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¿Cuántos personajes de renombre han pagado el precio por sus nexos con Epstein?

Dinald Trump y Jeffrey Epstein.

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Hace un par de semanas comenzó en Nueva York la cumbre anual de DealBook. Consiste en una serie de charlas públicas publicitadas como conversaciones con “las personas más importantes del mundo”, y forma parte de ese circuito de eventos en vivo en el que las peores personas de la Tierra se reúnen en el escenario para dirigirse a las segundas peores personas de la Tierra, la audiencia que paga.

Organizado por Andrew Ross Sorkin, la conferencia fue una reunión de estrellas, pero, en una constelación que incluyó a la viuda de Charlie Kirk, Erika Kirk, el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, y la “transformadora” Halle Berry, quien realmente llamó la atención fue Ehud Barak, ex primer ministro de Israel y ex asociado de Jeffrey Epstein.

Mi primer pensamiento sobre la aparición de Barak fue: Larry Summers debe estar rabiando. Summers, ex presidente de Harvard y también relacionado con Epstein, no estaba en el escenario en la cumbre de DealBook, ni está en ningún otro lugar en la sociedad ilustrada en este momento. Uno solo puede imaginar lo amargado que debe sentirse por la suerte diversa de los hombres, y de las mujeres ocasionales, con nexos conocidos con Epstein. De esta lista, dos están muertos (Marvin Minsky y Jean-Luc Brunel), una está en la cárcel (Ghislaine Maxwell) y uno ha perdido su casa, su título y la invitación de la familia real británica para Navidad (Andrew Mountbatten-Windsor). Pero, para el resto de los contactos prominentes, corresponsales de correo electrónico, firmantes de tarjetas de cumpleaños, beneficiarios de subvenciones y compañeros de cena del fallecido traficante sexual de menores –todos los cuales insisten en que, mientras estaban en la órbita de Epstein, permanecieron en total ignorancia sobre la verdadera naturaleza del hombre–, la cancelación ha sido predeciblemente inconsistente.

Eso puede cambiar este viernes, fecha límite para que el Congreso ordene al Departamento de Justicia la liberación de los archivos de Epstein. Independientemente de si sale a la luz algo nuevo, una vez más la información se centrará en los nombres de los asociados de alto perfil de Epstein. En la parte superior de esta lista está el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que ha sobrevivido a múltiples escándalos sexuales y probablemente sobrevivirá a este, aunque le ha dado muchos más problemas que E. Jean Carroll o Stormy Daniels. Epstein, con quien Trump socializó, representa un nivel diferente de amenaza para el presidente no solo por la magnitud de sus crímenes, sino también porque la palabra “pedófilo” tiene la fuerza de un detonante tanto en la derecha como en la izquierda. Mirando los otros nombres, lo que sigue siendo curioso es que, a pesar de todas las exhibiciones de vergüenza y arrepentimiento y compromisos para un período de reflexión, muchos de los viejos amigos y asociados de Epstein permanecen en el centro de la vida pública estadounidense.

Esto me parece en parte una cuestión de pragmatismo. Al igual que con los bancos durante la crisis financiera de 2008, la cohorte de Epstein es simplemente demasiado grande para quebrar. Si comenzaras a cancelar a todos los que permanecieron en contacto con Epstein después de 2008, cuando se declaró culpable de solicitar sexo a una menor, te quedarías con un EEUU en el que las únicas personas que podrías tener en un panel de conferencias serían Melinda Gates, Dick Van Dyke y Madonna (estaría firmemente a favor de esto). De hecho, dado el alcance aparentemente irresistible del delincuente sexual condenado, podría ser más rápido enumerar a personas prominentes que no cenaron o intercambiaron por correo electrónico palabras reveladoras de cercanía con él que andar fatigosamente a través de la larga lista de personas que lo hicieron.

Aun así, vamos a intentarlo. Bill Gates, muy en contacto con Epstein desde 2011, no ha sufrido efectos nocivos aparentes por parte de esa relación. Nadie espera nada sobre Steve Bannon, a pesar de que intercambió cientos de mensajes de texto y correos electrónicos con Epstein hasta el año de su muerte. Martin Nowak, profesor de matemáticas y biología, fue sancionado durante dos años por Harvard después de que se revelara el alcance de su nexo personal y financiero con Epstein, pero desde entonces se le han restaurado todos sus privilegios.

El físico teórico Lawrence Krauss, amigo y corresponsal de Epstein, dejó su puesto en la Universidad Estatal de Arizona en 2018 después de ser acusado de conducta sexual inapropiada (negó las acusaciones), pero eso parece haber sido independiente de su asociación con Epstein. Fue Krauss, como recordarán, quien bromeó en un correo electrónico al fallecido delincuente sexual con que deberían establecer una “conferencia de hombres del mundo” para rivalizar con el circuito de empoderamiento de las mujeres y presentar a gente como Kevin Spacey, Bill Clinton, Al Franken y Woody Allen, una broma tendría mayor impacto si esa selección no fuera indistinguible del mundo tal como es actualmente. Pregúntenle a Johnny Depp.

¡De todos modos, Woody Allen! Un compañero ocasional de comidas de Epstein que apareció en el último volcado de fotos del delincuente relajándose y tomando café con él en el set, y que recientemente dijo del hombre: “No podría haber sido más amable”. Uno siente que incluso Epstein podría haber aprendido algo de la desvergüenza de clase mundial de Allen, y tal vez lo hizo.

Y aun así, entre estos hombres, el fugitivo más descarado seguramente tiene que ser Michael Wolff, el periodista que ofreció consejos de relaciones públicas a Epstein mientras grababa más de 100 horas de entrevistas con él. Wolff no solo ha escapado ileso, sino que ha aprovechado con éxito la relación al presumir de una visión única de Epstein en sus interminables apariciones en podcasts y redes sociales. En una reciente entrevista en un podcast, Tina Brown se refirió a Wolff como el “consigliere” de Epstein y señaló que si la periodista Olivia Nuzzi fue despedida por una cercanía inapropiada con el personaje que cubría (Robert Kennedy Jr.), ¿por qué Wolff escapó de la censura por servir de consejero a Epstein de la manera más flagrante y repulsiva?

Bueno, Volviendo a la cumbre de DealBook, Ehud Barak, un hombre que mantuvo su correspondencia con Epstein hasta su segundo arresto en 2019, no quedó completamente impune. Antes de que comenzara la mesa redonda, el anfitrión del panel, Nicholas Kristof, tenía un asunto incómodo que despachar con él. “Usted es mencionado repetidamente en esos correos electrónicos como un estrecho colaborador de Jeffrey Epstein”, dijo Kristof. “Así que solo quiero preguntarle sin rodeos: ¿alguna vez Epstein le proporcionó a una mujer o una niña?”. Barak sonrió ligeramente. “No, nunca. Ahora lamento profundamente haber tenido alguna relación con él”. Y la conversación pasó a cosas más importantes.

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