Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

El Cine, medio educativo

Fotograma de 'El club de los poetas muertos'

Pablo García de Vicuña

“Yo sólo puedo mostrarte la puerta, tú eres quien la tiene que atravesar” (Matrix, 1999)

El futuro y la ciencia ficción, siempre del gusto de directores consagrados, ofrece también a la educación una ventana a la reflexión. Lo hizo Kubrick (1968) con su '2001. Una odisea del espacio', aterrándonos con la independencia de la máquina del control humano, HALL 900, y maravillándonos con los efectos especiales y el realismo científico de la novela de Arthur Clarke, mientras nos atrapaba por la célebre melodía del Danubio Azul de Strauss.

De un nivel creativo y reflexivo similar es 'Blade Runner' (1982), de Ridley Scott, con un Harrison Ford en la piel de un curtido policía encargado de reducir los replicantes de la serie 'Nexus-6' en el Los Ángeles del año 2019. La reflexión sobre los límites y la posible deshumanización de la ciencia aparecen de forma notable en esta película. La trilogía 'Matrix' (1999-2003), de las hermanas Wachowski, por último, continúa el camino abierto por Scott y profundiza en la creación de unos efectos especiales que han desafiado los conocimientos de las leyes naturales y han sido ampliamente utilizados con posterioridad.

No cabe duda que es en el ámbito de la convivencia donde cine y educación encuentran más elementos en común. Una pequeña muestra de títulos recientes debería incluir entre otras, la francesa 'La fuente de las mujeres' (2011), de Radu Mihaileanu, en la que un grupo de mujeres de una aldea remota del norte africano utiliza el sexo para conseguir su reconocimiento como seres humanos dignos, a través de una lucha social por acercar el suministro de agua a la propia aldea y acabar con un trabajo ancestral que solo les ocupaba a ellas. Una preciosa producción cinematográfica que aúna y confronta educación con tradición, Corán con mujer, patriarcado con libertad. La joven Leila y la Madre Fusil –viuda respetada en la aldea- cantan al resto de mujeres mientras lavan en el río: ¡Despertad! Si ellos están ciegos, mirad ahora por dos. Erguid la cabeza, como banderas, sino queréis acabar devoradas.

Otra película imprescindible en esta selección debería ser 'Las vidas de Grace' (2013), de Daniel Cretton, que narra la vida de una joven, supervisora de un centro de acogida de adolescentes en situación emocional precaria y a la que la llegada de una nueva joven la obliga a enfrentarse con un pasado problemático. La película propone una situación relativamente frecuente en el mundo educativo a la que, sin embargo, muchos/as docentes, olvidando su propio pasado, prefieren ignorar. Es así como funciona. Me hablas de ello y así puedo cogerte la mano y compartir lo que te pasa”. La empatía, el ofrecimiento al otro, a la diferente, más débil, deberían figurar en todas las asignaturas de formación docente

'Pride' (2014), de M. Warchus, es una pequeña joya cinematográfica de amplio recorrido en el mundo educativo. A partir de la narración de un hecho histórico en el que un colectivo de lesbianas y homosexuales decidió recaudar dinero para ayudar a las familias de los mineros británicos en huelga en el año 1984, explotan todas las falsas creencias culturales: la igualdad sexual, la solidaridad de clase social, la democracia orgánica... La solidaridad (“Las minas y la gente son lo mismo”) por encima de etiquetas convencionales (“Lo que me han dicho sobre las lesbianas me ha dejado de piedra ¿sois todas vegetarianas?”)

Dejo para el final, un título que puede tener un papel relevante en los próximos Oscar 2018, 'Tres anuncios a las afueras' (2017), de M. McDonagh y con una soberbia interpretación de Frances McDormand, en el papel de una compungida madre coraje, dispuesta a esclarecer el asesinato de su hija a cualquier precio dentro de una sociedad rural estadounidense, representativa de la era Trump. Su dura lucha individual, cuestionada hasta por su propia familia, sólo al final parece dar paso al ser humano que solemos llevar en nuestro interior.

El mundo cinematográfico, cómo no, también ha hablado directamente de la educación. Del siglo XX, destaco la siempre actual 'Rebelión en las aulas' (1967), de James Clavell, con Sidney Poitier en el papel de un profesor novato que tiene que hacer frente a un alumnado conflictivo, con escaso recursos pedagógicos, pero lleno de calidez humana. “¿De qué vamos a hablar? De la vida, supervivencia, amor, muerte, sexo, matrimonio, rebelión, todo lo que quieran”, incita a su alumnado el profesor, quien debe combatir tanto la ignorancia como el racismo imperante en aquella sociedad norteamericana. El frío recibimiento de su compañero (“Acaba de llegar el nuevo cordero para el matadero; ¿o debería decir la oveja negra?”) contrasta con la solidaria respuesta de otra compañera. Real, como la vida misma.

