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Vox facilita todas las leyes de Ayuso en la Asamblea mientras el PP bloquea sus iniciativas

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, en la sesión plenaria del 5 de mayo, en la que el partido se quedó solo en una iniciativa contra el "adoctrinamiento" en las aulas

David Noriega

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El día que Vox facilitó con su abstención la tramitación por la vía rápida de la reforma de la ley de transportes de la Comunidad de Madrid, que permite a los VTC seguir operando como hasta ahora, el PP impidió con la suya que prosperase una propuesta de la extrema derecha para rebajar medio punto más el tramo autonómico del impuesto sobre la renta. Ese mismo jueves, la presidenta Isabel Díaz Ayuso se había dirigido en un tono bronco a los de Monasterio. “Aunque suene bien copiar al PP, no se puede hacer de una manera tan brusca”, le dijo después de referirse a los miembros de ese partido que “no se fueron del PP a Vox por principios, sino porque se quedaban fuera de las listas”.

El tono brusco, a veces condescendiente, de los populares con Vox en la Asamblea de Madrid no es una excepción. Y no lo es porque ambas formaciones tratan de diferenciarse, con unas elecciones a la vuelta de la esquina, y pese a que los de Ayuso necesitan el visto bueno de la extrema derecha para sacar adelante cualquier medida, mientras los de Monasterio ven frustradas por el PP muchas de sus iniciativas en la Asamblea. Este jueves, sin ir más lejos, Monasterio se preguntaba: “¿De qué nos sirve que gobiernen la Comunidad de Madrid si cuando de verdad necesitamos que apliquen estas medidas –de bajadas de impuestos– ustedes se las exigen a Sánchez y aquí no las aplican?”.

En una jornada en la que Vox permitió la tramitación por lectura única de la ley de los VTC y por tramitación ordinaria de la ley de Farmacia, con toda la oposición en contra, el PP les sacó los colores con su propuesta para rebajar medio punto más el tramo autonómico del IRPF. “Es curioso que la señora Monasterio se refiera a la aplicación de esta deflactación –anunciada por Ayuso–, que es el próximo año, cuando la medida que ella propone en esta proposición de ley sería aplicable en el 2024”, dijo este jueves el diputado del PP, Carlos González Maestre, que acusó a sus socios de investidura de presentar un texto “precipitadamente” y “mal redactado” y animaba al grupo parlamentaria o hacer “un estudio riguroso” de la medida que estaban poniendo sobre la mesa y que no salió adelante.

En el pleno anterior, el PP ya había impedido la bonificación al 99% del impuesto de sucesiones en Madrid entre tíos y sobrinos, como pedía Vox. En plena disputa por ver quién ondea con más vehemencia la bandera de las rebajas fiscales, Ayuso rechazó lecciones de la extrema derecha, mientras estos la acusan de quedarse con la recaudación, en un discurso similar al de los populares con el Gobierno central. Esta semana Monasterio preguntaba qué va a hacer el Ejecutivo autonómico con el aumento de la recaudación del IVA a cuenta de la inflación. “¿Quedárselo? ¿Pa la saca?”, dijo, en alusión al mensaje que el comisionista Alberto Luceño escribió a Luis Medina cuando recibieron millonarias comisiones por la venta de mascarillas al Ayuntamiento de Madrid.

No es la primera vez que el Partido Popular frustra las iniciativas de Vox en la Asamblea de Madrid. No ocurre al contrario. La extrema derecha presumía en el último pleno de haber conseguido negociar con el Ejecutivo el reglamento que desarrollará la reforma de la ley de Transportes. Sin embargo, los puntos que dicen que han arrancado al PP son poco concretos o ya iban en la línea de la liberalización del sector por la que apostaban los conservadores. Estos pasan por flexibilizar la normativa del taxi para facilitar la contratación de conductores; eliminar la restricción de tres licencias por titular; o establecer las condiciones en las que los VTC pueden circular sin pasajeros, sin especificar cuáles son esas condiciones. Cuando se conoció el acuerdo, los representantes del sector del taxi respondieron: “El PP, el consejero, la presidenta y Vox nos han engañado”.

La aprobación de esta ley es un capítulo más en el libro de todas las normas que el Ejecutivo de Ayuso ha conseguido sacar adelante por tramitación ordinaria o lectura única, sin debate en comisión ni enmiendas, gracias a Vox. A finales de abril fue la segunda reforma de la ley de la Radio Televisión Pública madrileña, que le permitía hacerse con el control de la dirección del ente público. Hace un año, en junio, había sido la primera, con la que la presidenta regional pudo tumbar a la dirección de la televisión pública.

“Un partido dedicado a alarmar sin motivo”

Desde esa segunda reforma, el grupo parlamentario popular ha ido bloqueando iniciativas de Vox semana a semana. Y con respuestas que no parecen propias de dos socios parlamentarios. Incluso, que gobiernan “en coalición”, como llegó a afirmar Ayuso, pese a que el partido de Monasterio no forma parte del Ejecutivo. Cuando Vox presentó una proposición no de ley, una iniciativa que no es vinculante, para que el Gobierno de la Comunidad velase “por la inocencia y la intimidad de los menores” y evitase el “adoctrinamiento” en las aulas, los 'populares' respondieron que “no pueden ser un partido dedicado a alarmar sin motivo y preocupar a las familias”.

