Guía para usuarios novatos de ‘motosharing’ eléctrico
Las muchas opciones de moto compartida eléctrica que ofrecen ciudades como Madrid han dado a miles de personas una posibilidad de moverse rápida, limpia y asequible de la que hasta hace poco carecían. Obviamente, para los conductores habituales de scooters y motocicletas, el servicio es ideal, pero buena parte de sus potenciales usuarios son titulares del carné B (de coche) que en ocasiones llevan sin subirse a una moto desde que aparcaron el Vespino de sus años mozos.
Pensando en ellos y en muchos jóvenes criados en la ciudad que ni conocieron la Mobylette ni se han animado a usar los modernos scooters, se ha puesto en marcha la COUP Driving School, una iniciativa de la firma de motosharing que cuenta con el apoyo de la Escuela Pons de Movilidad Responsable y la Dirección General de Tráfico. La escuela ofrece una breve sesión teórica antes de que conductores reciclados y principiantes se pongan a los mandos en un circuito cerrado de pruebas donde familiarizarse con el vehículo con seguridad. Es decir, sin lanzarse directamente al hostil y peligroso tráfico de una urbe como la madrileña.
La COUP Driving Scholl va a estar abierta al público, distribuido en pequeños grupos de cinco o seis personas, el día 22 de junio en Madrid, pero ayer fuimos los periodistas especializados en motor quienes tuvimos la ocasión de probar sus motos eléctricas en una clase organizada en los recintos feriales de Ifema en Madrid. Para los que no somos conductores expertos de esta clase de vehículos, que tienen las singularidades añadidas de un vehículo eléctrico (especialmente la arrancada fulgurante), la sesión tiene la cualidad de un magnífico recordatorio de cómo circular sin disponer de la coraza protectora de un coche.
Si sientes la tentación de hacer uso del motosharing, cosa que te ocurrirá seguramente ese día en que tienes prisa y estás nervioso, debes recordar lo siguiente:
Eres vulnerable
Debes llevar siempre casco y guantes, incluso en verano, porque las manos son lo primero que se apoya en caso de caída, así como calzado medianamente consistente. En cuanto a la ropa, debe ser de cuero o fibras sintéticas que repelen el agua, pero permiten la transpiración, y ajustada. Mejor que tenga tejido reflectante y protecciones en espalda, hombros, codos y rodillas.
Antes de arrancar
Mira si en el suelo, debajo de la moto, hay indicio de fuga de líquidos; en ese caso, busca otra y reporta el problema a la compañía. Una vez arrancada, desconfía de ruidos anormales, sobre todo en un vehículo que no emite ninguno al ponerse en funcionamiento. Comprueba también que los neumáticos no están desinflados, carecen de cortes o bultos en el flanco y disponen de un dibujo razonable. A continuación, hazte con los mandos: verifica dónde se activan las luces, los intermitentes y el claxon; coloca (y, en su caso, limpia) bien los espejos, de modo que veas la mayor extensión posible detrás de tu cuerpo. Y recuerda que el freno delantero se acciona con la maneta derecha y el trasero, con la izquierda.
Sal con cautela
Cualquier moto acelera con facilidad, y una eléctrica, por pequeña que sea, lo hace igualmente. Al iniciar la marcha, gradúa con cautela el gas (puño derecho) y prueba a realizar pequeñas frenadas con ambos frenos. Lo más seguro es atenerse a esta secuencia: quitar gas e, inmediatamente después, accionar con suavidad, primero, el freno delantero y, luego, el trasero. Familiarízate con el vehículo y, poco a poco, acompaña los giros con un ligero movimiento del cuerpo hacia el lado que corresponda.
Ver y ser visto
Una vez incorporado al tráfico, debes observar los espejos regularmente, incluso si no vas a hacer ninguna maniobra, y mirar hacia los lados para anticiparte a cualquier imprevisto. Fija la vista a lo lejos, a la zona donde estarás unos segundos después, no en lo que tienes cerca de la rueda delantera. Para evitar sustos con los ángulos muertos, conviene girar la cabeza antes de un cambio de dirección, teniendo en cuenta que el casco dificulta hacerlo y limita la visión lateral. Hazte ver siempre y señaliza todas las maniobras.
Anticiparse es vital
Es triste decirlo, pero lo más seguro a bordo de una moto es desconfiar de los demás usuarios, especialmente si van en vehículos de mayor tamaño que el tuyo. Es importante adaptar la conducción a las circunstancias del tráfico, del tiempo y de la vía, y a las tuyas propias. No te obstines en coger la moto si no estás descansado y tranquilo: así no podrás responder de manera eficaz a un hecho inesperado.
Gestiona bien el espacio
Siempre es recomendable mantener una distancia de seguridad de dos o tres segundos con respecto al vehículo de delante; si el detrás se acerca demasiado a ti, señaliza con mayor antelación las maniobras, frena con suavidad y aléjate más del coche que te precede. En adelantamientos y cruces, el viento puede hacerte perder la estabilidad; cuidado particularmente con camiones y otros vehículos voluminosos, que generan fuertes fluctuaciones de aire. Las situaciones más comprometidas son intersecciones y desplazamientos laterales. No olvides mirar siempre el firme para detectar baches y grietas; las marcas viales, como los pasos de cebra, suelen ser muy resbaladizas, sobre todo cuando llueve.
Atención al mal tiempo y a la noche
Conducir de noche y con mal tiempo aumenta las posibilidades de sufrir un percance en scooter. Es primordial, siempre, hacerse ver adecuadamente, y toda prenda o complemento reflectante es de mucha ayuda. Con hielo o nieve en la calzada, lo más aconsejable es dejar la moto aparcada; con lluvia, conviene aumentar la distancia de seguridad y la vigilancia sobre los demás conductores, que tendrán las mismas dificultades que tú para ver y para hacerse una idea de distancias y velocidades. El viento es singularmente peligroso cuando sopla de costado y racheado, y dificulta sobremanera el cálculo de la inclinación en las curvas.
Con todas estas breves enseñanzas en la cabeza, estás preparado para estrenarse en el motosharing. Pero, atención, no te confíes ahora que te sientes más suelto y circula con precaución.