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La banca pública y otros acuerdos del Gobierno del cambio que han pasado desapercibidos

Una persona saca dinero de un cajero automático / Foto: Efe.

Garikoitz Montañés

Una nueva reforma fiscal que entre en vigor en 2016, una moratoria de “al menos un año” del Programa de Aprendizaje en Inglés (PAI), el rechazo a la ley Wert de Educación (la LOMCE), la recuperación de una Renta Básica sin límites en las concesiones, el impulso a la nueva Ley del Euskera, la condena de cualquier tipo de violencia con fines políticos... Estos son los grandes temas que han centrado la atención del acuerdo programático, que guiará al próximo Gobierno Foral y que han acordado Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra. Pero 74 páginas de proyectos dan para mucho. De hecho, la candidata a la Presidencia de Navarra, Uxue Barkos, ya bromeó con que hay trabajo más allá de una legislatura.

¿Y qué otras medidas han pasado (algo) desapercibidas? Cada formación ha destacado unas más que otras. El acuerdo incluye sobre todo proyectos en materia social, pero cabe repasar el documento, porque abarca proyectos de gran envergadura, en ocasiones resumidos en unas pocas líneas. Quizá el impulso de una banca pública sea el ejemplo más claro.

La banca pública, a estudio

El movimiento internacional Attac ya incluyó la creación de una banca pública (una alternativa a la banca tradicional, centrada en la economía real, en la prestación de servicios y cuyos beneficios se destinan a actividades sociales) como una de las cinco medidas económicas (junto a la paralización de los recortes sociales, la necesidad de atender a los sectores más vulnerables, dar luz verde a una fiscalidad progresiva y auditar la deuda) que, según defendía, debería incluir el programa de un gobierno de cambio en Navarra. Y la medida figura en ese acuerdo 2015-2019, aunque no de forma tan contundente como habían exigido partidos como Izquierda-Ezkerra.

En concreto, se recoge el estudio de la viabilidad de la banca pública durante el primer año de legislatura, para así establecer una hoja de ruta que la haga viable, por ejemplo si es con una creación nueva o retomando los vestigios que ha dejado Caja Navarra a través de su fundación. El precedente que ha marcado el devenir de las cajas es, precisamente, uno de los argumentos que se han utilizado para criticar este modelo de banca, pero, al final, impulsarla en Navarra dependerá únicamente de una decisión política; la cuestión ahora es si el futuro Gobierno Foral está dispuesto a ello.

Una de las dos vicepresidencias es social

El organigrama que Barkos puso sobre la mesa de los otros tres partidos incluía nueve áreas y dos vicepresidencias, una de ellas económica y otra social. Este punto era una de las exigencias realizadas por Podemos, una formación que durante las conversaciones fue muy crítica con la falta de ambición del primer borrador presentado por Geroa Bai en el apartado social y que exigió más concreción, plazos e, incluso, garantía presupuestaria para esos proyectos. No se ha llegado a tanto pero, en opinión de la formación, una vicepresidencia social demuestra, al menos sobre el papel, la importancia que el nuevo ejecutivo da al rescate ciudadano.

Un Observatorio de Bienestar Social

Se trata de prácticamente el primer proyecto concreto que incluye el acuerdo programático: crear un Observatorio de Bienestar Social, de carácter público, que realice estudios que permitan desarrollar políticas sociales. Este organismo permitiría tener un conocimiento más cercano de realidades complejas como la pobreza y la exclusión social y, para ello, se propone crear un grupo de trabajo en el que estén involucrados referentes de este tema como la cátedra de la Universidad Pública de Navarra CIPARAIIS, así como colectivos sociales como la Red de Lucha contra la Pobreza.

Al final de la pasada legislatura, el ahora consejero en funciones de Políticas Sociales, Íñigo Alli (UPN), criticó precisamente un informe sobre pobreza de la mencionada cátedra, en el que se alertaba de la bolsa de pobreza severa enquistada que hay en Navarra (se hablaba entonces de unas 30.000 personas), cuestionó su “rigor” y acusó a sus responsables de llegar a estas conclusiones porque no se les había adjudicado la redacción de un Plan de Lucha contra la Exclusión (como, cabe recordar, sí se había hecho en 1996). Tres meses después de esa polémica, en el informe Foessa presentado por Cáritas y en el que también trabajan profesionales de CIPARAIIS, se insistió en la necesidad de preocuparse por ese fenómeno nuevo en la Comunidad Foral, de una pobreza severa que se mantiene y que se mantendrá independientemente de la anunciada recuperación económica.

La recuperación de las cocinas

La sanidad universal, la posibilidad de interrumpir de forma voluntaria el embarazo en el Servicio Navarro de Salud o la potenciación de la Atención Primaria son tres de los grandes temas sanitarios prometidos durante la campaña y recogidos en el acuerdo programático. Otro de ellos es la apuesta por la recuperación de los servicios actualmente privatizados. Eso sí, antes habría que realizar un análisis técnico, jurídico y económico. Durante la campaña, los partidos que entonces estaban en la oposición insistieron en la necesidad de frenar las privatizaciones, pero por ejemplo Geroa Bai advirtió del coste que podría conllevar finalizar antes de tiempo la concesión del servicio de cocinas del Complejo Hospitalario de Navarra, adjudicado a Mediterránea de Cátering en 2012 por cuatro años y un importe de 22,8 millones (IVA excluido). En el caso del acuerdo programático, el compromiso de frenar las privatizaciones tiene sus matices (también se apuesta por revisar y limitar las derivaciones), pero se habla de la necesidad de fijar un calendario de prioridades, y el único servicio que se recoge expresamente es el de las cocinas.

Hacia el 0,5% en cooperación al desarrollo

La Coordinadora de ONGD realizó durante la campaña, en colaboración con Oxfam Intermón, un estudio de los programas electorales y de las referencias que hacían a la cooperación al desarrollo, una materia que desde 2011 ha reducido sus presupuestos en Navarra en torno a un 80%. La mitad de los partidos estudiados en Navarra suspendió; entre ellos, formaciones como Podemos y Geroa Bai. Otras, como EH Bildu e Izquierda-Ezkerra, se acercaron al notable. De ahí que una de las curiosidades era comprobar cómo las llamadas fuerzas del cambio finalmente recogían este tema en su acuerdo programático, y Geroa Bai, en su reunión con la Coordinadora, ya reiteró el compromiso clave: aumentar la partida destinada a este fin para, antes del final de la legislatura, acercarse a destinar el 0,5% del presupuesto foral, como había exigido esta agrupación de asociaciones. La entidad ya había advertido antes del resultado electoral que vigilaría que se cumplieran las promesas realizadas; ahora falta que se traduzcan en acuerdos presupuestarios.

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