Aquel debate, en el que la diputada del PP Lorena Heras animó a Vox a denunciar cualquier caso de adoctrinamiento “que hubiera sucedido” en la región, o “de lo contrario estarían siendo cómplices de sus ideas”, se produjo a principios de mayo. Los populares votaron en contra de la PNL de la extrema derecha. Apenas tres meses antes, en febrero, las tornas estaban cambiadas: el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso consiguió aprobar la Ley Maestra de Libertad Educativa, con la que pretendía “blindar” la educación concertada y boicotear la ley educativa estatal, gracias a los votos de Vox.

El PP en la región tampoco tiene reparos en atacar desde Madrid a Vox en otras comunidades autónomas, aunque eso deje en evidencia a sus propios compañeros de partido y a sus propias relaciones en la Comunidad. Cuando el diputado Íñigo Henríquez de Luna pidió al Gobierno madrileño que “se apriete un poquito el cinturón” y elimine las viceconsejerías, el ahora portavoz del PP, Pedro Muñoz Abrines, le animó a que se metiese “en un coche con Rocío Monasterio” y que le mostrasen la iniciativa al vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo. “Le dicen que se lo aplique”, le espetó el popular. Henríquez de Luna reconoció entonces que esperaban alguna enmienda a su iniciativa, que se topó con la oposición frontal del partido al que auparon a la presidencia de la Comunidad.

La propia Ayuso se ha referido en alguna ocasión al vicepresidente de Castilla y León, de Vox, como “el único sin cartera”. “Que el vicepresidente que han puesto al frente de la Junta de Castilla y León tenga alguna competencia porque ¿se imaginan qué gasto desmesurado será que todos los vicepresidentes de todas las comunidades autónomas tuvieran una cartera vacía?”, llegó a reclamar, sin hacer referencia a que García-Gallardo ha sido nombrado por el presidente Alfonso Fernández Mañueco, del PP, que ha metido por primera vez a este partido de extrema derecha en un gobierno autonómico.

A Ayuso no le hizo falta. Tras ganar las elecciones del 4 de mayo de 2021, Vox le dio sus votos para la investidura sin exigir entrar en el Ejecutivo. La presidenta madrileña jugaba la baza de haber sumado más diputados que los tres partidos de izquierdas juntos. Es un argumento que ahora Vox pretende dejar sin efecto de cara a las elecciones andaluzas, para las que están trasladando la idea de que no habrá apoyo a una hipotética investidura de Juan Manuel Moreno Bonilla si no están en el Gobierno.

Presupuestos, ley de Telemadrid, Omnibus, educativa, de Farmacia...

Si en su primera etapa, en coalición con Ciudadanos, Ayuso solo había logrado sacar adelante la ley del suelo y ningún presupuesto, con los de Monasterio, ha conseguido impulsar muchas más normas. Además de las reformas de la ley de Telemadrid, de transporte, la Ley Maestra o la ley Omnibus, ha podido empezar a tramitar la de Mercado Abierto, que deja que cualquier empresa y operador económico se instale en la región sin tener que solicitar licencias que ya hayan conseguido en otros territorios, o la de Farmacia, que permite abrir a estos establecimientos las 24 horas del día.

Además, gracias a Vox, Ayuso ha conseguido aprobar sus primeros presupuestos como presidenta. Lo hizo a finales de 2021, cuando ya llevaba más de dos años instalada en la Puerta del Sol.

Algunas tramitaciones han sido más tensas. Por ejemplo, Vox bloqueó la de la ley de Autonomía Financiera, que el Consejero de Gobierno de Ayuso aprobó a principios de este años y con la que pretendía blindar sus rebajas fiscales ante una posible armonización como la planteada por el Gobierno central. El grupo que dirige Rocío Monasterio amenazó con no apoyarla pero, finalmente, el partido dio marcha atrás y facilito su tramitación en medio de conversaciones sobre la reducción de diputados en la Asamblea y la modificación de las leyes LGTBI.

Este último punto no se ha traducido, por el momento, en nada. El primero ha quedado en papel mojado, porque pese al acuerdo alcanzado entre PP y Vox para reducir de 136 a 91 el número de representantes, este cambio exige una reforma del estatuto de autonomía, para lo que se requiere una mayoría cualificada de dos tercios. Esto es, no saldrá adelante sin el apoyo 13 diputados de la izquierda.

Entre tanto, Ayuso trata de mostrar también un perfil diferente con la inmigración. “Estos franceses de origen africano que atacaban a todos los madrileños es lo que tendremos en los barrios de Madrid si usted no toma medidas”, aseguraba esta semana Monasterio, en alusión a la final de la Champions en Saint-Denis. “No pierden la oportunidad de hacer lo mismo, de mezclar de la misma manera, de mezclarlo todo”, la acusaba la presidenta regional. “Ni la seguridad ni la inmigración dependen de mí”, continuó, pero “arremeter de una manera determinada contra una inmigración determinada les da votos”, le dijo.

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