comunidad de Madrid. El retrato del 13, Rue del Percebe fue el pistoletazo de salida a una “ruta del arte”, como la han llamado, que dará chapa y pintura a distintos puntos de Carabanchel colocando obras llamativas en un amplio recorrido.
Este 10 de abril se inaugura otro en el acceso sur del Palacio de Vistalegre, el epicentro cultural y de ocio en el barrio. Comenzó a pintarse a finales del mes pasado: necesita tiempo, pues pretende ser el mural más grande de toda la ciudad con 55 metros de ancho y 18 de alto. Es obra del conocido artista urbano Sfhir, pero los señalamientos se sucedieron en los días previos a la presentación final. Las últimas pinceladas del mural dibujaron un logo de la empresa patrocinadora de la obra, en la parte baja de unos laterales, lo que generó suspicacias al respecto de colocar la imagen de una compañía privada en un espacio tan icónico para el barrio como es el de la antigua plaza de toros.
“No creo que el debate esté tanto ahí como en el posible daño a un importante edificio y su paisaje urbano”, reflexiona Fernando Landecho, arquitecto y vocal de la actual Junta de Gobierno del COAM, el colegio oficial de la profesión en Madrid. “La arquitectura no es un lienzo abierto que pueda pintarse como uno quiera: hay que tener en cuenta las consecuencias que un material agresivo podría tener sobre la pared. La arquitectura también tiene unos valores paisajísticos y, si empezamos hacer actuaciones que no estén pensadas para nuestras infraestructuras ni sean acordes al conjunto, estaremos bajando la calidad arquitectónica de Madrid”, incide.
Ruta del Arte, un paseo muralista entre avenidas de barrio
Esta misma semana, Carlos Izquierdo acudió al hotel Node para visitar otro de los proyectos en ciernes, esta vez en la fachada del edificio. La Junta Municipal del Distrito ha trazado un plan para resignificar a Carabanchel como epicentro artístico de Madrid, y el muralismo es solo un engranaje más. Todas estas iniciativas forman parte del proyecto denominado “Distrito 11”, la insignia que ha colocado el órgano municipal para referirse a un territorio que, además de ser el número 11 de los 21 que componen la ciudad, apuesta por una decena de ramas artísticas distintas e introduce una más a la ecuación: la gastronomía. Esta última es la que tratan de incorporar al nivel del resto desde el distrito, según explica el propio Carlos Izquierdo.
En conversación con Somos Madrid, el concejal-presidente del distrito más grande de la capital muestra el diseño del logo que lo identifica. Se trata de un mapa callejero en forma de letra “D” que representa en color gris oscuros las diferentes áreas de Carabanchel. Solo una parte aparece dibujada de azul, y es la del río Manzanares en su paso por la zona. “El principal objetivo de esta estrategia es dar a conocer lo que ya tenemos y está ocurriendo, la llegada masiva de artistas, para que otros sean conscientes y se interesen en venir a verlo”, detalla el representante municipal horas antes de un nuevo pleno.
Arquitectura, pintura, escultura, música, danza, literatura, fotografía, cine, teatro o diseño. Las diez patas que, según la Junta Municipal, crecen en el sur de Madrid gracias, en buena medida, a que esta zona está plagada de antiguas naves industriales. La amplitud del espacio era idónea para instalar estudios compartidos entre artistas, que alquilan en estos polígonos y acaban instalando allí sus talleres. En general, son tres las iniciativas en marcha con las que quiere potenciarse este sentido bohemio en el barrio de Manolito Gafotas, el famoso personaje literario imaginado por Elvira Lindo. Aunque han surgido algunas críticas por el camino.
La propia Elvira Lindo aseguró en una entrevista reciente en la librería madrileña La Mistral, en declaraciones a Canal Red, que de existir hoy su protagonista se “daría cuenta de cómo su barrio, sobre todo Carabanchel Bajo, empieza a estar sometido a una gentrificación”. Lo decía sobre todo por la especulación inmobiliaria, pero en una línea similar surgieron opiniones contrapuestas cuando el auge de popularidad del distrito le valió un tercer puesto en el ranking de la revista Time Out sobre “los mejores barrios del mundo”. Sin embargo, el concejal de distrito se muestra contundente al respecto, y desvincula las iniciativas para impulsarlo como núcleo artístico de una turistificación en la zona.