En el año 1989 llega a las pantallas una película dispuesta a romper tabúes sobre la educación tradicional, 'El club de los poetas muertos', de Peter Weir. El actor Robin  Williams, metido en la piel del profesor  de literatura Keating revoluciona las estructuras académicas y sociales de un prestigioso colegio norteamericano con sus novedosas enseñanzas ante un alumnado incrédulo por lo que está percibiendo en pleno 1959. Su célebre 'Carpe diem' introduce en los jóvenes alumnos ideas impensables para la época (cambiar el mundo, soñar, apasionarse, ser inconformista, buscar el propio camino con valentía y prudencia) que finalizan de forma abrupta ante el muro de orden y estatus social imperante en el colegio y que suponen el despido del revolucionario profesor. El final, sin embargo, invita al optimismo cuando en la despedida, y ante una clase atemorizada por la presencia del rígido director, la reacción espontánea del alumno acobardado que nunca había defendido las formas de Keating, supone el reconocimiento de las atrevidas enseñanzas. Es memorable la escena de toda la clase subida sobre los recios pupitres, saludando en silencio la marcha de su profesor, ante un director que se desgañita intentando restablecer el orden.

De una factura muy similar, aunque separada en el tiempo es 'La sonrisa de Mona Lisa' (2003), de M. Nevell y con la 'novia de América', Julia Roberts, transformada en profesora de Arte en un colegio femenino en los mismos años 50 estadounidenses. Aquí la barrera social a romper es la superación de las mujeres de un destino exclusivamente familiar, como madres y esposas por otro que las permita desarrollarse como personas (“Un anillo de compromiso en el dedo de una joven es el premio mayor de una buena educación”, comenta a la protagonista su compañera, profesora de 'Etiqueta'). De nuevo, el librepensamiento choca frontalmente con el conservadurismo extremo de la sociedad gobernante de los EEUU y la amarga salida de la profesora innovadora del colegio sólo es amortiguada por el reconocimiento implícito de sus alumnas, incapaces de modificar las férreas ataduras que imponen las clases acomodadas.

Quien sí consigue romper las normas establecidas por la propia Iglesia educadora en la España nacionalcatólica de la época franquista es Pedro Almodóvar con 'La mala educación' (2004). Los secretos inconfesables de aquella España casposa, estaban protegidos por una Iglesia esquizofrénica. De un lado, garante de los valores cristianos; del otro, familiarizada y encubridora de los abusos sexuales y la disciplina violenta extrema. Todo ello da pie al director manchego para crear una película casi de cine negro, en el que puede fotografiar un tipo de educación recordado con excesiva amabilidad por nuestra sociedad actual.

Finalizo con la mención a dos películas que pretenden ofrecer nuevas fotografías de los sistemas educativos europeos. La primera de ellas es 'La ola', de Dennis Gansel. La película alemana reproduce el hecho verídico llevado a cabo por un profesor de Historia en un colegio californiano en los años 60, en un intento de demostrar los peligros de la autocracia como forma de gobierno político. El experimento, que pretendía enseñar las bases de las ideologías totalitarias como el fascismo y el nazismo, a través de la personificación de papeles en el propio alumnado, tuvo que ser interrumpido ante la violencia excesiva aplicada en las aulas por la identificación del alumnado con aquello que se pretendía criticar.

El profesor consigue interesar a un alumnado escasamente motivado, a costa de introducir el mismo lobo que pretendía ahuyentar: la fuerza bruta de la masa. Así se expresaban algunas de las jóvenes “convencidas”: Siempre he tenido lo que quería: ropa, dinero, etcétera. Pero lo que más tenía era aburrimiento. Pero estos últimos días han sido muy entretenidos. “Ya no se trata de quién es la más bonita, la mejor o la de más éxito; la Ola nos ha hecho a todos iguales. La procedencia, la religión y el entorno social ya no tienen ninguna importancia; todos pertenecemos a un movimiento. La Ola nos da un nuevo significado y unos ideales que merece la pena apoyar...

La segunda película, francesa es 'La clase', de Laurent Cantet, también de 2008, como la anterior. Inspirada en la novela 'Entre los muros', de François Bégaudeau (protagonista del filme), describe el desarrollo de un año escolar en un aula donde adolescentes de un barrio conflictivo de París conviven diariamente. Aquí afloran algunos de los rasgos que hemos visto sobresalir entre la juventud de la Banlieu, habitante de los barrios suburbiales de las grandes ciudades francesas: inmigración, falta de sentimiento de pertenencia al país, desarraigo del sistema educativo, que provocan en momentos puntuales situaciones de falta de convivencia en las aulas, de difícil solución.

Hasta aquí un personal listado de filmes con contenido aprovechable en la educación cotidiana, que debe rehacerse constantemente. Cine y educación, educación y cine han mantenido, mantienen y mantendrán, sin duda, una relación permanente con beneficios para ambas.

De momento, es suficiente y ya saben, si algo no está bien, pido perdón (pero el que pedía Luis Eduardo Aute [Cine, cine. Del álbum 'Cuerpo a cuerpo' 1984] por mostrar su entusiasmo por el cine)

 

Pido perdón

por confundir el cine con la realidad

no es fácil olvidar Cahiers du cinéma,

le Mac Mahon,

eso pasó,

son olas viejas con resacas de la nouvelle vague

Sobre este blog

Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.

Etiquetas
stats