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De 30 asistentes a más de mil en tres años: Santiago Abascal en Murcia

Santiago Abascal, presidente de Vox, en una charla en el Hotel Nelva, Murcia / CARLOS TRENOR

Elisa Reche

Murcia —

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Hace tres años Santiago Abascal, presidente de Vox, reunió en Murcia a 30 personas a las que advirtió de que cualquier brindis por el partido debía ir siempre acompañado por el grito de ¡Viva España! Eso narró el propio Abascal el pasado miércoles por la noche, esta vez ante un auditorio de más de mil personas que gritaron una y otra vez el lema en una sala abarrotada del Hotel Nelva de Murcia.

Entre quienes acudieron a esa reunión en 2015 se encontraba Antonio. Junto a otros dos compañeros se quejó al terminar el acto de que entonces los medios de comunicación les habían hecho caso omiso. El militante de Vox señaló: “Entonces estas mismas personas pensaban lo mismo. No pueden haber cambiado de opinión en tan poco tiempo”. “Está ocurriendo en todo el mundo. No es posible que más del 50% de los brasileños haya votado a la ultraderecha”, añadió.

Entre ese encuentro y anoche, con decenas de cámaras y periodistas que se agolpaban por conseguir un primer plano de Abascal, han mediado tres años en los que el Partido Popular sufría un desgaste continuado por la corrupción, ha habido un conflicto en Cataluña que ha puesto en jaque al Estado y la crisis económica mundial ha dejado huellas permanentes en España mientras la izquierda no ha estado a la altura de las circunstancias.

En Europa se vienen cocinando a fuego lento partidos similares a Vox desde hace más de dos décadas: ya en las elecciones franceses de 2002 el ultra Jean-Marie Le Pen, presidente del Frente Nacional, llegó a segunda vuelta frente al conservador Jacques Chirac. Por no mencionar los actuales Gobiernos de Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil.

El Hotel Nelva y sus inmediaciones el miércoles por la noche, además, se tornaron en un escenario perfecto para la polémica. La organización de Vox negó que se hubieran coordinado con Hazte Oír por las charlas que ofrecieron una detrás del otra en el mismo lugar, pero los altercados entre los antifascistas, la policía y los asistentes a la conferencia de Agustín Laje y Nicolás Márquez previos al acto de Vox habían caldeado los ánimos y se saldaron con cargas policiales y detenciones a los manifestantes.

Abascal aprovechó el momento y se montó en el caballo, esta vez metafórico a diferencia del vídeo con el que promocionó su charla en Andalucía, para denunciar a “los escuadristas que nos ha enviado Pablo Iglesias que han sido protegidos durante cuatro horas por el delegado del Gobierno”.

Según Abascal, los manifestantes habían proferido “amenazas de muerte” y habían cometido “delitos de incitación al odio”, con particular referencia a los cánticos “de vuelta al zulo” dedicados a otro de los fundadores de Vox, José Antonio Ortega Lara, que también acudió al acto. Aseguró que lo tenían grabado en vídeo. “Dicen que somos cobardes. Anda que si dejáramos de hablar y saliéramos todos ahí fuera”, espetó al público.

El presidente de Vox se mostró obsesionado a lo largo del discurso con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, al que mencionó al menos en cuatro ocasiones, y con la presencia de Vox en los medios de comunicación, sobre todo “en las televisiones”.

Abascal, quien lucía una americana marrón y una camisa de cuadros junto con una barba bien dibujada como Julio Anguita, arremetió contra los medios de comunicación al estilo Trump por manipulación y pareció reclamar una entrevista a la periodista Ana Pastor. “Mientras a Pablo Iglesias le hace ojitos, a Pablo Casado le frunce el ceño. A nosotros cuando nos quisiera llamar ya ni iríamos”, dijo.

El líder de Vox también ironizó sobre si en las televisiones, sobre todo en los debates de La Sexta, hablan sobre ellos “como si fuéramos un animal exótico del siglo XIX”. “Sois gente normal”, “somos gente normal” fue una frase que se repitió en varias ocasiones durante la noche.

Si al PP le tocó el marchamo de “inútiles”, y al PSOE de “golpistas”, Abascal, en cambio no tuvo ninguna palabra negativa para Ciudadanos. De Somos Región, dijo, en cambio, que eran “buena gente”, pero que se habían visto obligados a asumir una posición “victimista” por “desesperación” y les recordó que “lo primero son los españoles”. El líder ultraderechista aseguró que entre los asistentes podía haber antiguos votantes de Podemos, además del PP, de Cs y abstencionistas. A todos les daba la bienvenida.

Quienes también se llevaron los golpes fue la inmigración y los “totalitarismos animalista y hembrista”. Aunque Abascal dijo que los inmigrantes “no son culpables, sí lo son los politicastros que les dicen que pueden venir a España a vivir de las ayudas sociales”.

También criticó que los animalistas “nos quieren obligar a comer col, lechuga y manzana”, mientras que “el movimiento feminista enloquecido” lleva a muchos hombres “a pasar el fin de semana en el calabozo”. “Tengo dos hijas y dos hijos”, espetó Abascal. El líder de Vox abogó por una “ley de violencia intrafamiliar” que sustituya a la actual Ley de Violencia de Género porque declaró que también quería “proteger a mis hijos de cualquier tipeja desaprensiva”. Los 971 asesinatos de mujeres por violencia machista contabilizados desde 2003 fueron absolutamente obviados.

“No nos vamos a callar ni debajo del agua”, concluyó Abascal, tras lo cual se escuchó el himno mientras el público ondeaba las banderas de España. Además, Ortega Lara sería trending topic en Twitter el miércoles y el jueves. No sabemos si con o sin bots.

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