“Queremos que sea un punto de referencia para artistas que den vida a Carabanchel, pero eso no interfiere con los precios. Es una tendencia estructural de todo Madrid, no solo nuestra”, sentencia Izquierdo. En la mira tiene, sobre todo, a las principales caras visibles del mundo de la actuación. “Es uno de los barrios con más actores y actrices viviendo de todo el país”, asegura: “Cada vez lo vemos más como un pequeño Beverly Hills, solo que menos lujoso”.
Según un sondeo reciente del portal inmobiliario Fotocasa, los precios de la vivienda convencional en la zona han crecido un 18% respecto al año anterior, mientras que la renta neta media anual de los hogares en 2024 era de 32.050 euros y la disponible por persona, 12.275 €. Es la información para el último año que proporciona el Portal de Datos Abiertos del Ayuntamiento de Madrid. Sin embargo, en la Junta Municipal del Distrito apuestan por la reconversión artística como una manera de reflotar, precisamente, la actividad de la zona. ¿Cómo piensan hacerlo?
Las Plazas con Alma, arte y cultura a plena calle
Por un lado está la ya mencionada ruta del arte, que va dando sus primeras princeladas aunque pretende llenar con más murales las avenidas de Carabanchel. A lo largo del año seguirán anunciándose otros proyectos, tal y como adelantó el concejal del distrito. De momento, calcula unos cuatro o cinco más en marcha que se darán a conocer en los próximos meses. La segunda de las iniciativas se llama Plazas con Alma, que pretende remodelar o acondicionar seis plazuelas del distrito y organizar encuentros o actividades en plena calle. Cada espacio estará destinado a un tipo de arte, y en algunos ya puede disfrutarse de citas culturales al aire libre.
La plaza de la Palmera se centra en espectáculos más familiares; es decir, aptos para todos los públicos y con actividades infantiles sobre lectura o artes escénicas, entre otras posibilidades. En el parque Emperatriz se proponen jornadas relacionadas con el baile SBK (combinación de salsa, bachata y kizomba), mientras que el de Salvador Allende acogerá actuaciones de música de grupos emergentes, escogidos a propuestas de las asociaciones musicales del barrio a través de los locales de ensayo.
La Plaza Jardín de las Asociaciones estará destinada al mundo de las artes escénicas, con representaciones teatrales ante los viandantes. La calle El Toboso se reserva para las actividades relacionadas con la literatura y las letras, y el barrio de Pan Bendito será el lugar escogido para abrir hueco a la tradición proyectándose como el núcleo de las actuaciones o bailes flamencos, además de otros géneros musicales españoles como la zarzuela o el estilo castizo. Planean instalar ahí un pequeño auditorio al aire libre.
Open Studios para abrir al público los talleres de artistas visuales
La tercera y última rama que se contempla en este plan son las jornadas de puertas abiertas u open studios, una forma de dar a conocer al público general el tipo de obras que se ejecutan en los polígonos industriales ocupados ahora por los artistas, sobre todo pintores o escultores. “Se organizan visitas concretas y son ellos mismos los que dieron la iniciativa y avisan a través de sus redes”, señala el concejal. Ocurren solo en momentos concretos, pero ya han comenzado a funcionar, según Izquierdo.
Hasta el momento tiene constancia que han ido varios alumnos de Bellas Artes a conocer los estudios, además de otra gente relacionada con el mundo del arte. “Queremos que esté abierto para los vecinos que sean ellos, sobre todo, los que tengan un lugar donde ver el arte que se hace al lado de su casa”, incide, con la promesa de que estos proyectos en marcha tienen por objetivo al residente habitual, y no solo al turista. El distrito de Carabanchel sigue en marcha con sus planes para convertirse en una referencia del mundo bohemio en Madrid. Solo el tiempo dirá si esto le ha terminado perjudicando, o beneficiando.
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