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Pamplona impulsa el euskera durante los 11 días de Euskaraldia: “Es una responsabilidad política e institucional”

Aitziber Campión, concejala especial de euskera del Ayuntamiento de Pamplona, luciendo su chapa 'ahobizi' en las escaleras del consistorio municipal

Mario Castroviejo

Pamplona —

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Según la última Encuesta Sociolingüística, uno de cada cuatro pamploneses es vascoparlante activo (habla euskera) o pasivo (entiende el euskera, pero tiene dificultades para hablarlo). A pesar de ello, tan solo el 3,2% de la población de la capital navarra usa el euskera tanto o más que el castellano, francés u otras lenguas. Con esta problemática en mente, hace siete años nació la iniciativa de Euskaraldia, que busca cambiar los hábitos lingüísticos de los vascoparlantes que no utilizan el idioma en el día a día.

Los organizadores describen Euskaraldia como un juego de rol que se lleva a cabo durante 11 días. Durante este tiempo, los euskaldunes pueden llevar una chapa con dos roles a elegir: 'ahobizi' (personas que se comprometen a hablar en euskera siempre que sea posible) y 'belarriprest' (personas que, aunque puedan responder en castellano, expresan su voluntad de que se les hable en euskera).

Aitziber Campión Ganboa (Barañáin, 1981), concejala especial de participación ciudadana y euskera del Ayuntamiento de Pamplona, defiende la importancia del proyecto, cuya cuarta edición comenzó el 15 de mayo, y subraya la responsabilidad clave del consistorio en salvaguardar el euskera.

¿Cómo describirías el Euskaraldia?

Es un ejercicio social que incide en un aspecto esencial a la hora de fomentar el uso del euskera: los hábitos lingüísticos que tenemos. El primer Euskaraldia todavía colea. Recuerdo que con compañeras de trabajo o comercios a los que sueles acudir habitualmente, en los que ya tenías una relación en castellano, el primer Euskaraldia abrió esa puerta a decir: “llevas una chapa de 'ahobizi', con lo cual ahora nos relacionamos en euskera” o “he visto que tienes la chapa de 'belarriprest' y aunque tú me contestes en castellano, me voy a dirigir a ti en euskera”. Esto incide en una parte muy básica que es el uso cotidiano y diario del euskera en nuestra ciudad. Las ciudades son más anónimas y nos conocemos menos y esa identificación ha hecho una aportación muy positiva para el uso del euskera.

¿Qué diferencia al Euskaraldia de otras iniciativas?

El Euskaraldia es un ejercicio muy bonito en el sentido de que tienes un soporte colectivo, de que hay mucha gente a la vez en esa misma situación y además te da la oportunidad de reflexionar sobre cuáles son tus objetivos en cuanto a tus hábitos lingüísticos y, digamos, ofrecer aquello hasta lo que estás dispuesta a hacer. Es decir, no hay una obligación, sino que te da la opción de que voluntariamente tú te vayas introduciendo a cambiar un poco tus hábitos lingüísticos.

¿Cuál es el rol del Ayuntamiento en el Euskaraldia?

El Ayuntamiento aprobó una adhesión con tres puntos concretos. Uno era animar a la ciudadanía a sumarse a Euskaraldia, a apuntarse y a ponerse la chapa. Otro era animar a la plantilla municipal a participar con el objetivo de fomentar el uso del euskera en el Ayuntamiento y entre las trabajadoras y trabajadores municipales. Y un último punto era firmar un convenio con la entidad que organiza Euskaraldia, 'Taupa euskaltzaleen mugimendua', con el que a través de 7.000€ le hacíamos una encomienda de fomentar Euskaraldia en los barrios de la ciudad.

¿Y cómo lo hacéis en barrios donde casi no hay población euskalduna?

Precisamente el objetivo es hacer una difusión de Euskaraldia lo suficientemente efectiva para que la gente de esos barrios entiendan el ejercicio. Es decir, que las personas que hablan euskera, las personas que entienden euskera y las personas que no han tenido contacto con el euskera, identifiquen que hay más gente de la que pensaban. Si la frutera de la frutería a la que vas habitualmente de repente lleva una chapa de 'belarriprest', ahí ya se genera una nueva dinámica.

¿Tú has tenido alguna situación en la que te hayas encontrado con gente que no esperabas que hablara euskera?

Sí, sí, sí. Yo creo que nos ha pasado a todas. Desde personas en comercios hasta personal municipal. Personas con las que habitualmente has construido tu relación en castellano, estos días te encienden esa pequeña luz en la cabeza que cuando ves la chapa dices: “Si podemos hablar en euskera, vamos a hablar en euskera”.

Chapas 'ahobizi' y 'belarriprest'

Euskaraldia son solo 11 días cada varios años, ¿cómo estáis impulsando el euskera desde el Ayuntamiento los 365 días del año?

Desde el Ayuntamiento partimos de una base que yo creo que es importante recalcar, y es que esta ciudad tiene dos lenguas básicas y fundamentales. Y una de esas dos lenguas es una lengua minorizada. Entonces, la legislación vigente nos adjudica una responsabilidad a las instituciones de fomentar el uso y el aprendizaje del euskera y también aumentar su prestigio social. Este año hemos hecho un inicio de acuerdo político para el encargo de un plan de normalización lingüística.

¿Cuál es el objetivo del plan?

Primero, sentar la base de que el Ayuntamiento tiene una responsabilidad institucional y luego marcar un diagnóstico con esos tres objetivos: fomentar el uso del euskera, fomentar el aprendizaje y aumentar su prestigio social. Ese plan nos dará las líneas a seguir y las acciones concretas que llevar a cabo.

¿Qué cambios habéis llevado a cabo para impulsar el euskera?

Una de las líneas que hemos fortalecido desde este equipo de gobierno es el cumplimiento de la ordenanza municipal del euskera, que venía siendo incumplida sistemáticamente. Estamos hablando de paisaje lingüístico, es decir, que aquellos carteles que pone el Ayuntamiento estén en bilingüe, la presencia del euskera en todos los actos institucionales que organiza el Ayuntamiento y que toda aquella información que le damos a la ciudadanía vaya de forma bilingüe.

Y en las calles, ¿cómo normalizáis el uso diario del euskera entre los ciudadanos?

Tenemos diferentes acciones. Por un lado, tenemos toda una línea de ayudas y subvenciones a entidades que fomentan del uso del euskera. También proporcionamos becas para que las personas que estén aprendiendo euskera puedan amortiguar la matrícula. Mediante las becas del Ayuntamiento y de Euskaraldia yo creo que están por encima del 80% de lo que se subvenciona. También proporcionamos becas para ayudar a las personas que están aprendiendo euskera a cubrir el coste de la matrícula. Además, tenemos una línea de programación para normalizar el consumo cultural en euskera.

Entonces, ¿consideras que el rol del Ayuntamiento es clave para proteger el uso del euskera en la ciudad?

Sin duda. Además, por diferentes razones: Una, porque el alcance de lo que hace el Ayuntamiento llega a toda la ciudadanía y, la más importante, porque tenemos una responsabilidad. Es decir, no podemos hacer una dejación de funciones siendo poseedoras como somos, de una lengua minorizada en nuestra ciudad. Y eso es muy importante. Es una responsabilidad política e institucional.

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